Capitulo 40

134 8 10
                                    

Joel.

La noche había caído muy rápido, mi brazo rodeaba la diminuta cintura de mi bella chica, sus ojos cerrados, sus labios rojizos, su cabello alborotado, se veía tan perfecta, después de hacerlo una segunda ves cayó rendida, nuestros cuerpos estaban completamente desnudos, una de su pierna estaba encima de la mía, sonreí al verla, se veía tan tranquila, en realidad era una fiera en la cama.

La amaba tanto, más que a mi vida, ahora que todo se había arreglado estaba más que feliz, no me molesta haber tenido iniciativa en esto, había entendido las palabras de Jade, si ninguno daba el siguiente paso nada se iba a arreglar, y lo había entendido una semana después, la necesitaba tanto, era como mi vitamina de todos los días que sin ella me sentía sin rumbo.

La miré por última vez antes de quedarme profundamente dormido. La ruidosa alarma sonó, la apague antes de que ella se despertara, aunque dudo que lo haga, hace unos días había salido de vacaciones y se despertaba tarde.

Me levante de la cama y entre al baño, me di un baño, por primera ves después de casi dos semanas me sentía relajado, sentía felicidad en mi cuerpo, tome la toalla y salí de ahí, tome una playera, mi pantalón y me los puse, baje a hacer el desayuno, la casa estaba sola, como siempre, entendía que mi madre tenía trabajo y Lucas aún más.

Termine de preparar todo, lo puse en una charola junto a una linda rosa que corte del jardín, meses atrás me hubiera matado por cortarlas.

Entre a la habitación, aún estaba dormida, dejé la bandeja en la mesita de noche, me acosté a su lado y bese sus labios, empezó a moverse y abrió los ojos.

—Buenos días... dime que no fue un sueño.—dijo tallando sus ojos.

—No fue ningún sueño mi amor.—la volví a besar.

—Gracia a dios.—suspiró sentándose en la cama.

—Traje el desayuno.—le acerqué la bandeja.

—Gracias mi amor.—su cara cambió a una de sorpresa.

Hasta yo me había sorprendido.

—Me gusta que me digas así.—lamí mis labios.

—Es raro... pero me gusta.—se rio.

Ambos empezamos a comer mientras platicábamos de cómo había sido estos días sin uno del otro.

—Iré a cambiarme, me veo horrible.—se levantó de la cama.

—Te ves hermosa, me encantas.—le di una nalgada.

—Lo dices para quedar bien.—frunció el entrecejo.

—Me encantas, eres bellísima.—la tome de la cintura pegándola a mi cuerpo.

—Te amo chiquito, pero de verdad quiero verme bien, para ti.—sonrió.

—Está bien preciosa, anda, ponte guapa, iremos a un lugar.—deje un beso en sus labios y recogí la charola para llevarla a la cocina.

—¿A donde?—pregunto con una sonrisa.

—Es sorpresa.

Salí sin decir más, baje y lave los trastes que habíamos ensuciado. Subí a cambiarme la ropa ya que está no era para nada presentable, termine, tome mi teléfono y le escribir a Karina.

—Hola, llego en unos minutos, ¿quieres
que lleve algo?

—No, no, ya está todo listo, los esperamos.

Leí el mensaje y guardé mi teléfono en mi pantalón, Lili salió de su habitación, lucía demasiado hermosa, sonreí al verla, su cabello rojizo y sus ojos entre azul y gris la hacían ver aún mejor.

"Un amor imposible" - Joel de León.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora