28|You only hurt me...

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«Day 50»

—Leigh Monroe

Suspiré agotada mientras que me retiraba el sudor en mi frente y tomaba asiento en el suelo para descansar. Estaba cansada y todo porqué al maravilloso de Tom Kaulitz se le había ocurrido la idea de entrenarme, pero viéndolo de una mejor forma aquello me serviría para muchas cosas.

—Levantate, todavía no terminamos. —Habló Tom mientras que me entregaba una botella de agua, con gusto la tomé con mis manos y la empecé a abrir.

—De verdad... estoy cansadísima. —Me quejé para luego llevarme la botella de agua a la boca.

—¿Te pregunté, acaso? Fue una orden. —Habló de mala gana mientras que se daba la espalda e iba a hacer no se qué.

Sí, Tom era un bipolar de mierda. Un día era cariñoso, protector, lindo, y otro día era un mandilón de mierda con problemas para tratar a una mujer. ¡Y a mí me tocaba soportar sus cambios de humor tan repentinos, a mí!

Terminé de tomar el sorbo de agua y le coloqué la tapa para luego dejarla a un lado. Me levanto y me acomodo un poco mis pantalones leggins, mientras que lo observaba a él de espaldas hacia mí, tecleaba algo en su celular y no sabía qué.

—¿Terminaste, por fin? —Preguntó mientras que guardaba su celular y se daba la vuelta hacia mí.

Contesté con un asentimiento con mi cabeza mientras que me cruzaba de brazos sobre mi pecho.

—Bien... —Comenzó a dar algunos pasos hacia mí mientras que adentraba sus manos a los bolsillos de sus pantalones oscuros y holgados. —Te informo qué vas muy bien manejando la navaja, aunque en los golpes no tanto. —Ladeó un poco la cabeza mientras que esbozaba una pequeña sonrisa. —Pero creo que podemos ir a el siguiente nivel... —Agregó sin borrar la sonrisa de sus labios.

—¿Y de qué se trata ese nivel? —Le pregunto confusa.

—Aprenderás a manejar una verdadera arma, una pistola. —Contestó mientras que se acercaba a mí y rodeaba su brazo alrededor de mí cintura, comenzando a caminar conmigo a su lado y guiandome con su agarre. —Digamos que un profesional va a enseñarte todo lo necesario, a cómo agarrar la arma, como posicionarte, y por supuesto, a practicar tu puntería. —Me explicó mientras que salíamos de el gimnasio.

Comenzó a caminar conmigo de esta manera por toda su casa, sin soltarme de la cintura hasta que llegamos a el patio trasero.

El patio trasero como lo había dicho, era bastante amplio. Había un hombre, alto y rubio qué estaba de espaldas hacia nosotros acomodando algo en frente de nosotros. Algunos sacos, o más bien figuras que parecían personas.

Tragué saliva fuertemente al ver todas las cantidades de armas de fuegos que estaban tendidas en el piso, por un momento quise correr pero no, tenía que ser fuerte.

—Darwin, aquí está tú estudiante. —Manifestó Tom después de soltarme de la cintura.

Darwin se había girado sobre sus talones hacia nosotros y asintió varias veces sin decir ni una sola palabra.

—No creo que deba de recordarte de lo que hablamos hace poco, ¿Verdad? —Volvió a hablar.

—No jefe, no debe de recordarme. —Contestó Darwin.

—Bueno, comiencen, yo los observo desde aquí. —Habla Tom para luego comenzar a caminar hacia el sofá que había a un lado de nosotros, un poco lejos pero no tanto.

Suspiré y posé mi mirada en Darwin, ambos nos dedicamos una pequeña sonrisa como saludo y muy tímidamente comencé a caminar hacia él.

—Bueno, empezaremos con una arma de fuego básica, una pistola. —Manifestó darwin mientras que se agachaba hacia todas aquellas armas que estaban tendidas en el suelo y agarraba una pistola de color negra. —¿Sabes como agarrarla? —Preguntó una vez qué se colocó de pie y se giró hacia mí.

¹⌉ 𝟵𝟵 𝘿𝙖𝙮𝙨 ; 𝙏𝙤𝙢 𝙆𝙖𝙪𝙡𝙞𝙩𝙯 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora