Crónicas de un futbolista. (+18)

Capítulo 42.

—¡Deja de seguirme, Emily!

—¡E,Escúchame! —suplicó la ojiescarlata luego de detenerse un momento, su cuerpo se sostuvo de la pared más cercana y entre pequeños lloriqueos, Chigiri se detuvo de golpe— Sé que haber... E,Escuchado que mi hermano te eligió a tí para ser su otra pareja, ¡N,No es nada malo!

—¡No sabes lo que estás diciendo! —espetó dando un paso hacia ella, mirándola con ofensa y molestia. Emily empezó a hiperventilar pero su sonrisa no se borró de su rostro, Hyoma estaba temblando y su frustración no solamente fué gracias a Barou— L,Levantate, Emily...

—Está bien que tengas miedo al quererlo, ¡Eres lindo! Mírate... Eres extraordinario y no por algo mi hermanito te eligió también.

—B,Basta...

—Amaría tener a alguien como tú como hermano también...—rió abrazándose a sí misma, Hyoma se agachó frente a ella. Sus lágrimas no tardaron en aparecer y ver a aquella chica hablándole de lo genial que sería ser parte de su familia, lo hizo sentir el como su corazón se aceleró en señal de sentirse realmente fascinado con la idea de que alguien como Barou, haya puesto ojos en él— T,También tengo miedo, quiero a mi osito koala de vuelta pero él me odia...—rió en un suave sollozo, Chiguiri se quedó en silencio pues escuchar a Emily hablar de Nagi, lo hizo sentir mucha pena. Su semblante cambió lentamente a uno de dolor, ella había cubierto su rostro con la parte de su ante brazo ya que no quiso que él la viera llorar por un chico. Había prometido no volver a llorar por nadie y sentirse tan débil al no tenerlo cerca, le dolió en el alma— ¡N,No quiero desvivirme por un hombre! ¡No quiero que nadie me lastime pero tampoco quiero morir sola!

—Emily...—Hyoma cayó justamente a su lado, su cuerpo la buscó en un abrazo y ésta solamente se quedó refugiada en su cuello. El de cabellos rojosfuscias sabía que el amor dolía, todavía no lo experimentaba y tener que hacerlo dentro de una relación bigámica, le hacía revolver el estómago— Llora todo lo que puedas, creo que lo necesitas. Yo me quedo contigo.

Se asomó por el final del pasillo y los observó en silencio, Emily lloraba por él. Lloraba porque lo extrañaba y aunque quisiera correr ahí mismo a abrazarla con todas sus fuerzas, no pudo gracias a su jodido y mal nacido orgullo.

'Llegare nuevamente a Japón después de casi un año fuera. ¡Espero que mi novio pueda consentirme mucho!'

[Nagi no paraba de leer ese mensaje.]

Desde mucho antes que Candy se había ido del país, Nagi habia creído que ella sólo bromeaba cuando le decía que era su novia. ¿Cómo rayos le decía que la engañó con 2 chicas en su ausencia? ¿Y que con una de ellas se había sentido el chico más afortunado del mundo?

[¿Cómo rayos le decía a Emily que su disque novia regresaba al país otra vez?]

—Maldición...—masculló entre dientes removiendose en su lugar y comenzaba a caminar por el pasillo hasta dónde una Emily lloraba como a una pequeña niña con el corazón hecho pedazos. Nagi no comprendió porque su cuerpo se movió en busca de ella, su orgullo le gritaba que no hablaran, que era mejor dejarlo así pero la quería... La quería porque no era un fastidio estar a su lado— Te quiero de vuelta, Emily.

Hyoma y Emily lo observaron, Nagi estaba agachado frente a ella y verla tan desastrosa y colorada la llevaron a alzar sus manos. Fué en sorpresa cuando Nagi la tomó en sus brazos pues Emily, tenía mucha fiebre.

—Tienes mucha fiebre...

—Emily necesita sus medicamentos, llévala a su habitación y...—Hyoma se quedó callado de repente, Emily estaba respirando casi entrecortada y verla de esa forma no era una buena señal. Mucho menos tenía las ganas de ver más discusiones o peleas que llevaran a Barou a un castigo— Y yo distraeré a Barou.