37|Une nuit différente

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«Day 88»

Los días comenzaban a pasar demasiado lentos para Tom, y por supuesto, para Leigh. Ambos querían buscarse el uno al otro y a pesar de vivir en la misma casa, se veían sólo por las noches.

Las dudas para Leigh comenzaban a crecer y aumentar, por supuesto que ella confiaba en él, sin embargo, ella sentía en lo profundo de su corazón que Tom no cumpliría la promesa.

Y le dolía, claro que le dolía.

Como todos los días, Tom se encontraba en el patio delantero de su casa y con él, su hermano gemelo. Ambos sentados en los muebles, con una hermosa vista de frente y esperando a los demás chicos.

—¿Qué crees que debería de hacer con Betth? —Preguntó Bill, sonando algo triste. —No quiere irse.

Tom soltó una risa burlona y negó varias veces con diversión.

—¿Y desde cuando dejamos que las chicas decidan con nuestra vida? —Tom preguntó sarcástico, mientras que ladeaba levemente su cabeza y sonreía burlón. —Pensé qué ya te quedó claro.

—Sí, muy claro, entonces...

—Sí no te importa, matala. —Sugirió Tom, sonando serio. Se encogió de hombros y se dispuso a encender uno de sus cigarillos. —Ya hemos tenido bastantes problemas por su culpa... —Negó, moviendo su cabeza de un lado hacia otro. —¿Como es posible que esa perra fue capaz de darle una información tan importante como esa a Abel? —Espetó.

Sonaba tranquilo ya qué hace horas había descubierto aquello, y como se esperaba, él de trenzas se enojó como siempre y comenzó a desquitarse con cualquiera que se le cruzara en el camino.

—No, Tom, aún así, no soy capaz de matarla.—Negó Bill.

Los gemelos mantenieron su mirada por algunos segundos, Tom decidido a retirar el humo de su boca y a pronunciar lo menos agradable que podría salir de su boca, es interrumpido por la llegada de los chicos.

—Tom. —Saludó Georg, para luego chocar su puño con el mismo.

—Jefe. —Saludó Matthew, uno de los hombres de Tom, quien para ser ciertos, a hecho tanto por él.

—Matthew, por favor, toma asiento. —Ordenó Tom para luego dedicarle una última mirada.

Georg había tomado asiento al lado de Tom, mientras que Matthew tomó asiento en el otro mueble al lado de Bill.

Tom se llevó el cigarillo a los labios para luego darle una profunda calada a este, y permaneció en silencio hasta que retiró lentamente el humo de su boca.

—¿Y bien? —Preguntó fijando su mirada en Matthew.

—Matthew y yo nos hemos encargado de investigar a Alessandro mas a fondo, ya qué, de Abel no se ha sabido nada más. —Comentó Georg, dedicándole una corta mirada a Tom.

Aquel de trenzas asintió de manera lenta.

—Hemos buscado el nombre de Alessandro Carpenter por todas partes, he incluso entre otros mafiosos que supimos que eran conocidos para él... —Habló Matthew para luego hacer una leve pausa. —Sin embargo, los mismos afirmaron que nunca hicieron trabajo con él, si no, con su padre.

¹⌉ 𝟵𝟵 𝘿𝙖𝙮𝙨 ; 𝙏𝙤𝙢 𝙆𝙖𝙪𝙡𝙞𝙩𝙯 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora