DIA DE DANA 2

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Hola mis culposas, como les dije en ocasiones le traeré algunos capítulos extras de las chicas. Dana y Donimik gusto mucho, por esa razón, les traigo este capitulo que no tiene nada que ver con Vicio y no interfiere en la trama.

Capitulo caliente, de alto voltaje y temperatura alta.

Espero lo disfruten.

Comenten, compartan y recomienden.

Los quier@ mucho.

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Tarareo la canción de «No Doubt - Don't Speak» mientras me dirijo al estacionamiento de mi edificio. Muevo la cabeza y balbuceo una de las canciones que mas me gustan y entro estacionándome en mi espacio designado. Lo bueno de estos estacionamientos es que alquilas el espacio y siempre estará disponible para ti y los autos que tengas.

En mi caso, conservo el auto que le robe a Donimik, quien no se ha atrevido a buscarme para reclamarlo y llevo meses con la sicosis alborotada, esperando el momento en que se aparezca para vengarse porque robarle lo que al parecer, para el, era una posesión material más importante.

Estaciono el auto y apago la radio antes de tomar mi bolsa que esta en el asiento del copiloto y cuando levanto la cara, el corazón me queda en la boca al ver a Donimik de pie, frente a mí con los brazos cruzados delante de él, con su aspecto tenebroso y ojos miel que parecen atrapar la luz y retenerla en su interior.

Demonios, estoy en problemas.

El lenguaje de su cuerpo así me lo dice y apretó el volante con fuerza mientras el interior del vehículo se llena de tensión, y el aire parece más denso que nunca.

Mi cuerpo me tiembla cuando me mira con esos ojos miel, penetrantes y oscuros, como si pudiera ver a través de mi alma. Respiro profundo con lo que desencadena su aura fuerte que me atropella, viene con un gabán oscuro, y su cabello rubio, tirado hacia atrás, la cual revela una mandíbula firme y decidida, dejando claro que es un hombre de acción, de secretos y de sombras.

Me enfrento a él con mi propio gesto serio. No puedo evitarlo. Hay algo magnético en su presencia, algo que me atrae y me repele al mismo tiempo.

—Dana, Dana, Dana—me llama varias veces, consiguiendo que trague saliva y que con ese tono, envié escalofríos por toda mi espina dorsal.

Decido hacerle frente, no soy una perra cobarde y tarde que temprano esto iba a suceder, estaba preparada, solo que su aspecto sombrío y mirada penetrante hace que los ovarios se me descongelen.

—Donimik, Donimik, Dinimik—imito su mismo tono cuando camino, sentándome en la tapa del auto—viniste perrito a que tu ama te de una caricia.

Me burlo dedicándole una sonrisa que lo irrita y le frunce el ceño, como también hace que la mandíbula se le apriete con fuerza. Me gusta sacarlo de sus cabales, aunque tengo muy presente que provocarlo no es algo bueno para mi integridad personal y mas si quiero seguir respirando cuando sabemos lo peligroso que él es.

—Muy graciosa—responde con ese tono grueso y tosco, ladeando su cabeza—veo que disfrutas mucho de lo que no es tuyo.

—¿Hablas de este bebe? —paseo la mano abierta por la lata sin dejar de mirarlo y desafiándolo—no lo puedo negar, es mucho mas divertido que su antiguo dueño.

—Me estas cansando—exhorta y se le nota.

—¿Qué quieres entonces porque tu también me estas cansando a mí? —lo reto poniéndome de pie y dejando el aza de mi bolsa en mi hombro.

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