Capitulo 61

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Lilian.

Estaba platicando animadamente con Nick, la verdad que su compañía me hacía sentir mejor, estos últimos días habían sido pesados pero la mamá de Joel y Nick me ayudaban un poco, no podía creer que tres semanas habían pasado y Joel no despertaba, quería que despertara ya para poder abrazarlo.

Ahora tenía un mes de embarazo, estaba por cumplir los dos y lo único que quería era a Joel para que viera como crecía nuestro hijo dentro de mi.

Le tuve que contar a Paty que estaba embarazada porque a Nick se le salió gritarlo una ves que estábamos discutiendo por mi alimentación. Ahora no solo tenia a Nick encima mío regañándome por no comer, Patricia se había sumado.

—Aquí está tu bote de helado, espero Joel despierte pronto para que él sea quien te traiga tus antojos —renegó Nick dándome mi bote de helado.

—Ay mi niña, ya se está empezando a notar el embarazo —dijo Paty sentándose a mi lado.

—Uy si, va para dos meses, aunque es muy pequeño el bulto —dije tocando mi pequeño abdomen que se empezaba a formar.

No era tan grande pero si se veía un poco de pancita, como cuando te inflamas, tipo así.

—Espero mi hijo despierte pronto para que sepa que un pequeño angelito viene en camino —sonrió con tristeza.

—Yo también espero eso Paty, muero por contarle sobre el bebé y que esté aquí con nosotros —una lágrima traicionera cayó por mi mejilla.

Y es que últimamente lloraba por todo, el doctor dijo que no lo hiciera tanto porque podía hacerle mal al bebé, pero era inevitable, dicen que las embarazadas se ponen delicadas por todo, no lo creía hasta ahora.

—Tranquila nena, recuerda no llorar porque le hace daño al bebé —dijo Patricia, acarició mi mano.

En ese momento un fuerte grito se escuchó por los pasillos, Paty y yo nos miramos confundidas.

—De seguro alguna persona quiere entrar a ver a algún familiar y no le dan el pase —dije levantándome de aquella silla.

Pero los gritos se escuchaban más cerca.

—Le digo que no puede pasar si no tiene permiso, llamaré a seguridad si no me hace caso señorita —la voz de una enfermera resonó por toda la sala.

—Dios mío, que personas intensas, se quieren meter sin tener autorización —renegó Paty con el ceño fruncido.

—Y eso es de todos los días —suspire pesadamente.

Cuando una mujer de pelo negro entró a la sala junto con la enfermera detrás de ella.

—Doctora, no me hizo caso, no tiene autorización para entrar —la jaloneo del brazo.

—Suéltame idiota —se zafó de su agarre.

Miré bien a la chica, esos ojos, esa cara nunca la olvidaría en mi vida, ¿Acaso estaba viendo mal?

—¿Ra-Rachel? —titubee.

—Esa misma, vengo a ver a Joel, dime donde lo tienes y que mierda fue lo que le hiciste —me grito molesta.

¿Porque venía a ver a Joel? ¿Como sabía que estaba aquí? La desconocía, había cambiado tanto.

—No tienes permiso de entrar, llamaré a seguridad para que te saquen, no se que haces aquí —la miré sería.

—Haz lo que quieras pero yo quiero ver a Joel, ¿Que fue lo que le hiciste? —se acercó a mi peligrosamente.

—No le hice nada, él tuvo un accidente automovilístico, ¿Porque estás tú aquí? —enarqué una ceja furiosa.

"Un amor imposible" - Joel de León.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora