¹⌉ 𝟵𝟵 𝘿𝙖𝙮𝙨 ; 𝙏𝙤𝙢 𝙆𝙖𝙪𝙡𝙞𝙩𝙯 ©

１７｜Manipulate to fall in love

«Day 26»

—Narrador omnisciente

Tres días habían pasado después de qué Tom abandonó la ciudad para ir a por su objetivo, encontrar a Alessandro. El mayor quería prevenir que este pudiera hacer algo, y finalmente habían podido localizarlo a él y a sus hombres. Así que Tom decidió ir a Chicago, donde Alessandro se encontraba, con un solo propósito, matarlo y alejarlo de lo suyo.

¿Que habrá pasado con Tom? Nada nuevo para él, simplemente terminaba de limpiarse las manos sin aún conseguir su propósito. El mayor estaba enojado ya qué, Leigh no había levantado el teléfono para dejarle una llamada, se preguntaba miles de cosas, "¿Ella estará bien?" "¿Y sí metió sus narices donde no debía?"

Tampoco podía mandar a uno de sus hombres a dentro de la casa, ya qué solo asustaría a Leigh y es lo último que Tom quiere, por ahora. Por otro lado el de trenzas ha intentado contactar a Jessica, pero ella no tenía señal, y Leigh tampoco, pero por suerte Tom estaba informado de aquello y estaba mas tranquilo.

Tom pasaba la noche en el hotel de siempre, pues el mayor no iba a quedarse tanto tiempo lejos de los ángeles así qué no era necesario comprar un departamento si sólo lo iba a usar una vez.

Tom se moría de la intriga por saber cómo se encontrará su pelinegra, ella era otra de las razones por la cual Tom ha enloquecido, ya qué por ella... fue capáz de demostrar mas alla su locura.

Levantó el teléfono y decidió en llamar a la única persona en la cual confiaba, en su hermano gemelo, Bill.

—Hola hermanito, ¿Que tal? —Saluda Tom en cuanto Bill le atendió la llamada, mientras que su mayor se tiraba en el gran sofá.

—Hola hermano, pues bien. —Contesta Bill desde el otro lado de el teléfono.

Para ellos era normal actuar cómo si nada después de pelear el uno con el otro, aunque nunca han peleado frecuente, Bill comenzaba a darse cuenta de lo cruel que era su hermano mayor y sentía impotencia al no poder ser nada. Pero ninguno se olvidaba de el otro, ambos saben que son hermanos, y aunque uno vaya en contra de el otro, nunca serían capaces de tracionarse. Se quieren, y aunque no sepan entender su vínculo de gemelos, aun así permanece de pie su amor de hermanos.

—¿Cómo van las cosas allá en Chicago? —Pregunta Bill.

—Bien, aunque... Alessandro se está escondiendo bien. —Bromea Tom, soltando una risa seca al final.

—Detente Tom, a lo mejor fue una falsa alarma y él no está en Chicago. —Argumenta su hermano menor, y por primera vez Tom le dio la razón, asintiendo de acuerdo a sus palabras.

—Tienes razón, pero aún así me quedaré un par de días más. —Suspira. —Te he llamado porqué necesito un favor tuyo, me debes unas cuentas. —Habla Tom.

—Ya se me extrañaba tú repentina llamada. —Contestó Bill en un tono burlón. —Para lo qué necesites. —Agrega.

—Bien, necesito que vayas a mí casa... Leigh te conoce, asi que sería menos sospechoso. —Suspira. —Sólo quiero que revises si todo está en orden, y que me mantengas informado de todo. —Agrega Tom.

—Está bien, avisale a tus hombres qué estoy en camino. —Contesta Bill.

—Por supuesto, gracias hermanito. —Tom sonríe desde la otra línea y aunque su hermano menor no pueda verlo, pudo sentir lo agradecido que se encontraba su hermano mayor.

Ambos deciden cortar la llamada para luego volver a perderse en sus pensamientos, asi eran ambos gemelos, tan parecidos y a la vez tan distintos. Por más que peleen, por más que Tom no sepa entender a su hermano menor, ambos se quieren inmensamente.