Capitulo 66

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Lilian

—¡Joel! —la pequeña Megan corrió a los brazos de su hermano quien la recibió con los brazos abiertos.

—Pequeña, que bonita estás —dijo dándole vueltas en el aire.

—Linda, que bueno tenerte aquí —Karina se acercó a saludarme.

—Hola Kari, gracias por recibirnos —sonreí dándole un beso en la mejilla.

—No hay de qué preciosa, está también es su casa —se apartó de mí para dejar que su esposo se acercara a saludarme.

—Bienvenida nuevamente, linda —me sonrió, al igual que su esposa lo salude con un beso en la mejilla.

—Muchas gracias —sonreí nerviosa, a pesar de ya haber estado con ellos hace tiempo y conocerlos me daba nervios como la primera ves.

—Que guapa estás preciosa —me alago Karina con una sonrisa.

—Muchas gracias, usted también está muy linda, los años aún no se hacen notar en usted —le sonreí animadamente.

—Hay que dices linda, yo ya me veo las patas de pollo por mi cara, me traumo —ambas reímos.

—Papá, Karina, les tenemos una noticia que dar —intervino Joel entrelazando su mano con la mia.

—Claro hijo, vamos al comedor, Karina preparo lasaña, tu favorita —hablo su padre.

—Iré sirviendo —se alejó ella de nosotros.

Le sonreí a Joel y caminé detrás de ella.

—¿Gusta ayuda en algo? —pregunte entrando a la cocina.

—Oh no nena, tranquila, tú eres invitada.

—No, déjeme ayudarle a servir —insistí.

—Está bien, conste que yo dije no —se rio leve—. Puedes ayudarme con llevar los platos

—Claro que si —ella empezó a servir la lasaña en los platos y yo los iba llevando al comedor, cuando termine ella salió con la jarra de limonada y vasos así que tome la jarra y le ayude.

—¿Tú eres Merida, verdad? —la pequeña Megan me miro con una sonrisa.

—¿Aún lo recuerdas? —reí sirviendo la limonada en los vasos.

—Claro que si, eres la primera novia de mi hermano, como podría olvidar esa linda cara, aunque ahora ya no tienes el cabello rojizo —comento con una sonrisa en sus labios.

—Creí que no me recordabas y si, me lo pinté hace dos años de este color —tome un mechón de mi cabello enseñándoselo.

—Es muy lindo, yo quisiera tenerlo negro.

—Ou, ¿Por que? Tu cabello es hermoso —termine de servir la limonada y la acomode en los lugares.

—No lo sé, no me gusta tanto, las niñas me dicen oxigenada —frunció sus pequeños labios, reí bajito.

—¿Pero por qué? No le hagas caso, tú eres preciosa —me acerqué a ella.

—¿Tú crees que soy bonita?

—No lo creo, lo eres, eres una belleza, a mi me hubiera gustado tener tu cabello —tome un mechón de su cabello y jugué con el.

—¿Tú cabello era rojizo natural? —preguntó mirando mi cabello.

—Si, mi madre era pelirroja de nacimiento, lo heredé de ella —sonreí orgullosa.

—Que lindo, tu mamá debe de ser muy hermosa —me sonrió con dulzura.

"Un amor imposible" - Joel de León.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora