Crónicas de un futbolista. (+18)

Capítulo 8.

Emily se sintió realmente mareada, su estómago comenzó a revolverse y casi por un instante un suave sollozó salió de entre sus labios.

Ego estaba intentando no ponerle atención a que Emily se sentía rota no solo por haber perdido a sus padres, también perdió a su novio y lo había perdido a él.

[Y no sabía cómo hacer que Emily perdonara su forma tan irresponsable y fría de ser.]

Tensó la mandíbula y se decidió a darle una oportunidad, él deseó poder ver hasta dónde era capaz de llegar así que era momento de ver a su niña crecer.

—Bien...—se puso de pié y dió unos pasos a su dirección, observando con sumo detalle el sonrojado y precioso rostro que aquella chica poseía, vaya parecido tenía a su difunto y gran amigo; Rio— Si mis chicos ganan, harás lo que yo digo. Me obedeceras, y te irás a Suiza a seguir estudiando lejos de tu hermano.

La respiración de Emily se aceleró y su mirada no se apartó de la suya aún después de sentir cómo un balde con agua caliente le caía encima.

Pudo ver esa aura fría provenir de él, Emily sabía que lo poco que le quedaba de vida feliz, se acabaría si perdía ese partido.

Y ya no había vuelta atrás, sobre todo si el sentimiento de sentirse digna de ser responsable, estaba por la borda.

—A,Acepto.

—De acuerdo, el partido comienza dentro de cinco horas, puedes visitar la sala de repeticiones y ver los partidos anteriores. Puedes elegir a cualquiera que se encuentre disponible en la lista que te enviaré luego.

Emily asintió por lo bajo antes de regalarle una pequeña reverencia.

El hombre de 30 años se dió la vuelta y ella también lo hizo, era momento de demostrarse el uno al otro de lo que eran capaces y aunque Emily sintiera terror por ello... Muy en el fondo sintió que obtendría su victoria.

[Solo esperaba que Ego no eligiera a nadie dentro del top 5.]

—¿Qué pasó? ¿Sí podré quedarme? —preguntó una ansiosa y asustada Lisa mientras caminaba entre pequeños trotes detrás de una Emily a punto de explotar— Osita, ¿Qué fue lo que sucedió?

—N,No lo sé... Creo que estoy acabada —respondió parándo de golpe su caminata, dándose la vuelta para poder verla a la cara— Tengo que prepararle la cena a los chicos, ayúdame y te cuento todo...

Lisa supuso que algo malo había pasado, Emily parecía querer llorar y aunque sabía lo orgullosa que era cuando se sentía estresada... Era casi imposible hacerla sentir bien, sobre todo si sus sentimientos estaban sobre alguien que alguna vez fué importante en su vida.

...

—Tiene que ser una broma, ¿No?

Lisa no pudo creer nada de lo que Emily le comentó, la pelinegro se sentía frustrada por todo y su mente estaba tan perdida que no dejaba de observar el papel que estaba entre sus dedos.

Lisa sabía que Ego había sido alguien a quién Emily adoró con el alma y aunque ambas apenas tuvieran 8 años de haberse conocido, se le hacía difícil poder comprenderla...

[Sobre todo cuando Emily estuvo prostrada durante meses en una silla de ruedas.]

Resopló sin decirle nada más y ante su perdida de animos decidió no incomodarla más.