Capitulo 33

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Lilian.

Estos días que Joel no había estado en casa me había sentido mal, peor que cuando me dijo que era una inmadura, no tenía ganas de nada pero aún así, tenía muchas cosas que hacer en la universidad.

Esos días para mi fueron tan lentos que aún con todas las cosas que tenía encima sentía que el día pasaba lento.

Todo cambio cuando lo vi parado enfrente de mi puerta, acababa de llegar de las prácticas, me había dado un baño y me puse la pijama, baje a la cocina a tomar algo ya que no tenía apetito, estos días mi alimentación estaba mal.

El hecho de que me confesara tantas cosas no dude en correr a sus brazos y besarlo pero me contuve hasta que no aguante más y lo bese, quería confiar en él y así sería.

Me desperté por el ruido de su teléfono, ¿Que este chico no apagaba su alarma en sábado? Bufé molesta, tome su teléfono de la mesita de noche y la apague, aún eran las ocho de la mañana, ni loca me levantaba a esta hora en sábado.

Me di la vuelta para acomodarme ya que estaba un poco incómoda, sus brazos rodeando mi cintura era lo mejor, me hacía sentir tan tranquila.

—Mm, aún es temprano.—hablo con los ojos cerrado a lo que solté una pequeña risita.

—Lo se, pero al parecer a un chico guapo se le olvidó apagar su alarma.—bufé.

—Lo siento, iba a salir esta mañana a correr pero contigo aquí, prefiero no ir.—abrió los ojos encontrándose con los míos.

—Buenos días guapo.—le di un cálido beso.

—Buenos días bonita.—me sonrió, tomó mi cara y la acercó a él.

—Uy...—dije cuando me hizo subir arriba de su regazo.

Puse mis manos en su abdomen, metí mis manos dentro de su camisa y acaricié su abdomen.

—Se me a quitado el sueño.—susurre en sus labios.

—Creo que a mi igual.—pego su frente a la mía.

Y en ese momento mi teléfono hizo que nos despegáramos de aquel beso que sabíamos bien en qué iba a terminar.

—¿Hola?

—Hola Lili, ¿pasó por ti en un rato?—la voz de Chris se escuchó del otro lado de la línea.

—¿Pasar por mi?—rei.

Joel metió sus manos en mi blusa y acarició mi abdomen.

—Si, recuerda que íbamos a ir a desayunar y después a jugar bolos.—se carcajeó.

—Oh, mierda, es verdad, dale, pasa por mi en una hora.—Joel me miro serio.

—Vale guapa, en un rato nos vemos.—colgó.

—¿Saldrás?—alzó una de sus gruesas cejas.

—Si, olvide que Chris me invitó a desayunar y después a jugar bolos.—hice un puchero, puse mis manos en su mejilla y la acaricié.

—Dale, entonces iré a correr.—se levantó de la cama.

—¿Estas molesto?—lo miré fijamente.

—No, no, anda, se te hace tarde.—entro al baño.

—Dale, no te enojes, se que lo hiciste.—me levante de la cama y fui hasta la puerta del baño.

—Se te hará tarde.—grito del otro lado de la puerta.

—Bien, mira, em, te prometo no tardar.—suspire volteando los ojos.

"Un amor imposible" - Joel de León.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora