Capitulo 41

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Lilian.

—¡Dios, esto está delicioso!—dije al probar el postre que preparo Karina.

—¿Les gustó?—pregunto con una gran sonrisa.

—Es el mejor postre que he probado.—volví a decir.

Joel y Megan reían de mí, los miré extraño.

—Es que ellos están acostumbrados a comer este postre siempre, solo lo hice por ti.—me sonrió.

Desde que llegamos a la casa de su padre me sentía tan bien, no era incomodo, me trataban súper bien y me hacían sentir querida.

—Ya estamos aburridos.—hablo la pequeña mientras comía un poco de pay que también hizo Karina.

—Ay, a mi me encantaría comer esto todo el tiempo, lastima que en casa ni hacen casi postres.—hice un puchero mientras comía más tarta de queso con arándano.

—Puedes venir todo el tiempo que quieras y yo te hago postres, para cuando vuelvan a venir haré palmeras de hojaldra.—me sonrío.

—Ay, ¿De verdad?

Ella asintió.

—Que rico suena.

—Kari, estuvo muy rico todo pero nos tenemos que ir, tenemos una cena con el padre de Lilian.—me miro.

Mierda, la cena, se me había olvidado por completo.

—¿Princesa Merida ya se va?—pregunto Megan con un tierno puchero.

—Si mi niña, pero vendremos pronto.—le dijo Joel apretando sus mejillas.

—Te estaré esperando princesa.—se acercó a mi y me dio un tierno abrazo.

—Yo también estaré esperando para volver a verte bonita.—le di un beso en la mejilla.

—Bueno pues esperamos que pronto vuelvas, nos encantó conocerte linda, esta es tu casa y cuando esté muchacho te quiera volver a traer, sabes que eres bienvenida.—me dijo el papá de Joel.

—Muchas gracias señor, igual a ti Kari, todo estuvo delicioso.—les sonreí amable.

—Gracias a ustedes por venir, se can con cuidado.—también me dio un beso en la mejilla.

—Volveremos pronto papá.—se despidió de ambos.

Después de tantas despedidas salimos de la gran casa, subimos al auto y arranco directo a casa, el camino fue silencioso, realmente no teníamos nada que decir, su mano en todo el camino estuvo en mi pierna mientras conducía.

Llegamos después de casi una hora ya que la casa de su padre estaba muy lejos.

—Te veo al rato preciosa, te amo.—beso mis labios.

Mi estomago se revolvió al escuchar esas palabras.

—Nos vemos al rato guapo.—le di otro beso y baje.

Entre a la casa, después entraría él para no levantar sospechas, subí a mi habitación y ahí había una caja con un lindo vestido, tenía una nota.

"Desde que lo vi en la tienda me lo imaginé puesto en ti, se que te quedará perfecto, espero te guste tanto como a mi me gustas tú, muero por quitártelo esta noche, recuerda que te quiero mucho."

Con mucho amor, Joel de León.

Sonreí como tonta al leer la nota, sin duda era el mejor, mordí mi labio de solo imaginar como lo hicimos esta tarde en casa de su papá.

"Un amor imposible" - Joel de León.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora