Capítulo 32.

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Su cara le demostró que había quedado felizmente lleno esa mañana. Reo acarició su cabeza suavemente pues Nagi había comido demás e incluso había tomado su bebida favorita.

[El té de limón era lo más delicioso que siempre ha podido probar.]

Y saber que había sido hecho por Emily, le daba la total satisfacción de todas.

—Estuvo rico...

—Emily cocina muy bien y eso que ésto solamente es pan y huevo —dijo un Hyoma realmente encantado sobándose la panza, su madre había llamado mientras disfrutó de su desayuno. La familia de Chigiri no sabía que él estaba teniendo domingos libres y había una gran razón por ello.—

—Es increíble la dedicación que ella muestra, me gusta mucho.

Todos se quedaron callados, Nagi abrió lentamente los ojos y lo primero que hizo, fué tomar de la cabeza a un Meguru al punto de llevarse su último bocado de sandwich a la boca.

—Repite lo que dijiste...

—¿Uhm? Me aprietas el cerebro, suéltame.

—Amm, Nagi... No creo que...

—Que éste personaje mencioné que le gusta Emily me hace sentir molesto, ¿Creen que bastaría dos de mis puños en su rostro? —Meguru arrugó la frente, ¿Era ese Nagi celoso una parte nueva que no había visto antes? Le sorprendió ya que normalmente Nagi era callado, se la pasaba jugando vídeojuegos y cuando se trataba de entrenar, era demasiado intenso... Aunque a veces era demasiado cruel para decir las cosas— Di tu objeción ahora...

—Deja el drama, que haya dicho que me gusta, no significa que la vea como a una pareja... No me gusta Emily de esa forma —Nagi aún así, no lo soltó. Hyoma observó detenidamente de aquella escena pues jamás se imaginó que un perezoso Nagi mostraría un lado salvaje tan pronto— Ya suéltame, Emily es como a la hermana mayor que nunca tuve.

Sus ojos observaron aquello con preocupación, alguien había bajado las escaleras y ver a Nagi y a Meguru al punto de irse a los golpes, la hizo caminar a pasos rápidos en dirección a ellos.

Emily se había entrometido de la forma más audaz posible, su trasero había que empujado el bulto de Nagi hasta al punto de hacerlo jadear.

El perezoso se aferró a su espalda y gracias a ello, un gruñón Bachira había sido liberado.

—¿Estás bien, Meguru?

—¿Que es lo que comen para tener esa fuerza? ¿Espinacas? —Bachira no se sintió contento y saber que tendría una incomodidad en su estadía en casa de Emily por culpa de un celoso Nagi, no había estado en sus planes de súplica al rey por dejarlo ir a ver a Emily— Estoy bien, pero creo que mi cabeza explotará si vuelven a sujetarla de esa forma.

—Necesito que tomen la calma, no quiero que tengan problemas y mucho menos que se sientan incómodos en su estadía —habló separándose de un sonrojado Seishiro, Nagi se sintió excitado y ya era momento de tomar su venganza— Necesito hablar contigo, Lisa vendra después de la una asi que Hyoma, ¿Podrías hacerme el favor de cumplir lo que mi hermano necesite?

—C,Claro, no tengo ningún problema —Hyoma volvió a sentir aquél tan inesperado sentimiento otra vez, ¿Que era eso? Aún no lo entendía pues en su estadía en Blue Lock esa semana, no había sentido nada raro. No entendía qué era ese poder que hacía que al servir a Barou, su cuerpo reaccionara de una forma muy sumisa y eso definitivamente le estaba asustando mucho.—

—Muchas gracias —dijo tomando la mano de un Nagi bastante ansioso, Meguru le sacó la lengua en forma de insulto pero el de cabellos plateados estaba centrado solamente en su linda presa— Reo, Bachira... Pueden ir al patio, justo a lado de la piscina, encontrarán una puerta de color blanco, eso da en dirección al sótano.

Crónicas de un futbolista. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora