¿Desde cuándo estaba perdido? ¿Fue al girar a la derecha o a la izquierda?
El niño se detuvo, herido en su orgullo de adulto en miniatura. A la luz de la tarde todos los callejones parecían reflejos de una misma calle capaz de desdoblarse en cientos de clones con sus pequeñas diferencias: una papelera algo torcida, un árbol podrido... Ligeros cambios que apenas servían para distinguir los diferentes tramos que había recorrido. La papelería en la que todo había comenzado quedaba ya lejos, en esa hora difusa en la que su correría había comenzado.
¿Derecha o izquierda?
Rompió a correr, buscando el atisbo familiar de una cara, un letrero o algún restaurante. Cualquier señal sería suficiente para calmar esa inquietud que iba creciendo según el crepúsculo teñía el cielo de naranja.
Pero solo encontró al monstruo.
A pesar que se escondía tras una máscara sonriente, era imposible ocultar esa anormalidad que destacaba como las garras o los cuernos. Aun así, el niño no sintió que fuera peligroso, no más que un accidente de coche o estar perdido.
―Hola ―murmuró, dubitativo―. ¿Vas a comerme?
―¿Acaso es eso lo que quieres?
―¡No! Es solo que... Eres un monstruo y eso es lo que hacen los monstruos.
―¡Oh! Tranquilo, solo soy esa sombra amarga que los humanos alimentáis con el fracaso ―la criatura esbozó una torpe reverencia―. Lo único que puedo devorar es vuestra esperanza.
Aquellas palabras, lejos de calmarle, lograron que el chiquillo comenzase a temblar.
―¿Sabes dónde está mi casa? ―Farfulló, casi a punto de llorar.
―¡Por supuesto!
―Entonces dímelo.
―No puedo, no ahora. Comprenderás que tengo que esperar a que pierdas la esperanza de encontrar el camino correcto antes de darte la respuesta.

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Escritos sin sentido
RandomEscritos sin sentido de una bruja soñadora sobre musas, ángeles que sobrevuelan el espacio o terroríficas noches en el hospital. En ocasiones hay historias ocultas en los silencios de los personajes de estos relatos, secretos para aquellos que se at...