ADICCIÓN

EPISODIO 45

DIA DE OLIVIA

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OLIVIA EVANS

Me quito la bata después de terminar el trabajo en la veterinaria, los zapatos y hasta la ropa dándome una ducha en el baño personal que todas las oficinas tienen.

Debo decir, que Dracco Mcfinnigan hizo un excelente trabajo, el baño de la veterinaria es precioso, espacioso y es una delicia darse un baño aquí ya que el mismo es mas grande que el de mi apartamento.

Dejo que el agua entre en contacto con mi piel y solo es para refrescarme, me tocó en esta oportunidad la peluquería y aproximadamente fueron unos 20 caninos y 10 felinos que no es trabajo para nada fácil, pero que amo, ya que nos ocupamos de los cuidados propiamente estéticos, incluye el peinado o el corte de pelo, sino también realiza una inspección de su salud.

El vestido que uso es corto, con la espalda descubierta y las mangas largas. Es de color malva, me encanta los colores pasteles que van bien con mi tono de piel, mis ojos verdes y mi cabello rojo natural. Los pendientes que uso hacen juego con el collar y termino reparando mi reflejo en el espejo amando a la mujer que veo.

Por mucho tiempo no me sentí así, y por eso, ahora que encontré mi fuerza recuerdo y me reitero que... «Soy la tormenta que desafía los cielos, la llama que arde sin temor y la voz que resuena en la oscuridad»

Sonrió con seguridad, esa que Ava me ayudo a encontrar cuando me sentía basura en esta vida y desde que me halle, ame esta versión de mí.

Tomo mis pertenencias, un bolso donde guardo las cosas importantes y salgo de mi oficina, admirando la veterinaria que poco a poco esta creciendo de una manera exponencial.

—Dios mío—me encuentro con Ava—mujer, pero a quien vas a matar hoy.

Le sonrió a mi amiga que silva, elogiándome por como luzco y ella siempre es así de hermosa.

—No pienso asesinar a nadie, pero voy por tu hermano—le digo—esta noche, es todo o nada.

Deja la tabla contra su pecho sonriendo mientras inclina hacia un ángulo su cabeza con las cejas elevadas y una expresión que detona sorpresa.

—Con que así están las cosas—asiento y tiro mi cabello atrás sintiéndome hermosa el día de hoy.

—¿Sabes donde esta? —le pregunto y saca su móvil del bolsillo de su delantal blanco.

—Ya te averiguo—amo que siempre está para nosotras y nunca nos niega nada. Demora solo unos segundos marcándole, preguntándole donde esta y sonríe cuando obtiene la respuesta—esta en su apartamento, no tiene intenciones de salir, así que tienes via libre.

Que buena detective.

—Gracias.

—Chica, ve por el—alza la mano que choco mientras camino.

Saludo amablemente a las personas que están a espera de ser atendidas y me despido de la recepcionista antes de salir completamente de la veterinaria cuando las puertas automáticas se abren dándome paso.

Mi auto esta a unos cuantos pasos y le quito el seguro a lo lejos. Tuerzo mis labios dado que quiero cambiar el modelo, como también cambiar la zona donde estoy viviendo. Es el mismo edificio donde esta Ava pero quiero cambiar, no por ella, es porque deseo algo mas grande y mejor.

No tiene nada de malo avanzar, el dinero que estoy ganando por mi esfuerzo me da para darme ese tipo de gustos y no tengo con quien compartirlo solo conmigo misma y los perros callejeros.