Capitulo 42

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Joel.

En dos días la mujer que robó mi corazón cumplía años, estaba muy nervioso porque no sabía qué regalarle, realmente nunca he sido de obsequiar cosas o preparar sorpresas, pero desde que esa mujercita llegó a mi vida cambió todo.

Este era el nuevo yo, yendo de tienda en tienda para el regalo perfecto para ella, le pedí ayuda a Rachel quien me dio muchas ideas y una de ellas era el crucero al que quería irse, claro que me iría con ella, no la dejaría ir sola, ósea si, pero yo quería ser quien estuviera ahí en un día tan especial.

Había preparado miles de cosas que tuve que apuntar en una libreta porque si no se me olvidaba todo, llevo casi toda la semana buscando las cosas perfectas para lo que le quería dar, aún no me decidía por algunos regalos, todo esto estaba escondido en la casa de Rachel quien era mi cómplice.

Tenía casi todo listo, los boletos para irnos a un crucero en Hawái y también la reservación en una de los mejores hoteles de ahí.

—Mamá, te quería pedir permiso para salir de viaje con Richard y Erick este jueves, es que quieren ir con sus novias a pasar las vacaciones y me invitaron.—le mentí.

—Si hijo, anda, ya sabe, con cuidado.—dijo sin prestarme tanta atención, era más importante su trabajo.

Volteé los ojos y subí a mi habitación a hacer mi maleta, tenía que tener todo listo para solo agarras las cosas he irnos.

Después de unas horas encerrado haciendo maletas, me encontraba en la cabaña de mi papá, donde últimamente pasaba el tiempo junto a Lili. Estábamos acostados en la habitación viendo Rapunzel, quien me viera, todo lo que hacía por ella.

—Ya me aburrí, podemos hacer otras cosas mejor.—apago el televisor y se metió dentro de las sábanas.

Bajo hasta mi pantalón y lo desabrocho, sabía por donde iba la cosa.

—¿Que haces?—dije al sentir como sacaba mi pene y sus pequeñas manos lo tocaban.

—Nada... tengo ganas de chupar algo.—levante de la sabana y la miré con lujuria.

Estos últimos días habíamos tenido sexo en todos lados, incluso hasta en el auto mientras nuestros padres estaban dentro de la casa.

—Mételo a tu boquita, quiero verte atragantándote con mi pene.—le dije con voz ronca.

Obedeció, lo llevo a su boca de una, sin pensarlo dos veces, su tibia lengua pasó por toda mi longitud, escupió en su mano y con ambas lo masturbaba tan bien, cerré los ojos, eche mi cabeza hacia atrás y me deje llevar por la pequeña traviesa que estaba devorando gustosa mi gran y erecto pene.

—Dios... sigue nena... así.—dije entre gemidos.

Se atragantó con mi pene, lo lamió, lo chupó, lo saboreo tanto que me encantaba, ella parecía experta en esto, sus pequeñas manos subieron por mi abdomen, lo acariciaba delicadamente, nuevamente bajaron a mi miembro, sentí las gotas de sudor caer por mi frente, mi boca estaba entre abierta mientras mis gemidos parecían ser música para sus oídos.

—Recuerda no correrte antes de probarme.—me dijo, abrí los ojos, me guiño un ojo.

Siguió haciendo lo mismo sin despegar su mirada de la mía, estaba a punto de correrme y al parecer ella lo sabía...

—No, no.—lo saco de su boca y lamió sus labios.

—Mierda nena.—gruñí.

Me levante de la cama, la lancé con cuidado dejándola acostada, quite todas sus prendas dejándola expuesta a mi, lamí mis labios al verla, sus brazos se alzaron quedando arriba de su cabeza, abrí lentamente sus piernas y hundí mi cabeza en su zona.

"Un amor imposible" - Joel de León.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora