ADICCIÓN

EPISODIO 33

RESONANCIA

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AVA

Han estado en un momento así, no en el mismo contexto, pero en un instante similar donde quisieras tener un control remoto que tenga la capacidad de retroceder el tiempo.

Borrar, eliminar y simplemente reiniciar lo que sea, una acción, un momento, una frase, algo por el cual te arrepientes y simplemente lo quieres expulsar de tu cerebro porque sabes que una vez en ti, cambiara la forma en la que vez la vida.

En mi caso, la forma en la que miro al hombre que amo.

Tomo aire y trago el nudo que se me atora para que mis piernas no me fallen justo en este momento donde siento que el piso sobre el cual estoy parada se quiebra.

—¿Es verdad? —pregunto mirándolo a los ojos y trato de respirar para no caer a sus pies.

—Ava escucha por un momento—tengo a Flechas en dos pasos frente a mi pero retrocedo para que no se me acerque y fijo mis ojos en Dracco que tiene una expresión neutral.

—No te lo pregunte a ti—le digo a su mejor amigo apretando mis manos en puño.

—Flechas déjame a solas con ella—pide Dracco con un tono frio y no deja de mirarme sin tener ningún tipo de expresión.

—Pero..

—Ahora—no lo deja terminar y el negro asiente.

—Lo siento amigo—dice antes de mirarme—por favor solo escúchalo, no saques conclusiones apresuradas.

No le digo nada, solo me limpio la lagrima que se me escapa y al cerrar la puerta, los latidos que emite mi corazón son lentos, tan pausado que presiento que perderé el conocimiento en cualquier momento.

—¿Tu lo hiciste? —vuelvo a preguntar y pese a escucharlo, quiero confirmarlo—¿tu diste la orden para que destruyeran mi veterinaria?

No se si seré masoquista, pero una parte dentro de mi quiere escuchar un No, no fui yo, porque se que la verdad me rompería.

—No es tan sencillo Ava—responde y niego acercándome a él.

—¿Lo hiciste o no? —le grito y los ojos me arden—por favor, dime que no hiciste algo tan ruin, por favor dime que tú no me lastimarías de esa manera y caerías tan bajo.

Le ruego, pero si conozco en algo a Dracco Mcfinnigan sé que este hombre no miente, siempre va de frente y no sabe fingir en ningún aspecto.

—Si fui yo—su confesión termina por romper el piso y caigo al vacío sin llevar aire a mis pulmones—Pryntsesa.

—No me digas asiiii—retrocedo dos pasos cuando veo la intención de tocarme—no te me acerques...

Le doy la espalda y cubro mi boca con ambas manos, ahogando mi llanto. La punzada de dolor forma un agujero en el pecho que impide que respire con normalidad y de la nada comienzo a ver puntos negros en el espacio que me rodea.

La verdad duele y mas cuando quien te la dice es el hombre que amas. Se siente feo, me hiere, es como si una ola gigante me golpeara contra una roca quebrándome parte por parte los huesos.

—Ava—mi nombre en su boca ahora suena sucio y en verdad jode demasiado amar a una persona y en el fondo saber que no nos pertenecemos.

—Mi gatita Dracco—me abrazo a mí misma cuando un feo escalofrió me recorre y mis lagrimas gota a gota mojan la tela de mi vestido—la mataron cruelmente por tu culpa.