Capítulo 26.

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El brazo izquierdo de Emily se encontraba alrededor de su cintura, abrazándose fuertemente mientras caminaba a pasos rápidos en dirección a su habitación.

Lisa no paraba de llamarla y para el colmo, Emily no se esperó que aquella chica se posara justo frente a la puerta que daba acceso a su lugar seguro.

Su mirada estaba llena de lágrimas, su rostro estaba rojo por la presión que había tenido y jamás se imaginó que ella le ocultaría algo como haberse acostado con su hermano mellizo.

[¡Sintió la traición!]

—Escúchame... Sé que no debí haberme quedado callada y perdóname, ¡No sabía cómo decírtelo!

—A,Acabo de abrir la puerta para poder buscar a mi mellizo y lo único que ví fué que estabas abierta de piernas con él entre ellas... ¡Jodete!

Emily se dió la vuelta, cuando aquella chica quiso bajar las escaleras el grito de Lisa llamándola, había hecho que tanto Nagi y Barou, corrieran hacia dónde Emily estaba por caerse.

Aquellos 2 habían estado al punto de molerse a golpes y escuchar el ruido de la puerta principal abriéndose en el momento menos esperado, obvio les traería más problemas.

—¿Qué es ese escándalo? —preguntó Nomi alzando una ceja, los chicos se habían quedado quietos unos momentos. Chigiri y Reo traían todo lo que se había solicitado para ese día y sus estómagos ya comenzaban a rugir como leones sin haber comido durante una semana entera— ¡¿Emily?!

—¡Suéltame..! —espetó en un gruñido luego de que Nagi lo detuviera a que tocara a Emily, Emily casi se había tropezado al bajar y si no hubiera sido por Nomi, ésta habría terminado rodando escaleras abajo— ¿Cómo te atreves tocarme?

—No voy a permitir que toques a Emily oliendo a Lisa —la castaña se cubrió la boca rápidamente, su cuerpo se llenó de vergüenza y no tuvo otra opción que solamente correr hasta dónde se encontraba la habitación de Barou... Nagi había sonado muy cruel ante eso y no iba a quedarse a escuchar lo mal nacido que era— Ve con ella, es mejor que hables primero con tu amante y luego tomes un baño...—espetó por lo bajo acercándose más a él, quedando a pocos centímetros de su rostro y vaya sorpresa se llevó... Ese olor a vagina que normalmente sentía al tener que hacer de sexo oral, estaba plasmado en el aliento de Barou— Hueles a fluidos vaginales, también cepillate los dientes.

Barou lo empujó por los hombros, Nagi se había tambaleado ante ello y por más que quiso tener que reventarle la nariz... Se quedó quieto apretando sus manos en puños.

Emily se encontraba recostada en uno de los sofas de la sala de estar. Reo y Chigiri no tenían ni la menor idea de lo que había pasado pero pudieron ver el cómo Emily se miró bastante afectada.

¿A caso terminó siendo un fiasco haber dejado a Emily con Nagi?

¿Donde carajos se suponía que se había metido Barou?

—No llores, no te hace bien, preciosa —Hyoma intentó tranquilizar a Emily, la de cabellos negros solo sollozaba de forma tan ahogada que le dolia más el golpe en las costillas, que un secreto tan íntimo como el de su mejor amiga cogiendose a su hermano— Respira, tu salud no esta bien y no es momento para que le des más riendas al dolor...—susurró agachado frente a ella, observando con lujo y detalle el como Emily lloraba. Ella le estaba mostrando mucho dolor en aquellos gestos y para Chigiri no hubo otra cosa que solo querer saber qué era lo que había pasado— Tranquila...

—Yo lo haré, puedes ir a la cocina.

Chigiri alzó su mirada cuando Nagi tocó su hombro, el peliplata necesitaba tranquilizar a Emily y ese había sido el peor momento para que todo eso ocurriera.

Crónicas de un futbolista. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora