ADICCIÓN

EPISODIO 25

MALAS INTENCIONES

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HANNIBAL

Aparto la puta que me lo chupa con rabia. Me enoja, esto no lo soporto, cuando en la única que pienso es en Ava.

La quiero tener, necesito hacerla mía, escuchar sus gemidos, provocar sudor en su piel, besarle la boca, fundirme en esa maldita mirada.

—¿Hice algo malo señor? —pregunta arrodillada.

—Ponte de pie, vístete y lárgate de aquí—exijo alejándome de ella.

Antes de conocerla, podía estar con otras mujeres, disfrutar del sexo con cualquier cuerpo femenino, pero desde que me tope con esa diabla endemoniada, no sé qué me hizo, pero no he vuelto a ser el mismo.

La prostituta se marcha y destapo la botella de Johnny Walker. Sirvo el whisky que me bebo en dos sorbos y camino cuando lleno la copa de nuevo.

Desnudo me acerco a la ventana, apenas el sol se alza y sigo con el mismo patrón deseando a una mujer que al parecer no puedo tener. Es muy bella, no sé qué tiene, pero pensé que ella cedería ese día que cenamos, mate a un hombre delante de ella para que me temiera y tuve el efecto contrario porque sé que le doy miedo, pero es de las que utiliza el temor como combustible para enfrentarme.

Reviso las ultimas fotos que le tomaron, había estado en contacto con algunas personas, al parecer quiere comprar una propiedad y le han tomado varias fotografías que detallo endureciéndome como nunca.

Ya no puedo seguirla, su maldito hermano se ha estado metiendo mucho en mis negocios, también desterró a mis hombres, además tiene a Dracco, a ese maldito hijo de puta protegiéndola, de esa manera se me hace más difícil acercarme a ella.

Me acerco a la librería, pongo la clave que activa el mecanismo. la estantería se parte en dos, permitiéndome visualizar uno de mis grandes secretos.

Mi lugar secreto, estas cuatro paredes son mi mundo, mi infierno, mi paraíso, es aquí donde realizo todas mis fantasías, soy un Dios, el único y justo aquí, la tengo para mí.

Organizó lo que tengo que organizar y me acerco a la muñeca la cual reparo, admiro y le sonrió. Esta acostada en la cama, como la quiero tener a ella en carne y hueso, con las piernas separadas y los ojos bien abiertos mirándome.

Froto la polla mientras me acerco, pasando la mano por la glande que acaricio y apenas hundo la cama, me voy contra la vagina que lamo, chupo y muerdo.

No dejo de masturbarme, de tocarme mientras sigo pegado al coño que lamo extasiado cuando me imagino que es ella a la que tengo de piernas abiertas, en mi cama y para mí. Las sensaciones son revoluciones que hace que acelere mas el movimiento de mi mano.

Hay cierto placer en la locura que solo un demente conoce. Doy la última lamida antes de subir besando el abdomen de plástico, tocar los senos y mirar su cara.

«Es muy parecida a ella»

La boca, su cabello, el color de sus ojos. Ella es una diosa que vino a este mundo para que contempláramos su belleza y como simples mortales solo nos ponemos de rodillas para besarle los pies.

Primero la huelo, sintiendo como mis músculos se tensionan y el olor de su colonia desata una tormenta de emociones en mi interior. Los ojos se me blanquean con las imágenes que proyecta mi mente retorcida de tenerla a ella en carne y hueso para mí, las manos se me vuelven puño blanqueándome los nudillos y la respiración se me pone pesada cuando siento que esto se me está saliendo de control.