Todas las acciones conllevan consecuencias aunque las realicemos sin querer.
Rain
Al despertarme ella ya no estaba dormida, algo que no me esperaba porque normalmente seguía durmiendo hasta que volvía de correr, pero allí estaba, con los libros abiertos y estudiando sin parar.
—¿Has dormido? —pregunté mirando lo concentrada que estaba.
—Sí, claro que sí.
Me sonrió y me miró, lo dudaba un poco por sus ojeras. Tenía los ojos abiertos de par en par, un café de máquina en su mesita y el pelo completamente revuelto.
—Es tu primer examen, te saldrá de maravilla.
—Ya, no quiero que me salga de maravilla, quiero que me salga perfecto y... Y se me están olvidando las cosas.
Parecía muy estresada. Me levanté y me acerqué para observar la cantidad de apuntes que tenía, creo que yo no había cogido tanto en todo lo que llevábamos de curso.
Se recogió el pelo y salió de la cama tirando la manta detrás, no podía parar, era como si se hubiera inyectado cafeína en vena.
—April...
—Como suspenda mi primer examen...
—April...
Se paró y vi aquellos ojos nerviosos además de asustados.
—Te va a salir genial, no lo dudes.
—Lo dudo demasiado.
Me acerqué a ella, no apartaba los ojos de sus apuntes y le apoyé mis manos en su rostro. Me gustaba tanto acariciar su piel que buscaba cualquier excusa.
—Escúchame bien, te va a salir perfecto y después me restregarás tu maravillosa nota por la cara.
Asintió una y otra vez.
—Respira, ¿de acuerdo? Los nervios no te ayudarán, y una nota no definirá tu inteligencia.
No sé si ayudó, creo que sí porque sus hombros cayeron de golpe. Me mostró una sonrisa real y bajé mis manos.
—Vete a correr.
—A eso iba.
Hice mi recorrido matutino, volví a la habitación y me duché antes de ir a clase. Ella seguía en la cama, repasando demasiadas cosas y me percaté de que estaba mucho más dispersa que de normal, no se trataba solo por el examen. Al menos no lo parecía.
—Pasa una buena mañana, mucha suerte.
—Gracias.
Cogí un libro de lectura para leer en los ratos muertos y caminé a clase con la inesperada sorpresa de que Archie llegaba tarde. Por eso me senté e intenté guardarle sitio, mientras tanto leía por donde me había quedado. La trama estaba interesante, creo que mucho más que los anteriores que había elegido, porque sí, era un libro que April me había dejado. Por poco le hacía un altar por ello. Tenía un gusto excepcional, mucho mejor que el mío.
—¿Está ocupado?
Una chica señaló el asiento de mi lado, la clase se había llenado mientras yo estaba absorto entre las páginas. Me fijé en ella, era rubia con el pelo liso, aunque creo que parecían ondas surferas, unos ojos almendrados de color esmeralda y su rostro era afinado. Una barbilla fina junto con pocas mejillas.
—No, siéntate, claro.
Cerré el libro y lo dejé apartado.
—¿Lees?

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Por medio de palabras
Ficção AdolescenteCrecí tapándome las heridas con retales sueltos y ahora no sé de qué estoy compuesta. Parecía algo sin sentido, pero él aseguraba que se trataban de palabras que no todo el mundo sabe leer. April Siempre escuché eso de que no había que juzgar un lib...