April
La gente tóxica usa tus propios demonios para que creas que no estás sola, pero que no te engañen. Siguen siendo tus demonios y no los suyos.
Aquella mañana fuimos a la playa a pasear, Cosmo se pasó toda esta buscando conchas que regalarme y acabé con los bolsillos llenos. Cualquiera se atrevería a tirar alguna, yo desde luego no podía; se estaba empeñando en buscar las más bonitas para mí y eso le hacía ser el niño más feliz del mundo.
—En cuanto se dé la vuelta, las tiras —susurró Olivia cerca ce mi oído.
Me reí, pero así lo hice. Las solté cerca de la orilla para que el mar se las llevase y me quedé observando las olas moverse, inmediatamente lo enlacé con Rain y sus ojos bonitos. Una sonrisa apareció en mis labios y me giré a mirar a mi hermano, el cual abrazaba a Olivia y besaba sus labios con amor. Jamás lo había visto tan feliz y que ella le hiciese tanto bien, llenaba mi corazón de calidez. Le había enseñado que ya no solo tenía que cambiar por la gente que quería, sino también por él mismo.
Enseguida mi hermano se aproximó, me quitó la mochila de la espalda y me quedé mirándole sin comprender qué hacía. Entonces me cargó sobre sus hombros mientras yo gritaba para que me soltase, pero fue inútil, me tiró al mar y él cayó detrás. Al salir no pude evitar reírme y ver como Olivia nos fotografiaba desde lejos. Volvió a cogerme y tirarme de nuevo al agua.
—¡Aster, estás loco! ¡Está helada!
—El agua fría es muy buena, enana.
Acabamos empapados, tuvimos que quedarnos en la arena para que secase un poco nuestras ropas, Cosmo nos miraba algo enfadado y repetía que nos íbamos a poner malos.
—Voy a por algo al bar de aquí al lado. —Se levantó y me miró—. ¿Quieres agua?
—Sí.
—¿Puedes vigilar a Cosmo?
Asentí y este se sentó a mi lado en completo silencio, se apoyó en mí y yo le rodeé con los brazos. Fue entonces cuando escuché mi móvil y lo busqué por mi mochila hasta localizarlo, el número que salía en pantalla no lo reconocía.
—¿Quién?
—¿April?
Era una mujer de una mediana edad.
—Sí, soy yo.
—Hola, cielo, mira, soy la mamá de Harry y Archie... No sé si te han comentado algo.
—Hola, hola, sí. —Me aparté el pelo del rostro y asentía como si me pudiera ver—. ¿Es por el contrato de alquiler?
—Oh, no, eso está todo correcto. Mi hijo mayor me comentó que estabas interesada en uno de los puestos de trabajo que ofertamos, el de lectora.
Mis ojos se abrieron y mi corazón comenzó a acelerarse.
—Sí, sí... Bueno, algo me dijeron, aunque fue Lili.
—Lili, esa chica es un amor, hablé con ella y me dio muy buenas referencias sobre ti. Te quería llamar antes, pero como estabais de vacaciones decidí dejarte descansar.
Miré a Cosmo el cual jugaba con la arena.
—Sí, Lili es mi mejor amiga, suele exagerar...
—He leído tu currículum, y sé que no tienes experiencia en este sector. Pero suelo escuchar a mis hijos y me ha dado buenas vibras. Por eso quería hablar contigo, si sigues interesada me encantaría contar contigo.
No me lo creía, estaba soñando, por eso me pellizqué y no me desperté.
—Sí, sí... ¿Puedo preguntar cuál sería mi deber?

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Por medio de palabras
Teen FictionCrecí tapándome las heridas con retales sueltos y ahora no sé de qué estoy compuesta. Parecía algo sin sentido, pero él aseguraba que se trataban de palabras que no todo el mundo sabe leer. April Siempre escuché eso de que no había que juzgar un lib...