¿Por qué escribo?

41 11 2
                                    

                Esto empezó como un blog de historias donde no se subían historias. Luego llegaron cuentos que nadie leía porque se querían esas historias de las que había casi más retrasos, extras y curiosidades que capítulos. Fue inevitable que acabaran en el cajón a la espera de esas correcciones con las que prometí su perfección mientras los cuentos se iban imponiendo. Poco a poco también se volvieron tan ocasionales como sus predecesores, sustituidos ahora por microrelatos y escritos que a veces ni siquiera esperan ser leídos, únicamente existen para desahogarme sobre un tema o por la necesidad de escribir algo, cualquier cosa, ya sea por algún reto o como calentamiento antes de algo más serio.


                Sin saber por qué escribía ni para qué, sin molestarme en decantarme por un tema ni restringirme a un tipo concreto de blog, he ido obligándome a publicar algo, cualquier cosa, muchas veces por escribir y cumplir mi objetivo de hacer un par de párrafos como mínimo cada día. Fue la única medicina que se me ocurrió contra la maldición de la hoja en blanco o la sequía de palabras.


                Por fin soy capaz de responder cada vez que me pregunto por qué escribo: porque me gusta, porque lo necesito para distanciarme del mundo y continuar creando uno propio. No es una pregunta al azar, sino algo que a veces me cuestiono cuando la afición se convierte en tortura.


                Si alguien que también escribe me lee, espero que también pueda o algún día llegue a compartir el placer de poder hacer algo que te gusta, algo que es solo tuyo y que nada puede controlar. No vale cualquier tipo de escrito, el misterio de cuál es os lo dejo a vosotros.

Escritos sin sentidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora