ADICCIÓN

EPISODIO 9

EDEN

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AVA

El aire lo suelto cuando ingreso a mi apartamento, guardo el móvil en mi bolsa después de leer el mensaje de Dracco. Las niñas están comiendo en la sala y apenas me ven se ponen de pie para darme un abrazo grupal.

Me hacen sentir bien, pero por alguna razón no me siento del todo plena y solo quiero apagarme por días.

—Lamentamos mucho lo de bola de algodón—habla Viola—sabes que amábamos a esa bola de pelos.

Solo asiento, en verdad no quiero hablar más del tema y tengo los ánimos por el suelo. Perdí a mi gata y posiblemente este a nada de perder el negocio con Maddox y dejar a mis amigas sin trabajo.

No me lo perdonaría y tengo una mezcla de odio y desilusión avasallándome el pecho.

Siento que detesto a Hannibal y cada vez me convenzo más que debe caer.

—Pasa algo mas—Dana aparta el cabello de mis hombros y a ellas no les puedo ocultar nada.

Me conocen demasiado bien, son años de amistad y así como yo conozco muchas de sus facetas, ellas saben cuándo algo me afecta.

—Paris—suspiro—ni siquiera me ha hecho una llamada, es como si yo no le importara nada.

Su indiferencia deja mucho que pensar y está bien que no se entere, pero no me ha llamado hoy en todo el día y cuando lo hace es para pedirme información y escasamente pregunta como estoy.

—Es un idiota, no te merece—comenta Nena y asiento porque ni cómo defenderlo, abogar por el como tantas veces.

—Gracias por existir—le digo sinceramente pero demasiado triste.

—Ven come algo que desde esta mañana no has probado bocado—niego de inmediato, nada me pasa ahora mismo.

—Yo necesito pensar, quiero estar sola—busco mi lugar seguro.

—Terminamos de comer y…

—No te preocupes Olivia, están en su casa.

Les doy la espalda encaminándome a mi habitación, me quito todo quedándome en bragas y me muevo al armario sacando una blusa de tirantes que deja mi abdomen descubierto.

Me meto al único lugar que me permite pensar y preparo todo para iniciar con el proceso. Tomo asiento en bragas y el torno comienza a girar mientras amaso la mezcla antes de comenzar a darle forma.

Es importante humedecer el barro para tener mejor control de él y esto lo aprendí en clases extracurriculares en la universidad.

Las lágrimas se me salen cuando pienso en la forma horrible en que murió mi gata, no sé cómo decirle a Maddox lo que sucedió y aun mas, me martilla la cabeza pensando en la propuesta de mi hermano.

Tengo claro que me da miedo, es riesgoso, pero también es cierto que a Hannibal hay que detenerlo. Yo solo quiero que pague lo que hizo, por destruir mi hospital y la forma cruel en que le quitaron la vida a mi mascota, es que siento que esto no se puede quedar así. Ese hombre pasa por encima de todo el mundo creyéndose invisible y quiero demostrarle que los grandes también caen.

La figura se me desmorona y tomo agua en las manos mojando el barro para empezar de nuevo. Suspiro, los ojos me arden, no es algo que deba tomarme a la ligera, pero si es cierto que me siento capaz, siento que puedo hacerlo y siento que, si quiero, lo dejo a mis pies.