Capitulo 19

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Lilian

Había llegado la hora de salir con Joel, Nick se había ido hace una hora y yo estaba encerrada en mi habitación buscando que ponerme, estaba un poco nerviosa, no les mentiré, aunque Joel y yo iniciamos mal, por alguna extraña razón estaba sintiendo cosas por el, los besos que nos habíamos dado, el sexo que habíamos tenido, me hacían despertar muchas cosas al solo recordarlo, pero aún tengo que conocerlo más, y asegurarme de lo que realmente sentía por él.

Dos golpes en mi puerta se escucharon, aún no terminaba, me faltaba ponerme mis zapatos y máscara de pestaña, con los nervios al mil abrí poquito, dejando ver a mi padre, sentí un gran alivio, aunque habría creído que era Joel, lo dejé pasar y me quedo viendo.

—¿Pasa algo papá?—reí mientras lo miraba nerviosa, aún no se me quitaban los nervios.

—¿Vas a salir?—pregunto con seriedad, me estaba dando miedo.

—Si, iré con Rachel al cine.—mentí, le di una sonrisa fingida ya que su actitud me estaba asustando.

—Está bien, solo pasaba para decirte que este fin de semana iremos a la playa, Patricia, Joel y nosotros.

—Está bien papá, ¿te pasa algo?—pregunté con temor.

—No mi amor, es solo que, ya has crecido mucho, ya no eres mi dulce niña, la que corría por toda la casa dejando juguetes regados, ya eres toda una señorita.—con una sonrisa triste, se acercó a mi para abrazarme.

—Ay papá, no lo soy, lamentablemente tenemos que crecer.—reí y unas lágrimas bajaron por mis mejillas.

—Cada ves te pareces más a tu mamá.—se alejó un poco de mi para acaricia mi mejilla.

—La extraño, aunque ya asimile todo, me hace falta papá.—me escondí en su pecho a llorar.

—A mi también me hace falta, ella siempre será el amor de mi vida, pero también entendí que no podía cerrarme al amor, y Patricia me hace muy feliz.—acarició mi cabello.

—Lo sé papá, me da mucho gusto que ella te haga feliz.—lo miré y él limpio mis lágrimas.

—Te ves muy hermosa mi niña.—dejo un beso en mi frente.

—Gracias papá, te amo.—lo abracé por última ves.

—Te dejo para que termines de arreglarte, no llegues tan tarde.—asentí con una sonrisa y él salió de mi habitación.

Cerré la puerta de mi habitación, me volví a sentar enfrente de mi tocador, me miré en él y era real lo que mi padre decía, en mi tocador tenía una foto con mi madre, la tomé en mis manos y nuevamente recuerdos de ella llegaron a mi mente.

Cuando amas a alguien, así pasen años, nunca podrías olvidarla, y era verdad, mi madre tenía cinco años de haber muerto, y el sentimiento seguía igual como la primera ves que murió, una lágrima cayó en el portarretrato, la deje en su lugar, limpié mis lágrimas y corregí mi maquillaje, debería estar bien, mi mamá siempre quiso eso, que no lloráramos cuando ella marchara, pero si supiera el dolor que nos dejó, todo lo que hemos vivido sin ella.

Nuevamente sonó un golpe en mi puerta, supuse que era Joel, tome mi bolso y abrí, mis fosas nasales fueron inundadas por su delicioso aroma, me dedico una sonrisa al igual que yo y salimos con cuidado ya que mi padre ni Patricia sabían que saldríamos juntos.

—Te ves muy guapa fresita.—me alago al salir de la casa.

—Tu también.—sonreí con timidez.

—Habló enserio, eres una chica muy hermosa, aunque iniciamos con el pie izquierdo, no te negaré que cuando te vi, te me hiciste muy hermosa.—confesó y sentí como mis mejillas ardían, de seguro ya estaba más roja que un tomate.

"Un amor imposible" - Joel de León.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora