Lilian
Ahora estábamos en el gran salón con muchas personas que no conocía, unos eran socios y amigos de mi papá y otros eran amigos de Patricia. La cena había sido tan aburrida, aún no me acostumbraba a esta nueva vida, no estaba acostumbrada a salir y socializar con gente desconocida.
Mis amigas y los chicos estaban aquí, aunque trataba de divertirme no podía, no sentía que era mi ambiente, los chicos y las chicas estaban divirtiéndose y yo solo los miraba con una sonrisa falsa. De pronto todos se callaron y tomaron asiento y mi papá habló a Joel y a mí, había llegado la hora de que nos presentáramos como "familia".
Nos sentamos en un sofá, mi papá, Patricia, yo y al final Joel. Estaba tan nerviosa, varios reporteros se acercaron y empezaron a entrevistar a mi papá, suspiré y traté de no ponerles mala cara así que sonreí falsamente.
Mi papá dijo unas palabras, la presento como su futura esposa y presento a Joel, yo estaba muy nerviosa e incómoda. Mi papá era un empresario muy famoso, pero nunca habían sabido de su vida privada.
Incluso a mí nadie me conocía, hasta hace unos meses que nos vieron salir de un centro comercial y pensaron que mi papá era mi suggar daddy, lo sé, ese día fue todo un caos, tuvimos que dar entrevistas y fue como me conocieron. La entrevista estaba por terminar, cuando de pronto vi a toda esa gente tomando fotos y grabando cada detalle que empecé a sentirme mal, entre en pánico y la ansiedad comenzó.
Miré a todos lados, terminó la entrevista y todos se levantaron de su lugar y fueron a la barra, empezaron a tomar, me quede ahí sentada y sentí como si me fuera a caer, caminé a la salida sin saber a dónde iba, sentí que me pecho se cerraba y mi respiración se estaba cortando.
La ansiedad había regresado, la última vez que me había dado un ataque de ansiedad fue hace unos meses y desde ahí ya no había pasado, normalmente pasaba porque sentía mucha presión social o porque estaba rodeada de muchas personas, como saben, soy una persona antisocial, nunca he estado acostumbrada a estar con tantas personas más que con mis amigos o en fiestas donde estoy rodeada de gente que conozco.
—No... no ahora.—dije con la respiración entre cortada, iba bajando las escaleras del gran salón, sentí que no pude más y me agarré de la pared.
—Oye, ¿estas bien?—escuche a alguien detrás de mí.
—No.... Ayúdame... por favor.—dije en un hilo de voz, empecé a temblar y mi pecho se cerró más al punto de casi quedarme sin aire.
— Lilian, ¿estás bien? — se acercó a mi y me cargo en sus brazos, cerré mis ojos y traté de calmarme.
— Sa... sácame... sácame de aquí por favor... — dije muy apenas y abracé a esa persona.
El me llevo hasta su auto, subí y trate de calmarme, por suerte siempre traía mis pastillas para la ansiedad pero ahora no sabía dónde estaba mi bolsa.
— Mi... mi bolsa, se quedó en el salón. — me desespere.
— Tranquila, iré por ella. — el se fue y ahí reaccioné, el que me estaba ayudando era Joel.
— ¡Mierda! — sentí una punzada muy fuerte en mi pecho y otra ves mi respiración se entre cortaba.
Recosté mi cabeza en el asiento mientras me quejaba, cerré los ojos y toque mi pecho, traté de tranquilizarme pero no servía, el dolor aumentaba, Joel regresó con mi bolsa.
— Hey, ¿estás mejor? — abri mis ojos.
— No, me siento muy mal. — tome mi bolsa y saqué mis pastillas, mis manos temblaban, sentía mi cuerpo muy débil.
— Deja, yo te ayudo. — me quito mi bolsa y busco las pastillas.
— Gracias. — el me dio una botella de agua y me tome la pastilla, recosté nuevamente mi cabeza en el asiento y cerré mis ojos tratando de calmarme.
— ¿Para que son esas pastillas? — preguntó después de subir al auto.
— Sufro de ansiedad y estas pastillas me tranquilizan. — respondí abriendo mis ojos.
— Puedo saber ¿porque te dio un ataque de ansiedad? — seguía con su mirada fija en mi.
— Ocurre por estar rodeada de tantas personas, esta ves fue por la presión social, esto ocurre de la nada y solo las pastillas me ayudan. — suspire y baje mi cabeza.
— Lo siento tanto, ¿ya estás mejor? — lo miré y asentí. — ¿Quieres que vallamos a casa? — su mirada seguía puesta en mi.
— Por favor... y te pido que no le digas nada a mi papá, no quiero preocuparlo, el está muy feliz y no quiero arruinar eso. — sonreí a medias.
— Tranquila, no dire nada. — puso el auto en marcha hasta casa mientras yo miraba por la ventana, poco a poco sentí que mis ojos se cerraron.
Joel
Miré a Lilian y se había quedado dormida, recordé en el estado que la encontré, me sentí mal por ella, saber que sufría de ansiedad me hizo sentir aún peor, la estaba pasando mal, no creí que detrás de una niña mimada, bonita y que siempre cargaba una sonrisa, había una niña que sufría de problemas.
Llegamos a casa y no quise despertarla, la baje del auto y la subí a su habitación, le quite sus zapatos y la tape con la cobijas, salí de ahí y entre a la mía, me di una larga ducha, puse mi pijama y me acosté, realmente no dejaba de pensar en ella, a pesar de que en ocasiones me caía mal, se que es buena y muy linda.
No se en que momento me quede dormido, desperté por los rayos del sol que entraban por la ventana, me di un baño, me lave los dientes y me arregle para la universidad, ya casi acababa, me faltaba muy poco, baje a la cocina pero me detuve al escuchar que Luc y Lilian hablaban.
— De verdad estoy muy feliz por ti papá, Paty es una mujer muy hermosa. — dijo con una sonrisa, ella sabía como sonreír a pesar de haber pasado una noche horrenda.
— Lo es, muchas gracias por apoyarme pequeña. — la abrazo.
— Sabes que cuentas conmigo para todo, aunque no estoy acostumbrada a convivir con más personas, me estoy tratando de acostumbrar. — volvió a sonreír.
— Quiero pedirte que trates de hablar con Joel y que se lleven bien, no me gusta que le pongas mala cara, no son los modales que te enseñe. — la miro serio.
— Si papá, disculpa, trataré de llevarme mejor con el, ahora me tengo que ir, se me hace tarde. — le dio un beso en la mejilla.
— Cuídate mi amor. — dijo y Lilian se fue.
— Buenos días. — saludé entrando a la cocina.
— Buenos días Joel. — me saludo con una sonrisa.
— ¿Donde está mi mamá? — lo miré
— Aún no despierta, justo iba a llevarle el desayuno. — agarró la charola con el desayuno listo.
— Que lindo de tu parte. — dije con una sonrisa.
— Te deje desayuno en la mesa. — dijo con una sonrisa.
— Muchas gracias. — el se fue y yo me senté a desayunar.
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"Un amor imposible" - Joel de León.
RomantikTodo empieza con mi padre dándome la noticia que se iba a casar con una mujer la cual yo nunca había conocido, así es, mi padre había llegado de su viaje de "negocios" muy feliz, ni siquiera había sido un viaje de negocios, si no unas vacaciones con...