Capítulo 30.

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Sus ojitos estaban hinchados, su nariz no paraba de soltar mucosa y aunque él estuviera en silencio, no dejaba de acariciar suavemente su cabeza.

El reloj marcaba las 8:00 en punto y aunque hayan estado en esa posición durante 30 minutos, ella se sentía apenada al querer decir algo... Sobre todo después de verlo tan tranquilo aún después de saber que Kaiser la cortejaba y Nagi la seguía a todas partes.

—Hace unas noches... Pedí un deseo —musitó con la mirada perdida en el techo, sintiéndose tranquilo al estar ahí junto a ella después de tanto tiempo extrañandola. Emily movió su cabeza, sus ojitos hinchados estaban en aquél bonito y varonil perfil que a simple vista podía verse un tanto serio y sincero, pero que realmente era una falsa fachada vestida a todo lo contrario llamado seriedad— Le pedí al universo que los ojos llenos de dulzura e inocencia de mi estrellita... Me mirasen otra vez.

—¿M,Mis ojos tienen inocencia y dulzura?

Él bajó su mirada después de escuchar aquella pregunta, él iba vestido algo urbano ese día. Emily sabía que le gustaba mucho vestir de forma cómoda y el olor a ese perfume que llevaba esa noche... La hizo hasta suspirar por lo bajo, no mostrandole importancia a que era un delicioso perfume que no había olido antes.

—Es cómo un bonito y profundo mar en el que me ahogo y del cuál no quiero salvarme —explicó removiendose nuevamente para poder quedar cara a cara a ella. Emily tenia la nariz roja y verla más tranquila después de escucharla llorar por un buen rato... Le dió a entender que ella necesitaba desahogarse un momento y pidió gracias al cielo la gran oportunidad que tenía de estar ahí por un rato más— ¿Te molesta que diga éstas cosas después de mucho tiempo?

—N,No...

—Quiero que me des el permiso de quedarme a tu lado.

—Puedes hacerlo.

Emily se sonrojó, Ryusei sonrió lentamente de oreja a oreja pues su estrellita había pensado en voz alta. ¡Emily lo había extrañado! Y aunque sabía que tenía que aguantar sus celos de verla con el idiota de cabellos plateados, tampoco iba a dejar que él se intentara pasar de listo con lo que más le importaba.

—Me extrañaste... ¿Verdad?

—N,No me hagas responder a eso —se negó cubriéndose el rostro, para Ryusei ella era bastante delicada. Sus dedos de las manos eran largos y bonitos, siempre llevaba consigo algunos anillos bastante finos que le mostraban la elegancia más hermosa. Incluso llevaba brazaletes de vez en cuando y era muy raro verla usar relojes, por eso había optado en obsequiarle una bonita pulsera de tobillo— No he abierto tu obsequio todavía.

—Entonces abramoslo juntos —mencionó tomando su mano derecha, dándole señal de que era momento de ponerse de pié nuevamente— Por cierto, olvidé mencionar que Nomi saldría por algo especial que solicité para tí.

Los ojos de Emily brillaron, ¿Otra sorpresa más para ella? ¿Que tenía pensado su diablito para ella esa noche?

—Supongo que Lisa lo escondió en nuestro lugar secreto.

—S,Sí... Creo que sí —musitó con ella caminando a sus espaldas, dirigiéndose a dónde se encontraba su gran y calido armario. Ryusei sonrió pues el olor a Emily divagaba por todas partes y esa noche... Él quería quedarse con algo de ella— Barou ya sabe sobre tí...—Ryusei se detuvo justo en el instante que abrió la puerta del armario, sus ojos le mostraron perplejidad pues después de tanto tiempo... Emily jamás le había hablado de él a su hermano, ¿Acaso su regalo le dió sospechas de quién era S.R?— Tranquilo, él no sabe que estás en Blue Lock...

—¿Por qué ahora?

—N,No lo sé, tu obsequio me dejó realmente sorprendida porque admito que había extrañado tanto tus bonitas petunias...

Crónicas de un futbolista. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora