'5 a 4'
El partido había terminado y por más que hayan dado de todo su esfuerzo, al final no pudieron lograr ese triunfo.
Barou se tomó del pecho, Emily había sido trasladada al hospital y el que decía ser su padrino, la había acompañado esa noche.
Era claro que tenía que hacerse cargo de Emily, a esas alturas no podía pasarse de listo... Mucho menos con Richardson y Robert Shoei, metidos en Japón.
—¿A quién elegiremos? —preguntó un entusiasmado Tokimitsu sobre la espalda de Aryu, quién con pequeñas estrellas brillandole por el rostro, se sentía feliz de haber ganado aquél partido.—
—No lo sé, pero hay alguien que me gustaría elegir...—mencionó Bachira después de haber podido soltarse de una gran maldición que llevaba sobre sus hombros, y ver a Isagi tirado en el suelo, lo hizo dar unos pasos al frente— ¿Piensan lo mismo que yo?
—Pues...
—Callense —les dijo un arrogante Itoshi parado al otro costado de ellos, sus compañeros voltearon en dirección a él. Éste parecía verse algo irritado y a esas alturas no comprendía su actitud, ¿A caso era por lo que había pasado hace un rato?— Yo elegiré y no habrá objeciones...
—Tsk...—Barou masculló entre dientes, sabía perfectamente que ese idiota jamás lo elegiría, mucho menos a sabiendas que jamás podrían llevarse bien por lo que había sucedido con Emily.—
—A quién tienes en mente, ¿Rin?
La pregunta de Aryu hizo que Rin se removiera en su lugar, éste no dejaba de halarse el cuello de su camiseta mientras la llevaba a su nariz. El olor de Emily se había impregnado en aquél abrazo, era obvio que ella jamás regresaría a él por más perdón que le pidiera.
¿Era ese su momento de olvidarse por completo de ella?
—Emily...—aquella mención los hizo sorprenderse, ¿A caso Itoshi Rin estaba loco? ¡No podía elegir a Emily! Por más grandiosa que fuera, para ella era peligroso jugar con hombres— Si tuviera la opción de poder elergirla... Definitivamente lo haría sin dudarlo.
—Eres un maldito infeliz, Itoshi...—masculló Barou poniéndose de pié, Nagi también lo hizo. No podían permitirse caer ante nadie, mucho menos ante el imbécil que estaba en el puesto #1 de Blue Lock.—
—Ven, Isagi Yoichi...
Chigiri bajó la mirada, a caso si Emily estuviera ahí... ¿Podrían haber ganado? Muy en el fondo se sintió devastado, sobre todo porque Itoshi Rin jamás podría elegir a alguien que tuviera un severo problema con su rodilla.
...
Se quedó parado justo frente a la puerta que daba entrada a su habitación y no supo cómo reaccionar a la idea de saber que podría ser peligroso si no tenía cuidado.
Observó su teléfono y aquél mensaje lo hizo sentirse un poco extraño, ¿A caso le tenía miedo a esos 2? Probablemente el saber que no eran buenas personas, claramente lo hacían sentirse muy inseguro.
[Sobre todo si Emily no obedecía a sus órdenes.]
La puerta se abrió y sin tener que ponerse a pensar más en los Shoei, sólo se dedicó a ir con ella.
Emily estaba postrada en una cama, llevaba una venda alrededor de la cintura y debajo de aquella venda. Se había colocado una gasa con un medicamento que pudiera calmar el ardor.
Había sido medicada a base de inyecciones y para su muy mala suerte, los dolores en los brazos la hicieron lloriquear más de lo que ya se encontraba quejando.
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Crónicas de un futbolista. (+18)
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