06|Issues

20.7K 896 402
                                    

"Day 01"

—Tom Kaulitz

Solté un suspiro algo exhausto, me sentía cansado y mi mente estaba ocupada en miles de estupideces.

Decidí salir de la casa y unirme a la carrera ilegal que se haría en mí territorio. Tal vez, así deje a un lado todo el tema de la pelinegra.

Desde lo que pasó ayer y cuando estuve a punto de golpearla no sale de mí mente. Me hacía mil preguntas a mí mismo, ¿Porqué carajos me detuve a no herirla? o ¿Porqué comenzaba a ser una necesidad tenerla cerca de mí, o porqué a la vez también era un sentimiento de culpabilidad?

Estaba comenzando a perder la cordura por una idiota como ella, pero supongo que es sólo la lástima que siento por ella, o tal vez el hecho de qué no provoco en ella lo mismo que provoco en las demás chicas.

—Kaulitz, ¿A donde vas? —Me pregunta Abel mientras comía una manzana roja.

Por mi parte, yo me encontraba atando una bandana negra a la cabeza.

—A una carrera de autos. —Respondí sin mucha importancia terminando de agarrar las llaves de mi auto y de mí casa, junto a ellos las llaves de la habitación de Leigh.

Maldición, esa pelinegra de nuevo.

Me giro hacia ellos y les dedico una de mis frías miradas.

—No quiero a nadie cerca de su pasillo, ¿De acuerdo? —Vuelvo a hablar.

—De acuerdo, jefe. —Responden al unísono.

Yo asiento, le doy una última mirada a mi gran casa y termino por salir cerrando la puerta detrás de mí. Alrededor de la casa, estaban mis hombres protegiendo esta, digamos que con la seguridad yo era muy estricto así que tengo unos cuantos protegiendo todas las entradas de la casa y también a sus alrededores.

—Jefe, ¿Va a salir? —Pregunta uno de mis guardias.

—Sí, y quiero estar sólo así que no me sigan. —Respondí en cuanto me di cuenta que querían seguirme.

Es importante mi protección, pero sé defenderme sólo así que no los necesito mucho, con qué protejan la casa es suficiente, y más cuando hay algo adentro que me pertenece.

Abrí la puerta de mí auto negro de siempre y me terminé adentrando en él, cerrando su puerta de un portazo.

Arranqué el auto y comencé a manejar a la misma rápidez de siempre, mís manos agarraban firmemente el volante y mi mirada se mantenía fija a la carretera.

La carretera estaba sola, perfecta para mí y para poder manejar a gusto y con mucha tranquilidad. Siempre me encantó manejar a gran velocidad, para mí, esta es una perfecta forma para poder liberar toda mi ira y aquellos sentimientos intrusos.

Pero esta vez, no me estaba funcionando, pues mi mente seguía ocupada.

—Maldición. —Susurro entre dientes mientras sacaba un cigarrillo de mis bolsillos y lo encendía.

Abandoné una mano de el volante y descansé mi brazo en el ventanal. Este sostenía el cigarrillo y varias veces me lo llevaba a los labios, le daba una profunda calada y retiraba todo el humo de mi boca mientras seguía manejando mi auto.

Faltaban unos minutos para llegar a mí territorio, el lugar donde siempre hacían las carreras ilegales en los ángeles, ese es mi lugar desde que lo pisé. Aquí siempre es así, cada que piso un jodido lugar se vuelve mí territorio.

Esto era algo que a mí me encanta, también el hecho de qué podía tener a cualquier chica a mí disposición, a cualquiera, hasta a leigh, cueste lo que cueste, ella ahora era mía, estaba en mí casa, y nadie la va a sacar de ahí, nadie que no sea yo.

¹⌉ 𝟵𝟵 𝘿𝙖𝙮𝙨 ; 𝙏𝙤𝙢 𝙆𝙖𝙪𝙡𝙞𝙩𝙯 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora