—Leigh Monroe
Lo primero que hago al despertar de un largo sueño, es observar rostros totalmente desconocidos para mí, personas que no conozco y que por más que intente recordar era difícil lograrlo.
Sé que mí nombre es Leigh Monroe, pero hasta ahí. Quería recordarlo por mi cuenta, poder saber mí pasado y mí presente. Habían cosas que no sabía, como por ejemplo, ¿Porqué la pasaba mal en aquel bar, y porqué Tom Kaulitz... aquél desconocido, era tan bueno conmigo? Me refiero a qué hasta donde yo sé, dos veces salvó la vida. ¡Quería saber todo, pero es imposible!
Estaba en una burbuja de confusión, de ira y de miles de sentimientos extraños para mí. Por alguna extraña razón, me sentía cómoda con la señora Jessica, como si ella fuera mi única salvación y esto era algo que no sentía con Tom.
Con él era diferente, me sentía tranquila y no habían tantos sentimientos de confusión acumulados el uno contra el otro pero de igual manera, había algo que no me convencía y me gritaba que algo estaba mal.
Sentía curiosidad al saber en qué cosas estaba metido, pues la mayoría de el tiempo se la pasaba afuera de su casa, y esto comenzaba a ser desesperante ya qué él y la señora Jessica eran las únicas personas que conocía en esta casa.
La pasaba todos los días acostada en la cama sin poder moverme o caminar a gusto ya qué tenía que hacer reposo por dos estúpidas semanas, y esto comenzaba a ser muy inquietante. Quería salir, respirar aire fresco... en esta habitación me sentía ahogada, sin poder respirar bien y de hecho es algo que me confunde ya qué aquello no se sentía extraño para mí, como sí me sintiera acostumbrada.
Esta habitación tampoco se sentía extraña para mí, ¿Esta será mí habitación o no? Pensé, pues me extrañó ya qué por la decoración de la habitación y de todo lo demás... parecía ser de alguien más.
Jessica me había dado varios libros de una biblioteca que estaba en la casa, sí, en esta extraña casa había una gigantesca biblioteca. Para no aburrirme, me la pasé leyendo por unas horas, horas y horas, supongo que hasta anocheció.
El pomo de la puerta de la habitación comienza a girarse, dando señal de que alguien iba a entrar y cuando espero ver a Jessica, me sorprende una alta y escalofriante figura.
Era Tom, me dedicó una sonrisa ladina y entró sin decirme nada más mientras cerraba detrás de el la puerta. Iba vestido de negro como siempre, con sus pantalones mezclilla y sus característica bandana negra.
Mis ojos escanearon atentamente cada facción de su rostro, su mandíbula marcada, su nariz perfectamente perfilada y sus ojos casi rasgados de color avellana, pero oscuros, completamente vacíos, y aquella mirada no parecía ser ajena para mí mente.
—¿Cómo te haz sentido? —Me pregunta dedicándome una sonrisa.
—Un poco más mejor, gracias por preguntar. —Respondo regresandole una sonrisa amable y colocando el libro que leía en la mesita de noche.
—Me alegro, ¿Haz sentido dolores físicos, o algo así?—Pregunta sentándose en la cama y dedicándome una mirada fija.
—Solo me duelen las piernas, un poco el abdomen y a veces las heridas suelen arder. —Respondí bajando mí mirada, intentando esconderme de la suya.
—¿Cuáles heridas? —Pregunta para luego pasar su lengua juguetonamente por su piercing.
—Uhm, unas que tengo en los brazos... —Respondo comenzando a indicarle donde, el agarra mi brazo suavemente y pasa la yema de sus dedos por este, mientras que lo miraba detalladamente. —También en las piernas, muslos... ¿Sabes porqué esas heridas justo ahi? —Pregunto casi entre susurros.
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¹⌉ 𝟵𝟵 𝘿𝙖𝙮𝙨 ; 𝙏𝙤𝙢 𝙆𝙖𝙪𝙡𝙞𝙩𝙯 ©
Fanfiction𝟡𝟡 𝔻𝕒𝕪𝕤 𝒃𝒆𝒊𝒏𝒈 𝒎𝒊𝒏𝒆. | Es guapo y absolutamente todas las chicas se vuelven locas por él, por Tom Kaulitz, el jefe de la mafia mas poderosa de Los Ángeles Un día un bar llamado "la casa del sexo" que es muy bien conocido por Tom, no co...