Lilian.
Afuera había una tormenta terrible, hacia un frío inmenso y las calles de Los Ángeles estaban mojadas por la gran lluvia, me encantaba el clima así, era simplemente paz y tranquilidad.
Mi mirada estaba fija en aquel chico que robó mi corazón, él dormía con tranquilidad, miré aquellos labios gruesos y definidos que tanto me hacían bien cada que me besaba.
Sus rizos alborotados cayendo por su frente debido a las malas noches que habíamos pasado, me encantaba observarlo, era tan guapo. Yo me encontraba sentada en aquel pequeño sofá que se encontraba en el hospital.
Habían pasado diez días desde que Joel había luchado contra la muerte, no podía creer que el tiempo pasara muy rápido, mañana le daban de alta por fin, todos estos días lo estuvieron checando para ver si no habían quedado secuelas pero al parecer no.
Por otro lado yo me sentía la mujer más feliz y enamorada gracias estas dos personas que llegaron a mi vida inesperadamente: Joel y el próximo miembro de la familia.
El embarazo iba muy bien, Joel se había encargado de que yo descansara y comiera lo suficiente para mantener a nuestro bebé sano. He tenido cambios tanto emocionales como hormonales y físicos, claramente mi cuerpo está cambiando debido a que un bebé está creciendo dentro mío y me siento feliz por eso.
Joel está muy emocionado y cuenta los meses para que nuestro bebé nazca, aunque aún falta mucho para eso, apenas voy en el mes dos y nos falta mucho por vivir.
Mi mano estaba puesta en mi vientre, me encantaba sentir mi pequeña panza, que aunque no se notara tanto me daba alegría, siempre Joel y yo le hablábamos al bebé aunque no sabemos si nos escucha.
La puerta de la habitación se abrió, volteé a ver quien era y ahí estaba Paty entrando con una bandeja de comida. También debo decir que últimamente con el embarazo me volví muy delicada a la hora de comer, habían varias cosas que a mi bebé no le gustaban y me mandaba a vomitarlas.
—Buenos días, ¿Aún no despierta? —dijo mirando a Joel.
—Aún no, debe estar cansado, últimamente no puede dormir bien, tiene insomnio —respondí acariciando mi vientre.
—Te traje esto para que desayunes, espero a bebé le guste y no quiera hacerte vomitarlo —se rió poniendo en la mesita la bandeja.
—Muchas gracias, yo también espero lo mismo, últimamente anda muy delicado —reí tomando la taza de café.
—Dentro de poco cumple los tres meses —me miro con una sonrisa.
—Si, ya tres meses, ¿Lo puede creer? —entrecerré los ojos bebiendo de mi café.
—Realmente no lo puedo creer, a crecido mucho —se sentó a mi lado y acaricio mi vientre.
Paty siempre acariciaba mi vientre, últimamente con el embarazo se había vuelto muy apegada a mi y ella también deseaba tanto que ya naciera.
—¿Que te gustaría que fuera? —preguntó mirando mi pancita.
—En realidad lo que sea está bien, con que venga sanito a mi me sobra y me basta.
—Verás que así será, nacerá muy sanito y lleno de amor, aquí su abuela lo amará tanto —sonrió dejando de acariciar mi vientre.
—Buenos días bellas damas —la voz ronca de Joel nos hizo voltear a verlo.
—Buenos días hijo —se acercó a él y beso su mejilla.
—Buenos días amor —le lance un beso desde mi lugar.
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"Un amor imposible" - Joel de León.
RomanceTodo empieza con mi padre dándome la noticia que se iba a casar con una mujer la cual yo nunca había conocido, así es, mi padre había llegado de su viaje de "negocios" muy feliz, ni siquiera había sido un viaje de negocios, si no unas vacaciones con...