Su rostro estaba pintado de rojo y para su vista verla sufriendo hasta al punto de ahogarse para ella misma sus gemidos, se le hizo hasta gracioso pues jamás de todas las chicas con las que había estado... Alguna se había aguantado tanto en no gemir y gritar su nombre.
—Tiemblas cómo a un chihuahua, Emily... Mi pene todavía no entra en tí y mis dedos están empapados de tus líquidos.
—N,No...—Nagi había ladeado la cabeza, sus dedos no dejaban de moverse y presionar aquél punto que la hacía poner los ojos en blanco. Fué imposible no soltar una suave risilla mientras se acercaba a ella y buscaba sus labios— S,Suéltame... Ne,Necesito ir con... ¡Uhmmm!
Emily se quejó cuando aquél albino le cubrió la boca, necesitaba a Emily totalmente rendida ante él. Sabía lo frustrada y cansada que había estado pero verla bailar y cantar de aquella forma lo hicieron sentirse deseoso.
Quiso comersela antes de ir al campo a ganar, pero... El reloj estaba a tan sólo 40 minutos de su partido por lo tanto, el polvo que se echaría en aquél instante...
[Sería suficiente para sentirse recargado de energías.]
Sus espasmos la hicieron temblar mientras tiraba la cabeza hacia atrás, Emily se había corrido y aunque Nagi deseara bañarse otra vez de ella, no podía mostrar signos de que había estado con su bocadillo especial dentro de un armario de limpieza.
—Controla esa lluvia, en otro momento podrás miarte todo lo que quieras.
—E,Eres un imbécil, Seishiro...—espetó entre dientes tomándolo de los hombros, Nagi sólo ladeó la cabeza ya que los insultos que Emily le daba, solo le demostraban lo bien que la pasaba siendo su esclava— ¿C,Cuánto es..?
—Veinticinco totalmente dura —susurró sobre su boca entrando lentamente en ella, a Emily le tembló el labio inferior sin esperarse que el ardor que eso le causaba, tambien la hicieran sentirse bien, ¿Que le daban a los jóvenes de ahora? Se preguntó, Nagi era el segundo chico con quién se acostaba y aunque sus 25cm tuvieran un buen grosor... Los 17cm que habían estado antes, fueron incluso más dolorosos para ella— ¿Cuánto media el anterior? Se nota que no hacía un trabajo digno teniéndote...
—E,Eso no te incum... ¡Aaäh!
La pelinegro se quejó cuando sintió aquél mordisco justo en el muslo derecho, Nagi la había mordido fuerte y ver las marcas de sus dientes, le dieron a entender que eso le dejaría marca y dolería por algunos días.
—¿A caso Itoshi Rin la tenía pequeña..?
—¿Q,Quién dijo que Rin fué mi primera vez? —respondió de forma cortante y frustrada, Emily lloraba pues no se imaginó que Nagi buscaría morderla tan fuerte... Mucho menos que preguntara tan de repente el cómo Ryusei la trataba dentro de una cama— Nunca sabrás quien fué mi primera vez, pero si te hace bien saber cómo me hacía sentir... Ten en cuenta que al menos él amó con locura tenerme entre sus brazos.
La mandíbula de Nagi se tensó, Emily lo había empujado para alejarlo de ella pues necesitaba salir de ahí lo más pronto posible y aunque no quisiera mostrarse más brusco y patán de lo que ya se estaba comportando... Su instinto la hizo tomarla de la cintura y regresarla otra vez al mesón.
Emily se congeló cuando su trasero quedó empinado a la total deriva de aquél albino. Nagi se había colocando otra vez en su entrada y entrando lentamente hasta la mitad, terminó empujando su cérvix de una estocada.
Los pies de Emily se retorcieron hasta al punto de alzarlos al aire, su cuerpo se sintió pequeño con aquél chico a sus espaldas y jamás se imaginó que la tomaría de regreso pero ésta vez dándole la espalda.
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Crónicas de un futbolista. (+18)
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