"El señor kaulitz"
-Leigh Monroe
Había despertado hace un rato, y aunque intenté abrir los ojos solo ví oscuridad, sentía como una tela cubría mis ojos asi que supongo que estaba vendada.
Quise gritar pero esto me era dificil por el pedazo de tela que me amarraron en la boca.
Comencé a mover mis muñecas que se encontraban atadas al igual que mis pies y rodillas, me dolía cada vez que movía estos así que decidí dejar de moverme.
Sentía un ardor terrible, y no solo en las partes de las ataduras sí no que también en mis brazos y gran parte de mis piernas.
No entendía que estaba pasando, ni donde estaba, hacía un esfuerzo para intentar recordar lo que había pasado, pero esto fue imposible ya qué solo me llegaban pocas imágenes a la mente.
Podía sentir el gran peso de mí cuerpo, y podía sentir lo difícil que era poder hablar. Me sentía desvanecida, estaba sola, y todo era raro.
Comencé a mover mis muñecas con fuerza, y un grito ahogado se escapó de mis labios al sentir un espasmo de dolor.
Lágrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas y cuando menos me di cuenta había comenzado a sollozar en silencio. Me sentía asustada, no veía nada, no podía hablar, y no podía moverme.
Pero si podía escuchar, comencé a escuchar algunos candados de una puerta, y luego escuché como esta misma se movía dándome una señal de qué alguien estaba entrando.
Tardé en escuchar aquellos fuertes pasos, estos eran duros y precisos, casi pude ver como aquella persona estaba caminando lentamente hacia mí.
-Por fín despiertas, muñequita.-Exclama con diversión, reconozco esa molesta voz.
Esa voz grave y fuerte, obviamente venía de el cínico de Tom kaulitz.
Seguí moviendo mis muñecas atadas con el grosor de lo que parecía ser una cuerda e intento zafarme pero esto era imposible y solo me hacía mas daño.
-Detente, sólo te estas haciendo mas daño. -Vuelve a hablar, siento como sus dedos rozan mis piernas y el horrible ardor regresa a mí. -Te haz hecho algunas graves heridas, ¿Sabes por qué? ¡Por qué por culpa de tu torpeza, te resbalaste y caiste sobre esos vidrios rotos!-Habla, su tono de voz cada vez iba subiendo más.
Por mi parte, solo sollozaba en silencio. Sus dedos abandonaron mis piernas, y luego sentí como estas se desplazaban hasta mi rostro, soltó un leve suspiro y comenzó a retirarme la venda de los ojos, dejándome ver su rostro a la perfección.
La habitación era casi oscura, pero un poco de luz alumbraba esta, y él estaba tan cerca de mi rostro que casi pude viajar en sus claros ojos.
Pero el asco y el odio que le tenía no tardaron en llegar, comencé a recordar una y todas las cosas que pasaron ayer.
Pero lo más importante, Betth.
Sus labios formaron una pequeña pero cínica sonrisa, mientras que sus manos retiraban un poco el pedazo de tela qué estaba amarrado en mí boca, permitiendome hablar.
-Eres un... cínico. -Susurro, su sonrisa se agranda aún mas y me vuelve a amarrar con mas fuerza el pedazo de tela a mí boca.
-¿Verdad, leigh? -Pregunta con sarcasmo. -¿Qué tanto puedes comprobar... lo cínico que soy? -Pregunta, esta vez con seriedad.
Yo sólo me dedico a verle a los ojos con una mirada llena de odio, mientras que la suya era la viva mirada de un cínico.
Por qué eso es lo que es Tom kaulitz en este mundo, un cínico.
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¹⌉ 𝟵𝟵 𝘿𝙖𝙮𝙨 ; 𝙏𝙤𝙢 𝙆𝙖𝙪𝙡𝙞𝙩𝙯 ©
Fanfic𝟡𝟡 𝔻𝕒𝕪𝕤 𝒃𝒆𝒊𝒏𝒈 𝒎𝒊𝒏𝒆. | Es guapo y absolutamente todas las chicas se vuelven locas por él, por Tom Kaulitz, el jefe de la mafia mas poderosa de Los Ángeles Un día un bar llamado "la casa del sexo" que es muy bien conocido por Tom, no co...