EPISODIO 18

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EL PRECIO DEL PASADO

HANNIBAL

La carta se pasea por entre mis dedos mientras tengo la mente perdida y sentado en mi silla reclinable medito. Decisiones complejas, requieren análisis profundos y tomar esta determinación no es fácil, y más cuando está involucrado la persona que te dio la vida.

Tocan la puerta de mi oficina, doy la orden de ingresar y es la Daniela, la pelirroja quien ingresa con documentos ya organizados y debo decir que fue una muy buena elección dejarla con vida.

—Señor—luce un vestido de flores blancos—aquí tengo ya los documentos que me pidió, las cifras, números y ganancias.

Es importante llevar las cifras de los préstamos que realizamos y aunque tenía eso controlado, debo decir que con esta chica las cosas son más sencillas.

Tenemos muchos ingresos, desde prestamos, venta de drogas, armas, las discotecas y, aunque no estoy de lleno en el tema de ventas de personas o de órganos, tengo contactos que me hacen las cosas fáciles cuando las requiero.

Todo está perfecto, tan bien explicado que cualquiera lo entendería de inmediato. En definitiva, viva es mejor.

—¿Y lo que te pedí? —asiente entregándome la siguiente carpeta.

—Aquí está todo señor—sonríe.

—Buen trabajo Daniela—sigue de pie mientras reviso los documentos importantes.

Lo son, aquí estos documentos relacionan directamente a Paris y su empresa con la mía en mis negocios ilícitos. Esto lo utilizare después, necesito untarlo lo suficiente para que no tenga dudas y acceda hacerme socio.

Esto me gusta, pero debo avanzar y no quedarme siempre en la oscuridad, se manda, se siente el poder, pero quiero otras ligas y el imbécil de Paris será la puerta que necesito para conseguir mis objetivos.

—Yo quería preguntarle algo señor—asiento mientras reviso y la niña en verdad tiene talento. Aún no ha pasado el mes de prueba que le di, pero el mismo día se ganó el derecho de vivir.

—Habla.

—Tres cosas en básicamente—sigo en lo mio.

—No estás en condiciones de pedir nada, si te recuerdo tu…

—Lo se señor—tiene una voz muy dulce, tierna de solo una pequeña asustada a la cual la muerte la ronda, pero ella tiene muchas ganas de vivir—solo quiero pedirle que me permita seguir estudiando en línea, sé que no puedo salir, o socializar, pero es primordial para mi seguir mis estudios.

—Cuál es la segunda cosa—paso la siguiente hoja, me gusta, nombre, fecha, monto, intereses, plazos. Todo muy organizado.

—Tiene un libro de cálculo avanzado y….

Alzo a mirarla, señala el lugar donde se encuentra. La foto de mi hermana está ahí y paso saliva. Daniela se parece mucho a ella, aunque físicamente son muy distintas, mi prisionera tiene el cabello rojo, mientras mi hermana es rubia, sin embargo, tiene el mismo espíritu combativo.

—No tengo ningún problema con ambas—respondo y por un momento la noto que se asombra, pero después sonríe, le gusta mi respuesta y supongo que no se lo esperaba—solo porque considero que lo único que te mantiene con vida es tu cerebro, sin él, no serias nadie y una mente que no se educa, no sirve para nada.

Solo asiente borrando la tonta sonrisa alegre que tenía segundos atrás.

—Y bien, que más quiere—me parece increíble estar escuchando las peticiones de esta chica cuando no está en la capacidad de exigir nada porque simplemente es mi esclava.

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