"99 días"
—Narrador omnisciente
Habían pasado unos cinco días después de qué Leigh se comenzaba a acostumbrar a su nueva vida, todos los días y casi dos veces al día llegaba la señora de el personal de limpieza a curarle las heridas y traerle la comida.
La señora era muy especial para Tom, a pesar de que era una más de el personal de limpieza, ella lo crió cuando su madre no estaba, así que el menor le tenía mucho respeto.
La señora Jessica sin sentir absolutamente nada de miedo por Tom, sacaba a Leigh por las noches para que la pelinegra hiciera sus necesidades y se diera un rápido baño.
Leigh comenzaba a sentirse segura solo por la presencia de Jessica, a medida que pasaba más el tiempo Leigh se soltaba más con Jessica, le contaba sus problemas, sus miedos, y sus preocupaciones, jessica como una buena persona de gran corazón la escuchaba sin problemas.
Por otro lado, Tom decidió no volver a ver a Leigh solo para evitar hacer algo de lo cual después se arrepentirá.
Evitaba estar en casa, ya qué las veces que llegaba a estas por la madrugada, le entraban las ganas de entrar a la habitación en la cual estaba Leigh
Como dije, Tom no sabía controlar sus impulsos, nunca aprendió a hacerlo, y por eso siempre terminaba entrando por las madrugadas a la habitación en donde se encontraba dormida la pelinegra.
Él no entendía lo que provocaba la pelinegra en él, era un sentimiento fuerte que él todavía no quería aceptar.
Cuando entraba a la habitación, y la veía durmiendo en el piso, llegaba y con sumo cuidado la arropaba con una de las sábanas que siempre traía él por las noches. Tom sentía lástima por ella, por todo lo que ella tuvo que pasar y por todo lo que aprenderá desde ahora que estaba con él, o eso es lo que creía Tom. Para el, la lástima era la excusa perfecta para tapar sus confusos sentimientos hacia ella.
Los días siguieron pasando con mucha rapidez, Leigh ya no le importaba contar las horas para salir de esa oscura habitación, ya qué ella comenzaba a creer que Tom nunca la liberaría.
Leigh comenzaba a sentirse mas vulnerable que antes, mas asustada y mas confundida. Ella comenzaba a odiar mas a Tom, odiaba escuchar su nombre y que el siempre fuera el primer protagonista en su mente.
Comenzaba a extrañar a su amiga Betth, y se preguntaba en donde la tendrían, o que estarían haciendo con ella. Leigh no podía aguantar sus propios pensamientos intrusivos, y siempre terminaba sollozando en silencio.
Ya había pasado una semana, y aunque para leigh haya pasado bastante lenta, esta había pasado mas rápido de lo que se esperaba.
Leigh se encontraba sentada en el suelo y en una esquina de la oscura habitación, abrazando una de las sábanas que Tom le había dado sin que ella se diera cuenta. La pelinegra estaba ahogando sus sollozos sobre esta, ella odiaba llorar, pero cuando no tenía con quien desahogarse este era un perfecto método para que ella liberara toda la angustia.
Después de unos minutos, la dulce señora, Jessica, había entrado con el plato de comida y el agua antes de la hora a la qué le había ordenado Tom, cosa de todos los días.
—Mi pequeña, ¿Otra vez llorando? —Dice la señora Jessica mientras colocaba la comida y el vaso de agua a un lado.
La señora Jessica estaba muy angustiada por la pelinegra y rápidamente fue a acunar a la misma contra su pecho.
Jessica es una buena persona, pero además de eso, la razón de su dulzura con la pelinegra de ojos azules era porqué esta le recordaba a una de sus hijas. Cada que Jessica veía esos ojos azules, se acordaba de los mismos de su hija fallecida, ella comenzó a ganarle mas afecto a la chica y se dio cuenta de qué no merecía estar aquí.
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¹⌉ 𝟵𝟵 𝘿𝙖𝙮𝙨 ; 𝙏𝙤𝙢 𝙆𝙖𝙪𝙡𝙞𝙩𝙯 ©
Fanfiction𝟡𝟡 𝔻𝕒𝕪𝕤 𝒃𝒆𝒊𝒏𝒈 𝒎𝒊𝒏𝒆. | Es guapo y absolutamente todas las chicas se vuelven locas por él, por Tom Kaulitz, el jefe de la mafia mas poderosa de Los Ángeles Un día un bar llamado "la casa del sexo" que es muy bien conocido por Tom, no co...