14

231 30 0
                                        

A algunas personas les basta ver a otras cumplir con sus sueños y esperanzas, aunque ellas nunca cumplan los suyos por miedo.  

April

La contemplé feliz, tenía las mejillas coloradas todo el tiempo y no hacía más que suspirar y suspirar. Era difícil no alegrarse por ella porque irradiaba felicidad.

—Venga, vuelve, Lili. —Le pasé las manos por el rostro ya que estábamos en la cafetería.

—¿Tú no estás emocionada? ¡Tienes una cita esta noche! —Me cogió por los hombros y me sacudió—. ¡Mi April tiene una cita!

Atendí al hombre que se había acercado mientras que ella tarareaba una canción que no reconocía.

—Es tan amable... —susurró—. Y cariñoso, April... Me limpió la mejilla.

—Ajá, ¿luego te hizo eructar?

Me dio un golpe mientras ambas nos reíamos.

—En serio, es un amor. ¿Sabes que tiene una cabaña a las afueras?

—La tendrán sus padres.

—Bueno... Lo mismo es. Tiene un proyector gigante.

—Ajá.

Aquel día mi mejor amiga no estaba en la tierra, se encontraba en otra galaxia, concretamente en la de Harry. Sabía que habían estado hablando desde aquella comida, había aprendido muchísimo sobre él y no dejaba de repetirlo una y otra vez.

En ese momento vi a Harry empujar la puerta de la cafetería, sacudió los mechones de su negro pelo porque tenía pequeñas gotas de agua y se acercó al mostrador sin apartar los ojos de Lili, la cual seguía en otro mundo.

—Lili...

—Déjame.

—Lili...

Como tenía los ojos cerrados y miraba arriba no se percató de que Harry la observaba sonriendo.

—Hola, Lili.

Su voz hizo que por poco tirase todo lo que había a su espalda, la verdad es que cualquiera no se pondría así con aquella voz, veía como a Lili le temblaban las piernas y se ponía colorada. Comenzó a ordenar todo a una gran velocidad sin siquiera mirarle.

Ella jamás había salido con nadie, sí, se había dado unos cuantos besos, pero nunca pasó de ahí. Aseguraba que se pasaría toda la vida sola, que estaría llena de defectos y por eso nadie la quería. Era todo lo contrario, aquel que saliera con ella tendría una suerte incalculable porque tenía a la mejor persona a su lado.

—¿Qué tal estáis chicas? Perdona April, no te he dicho nada.

—No te preocupes. —Arqueé las cejas y me aparté para que ella se acercase.

—Hola, Harry.

Vi pasar a Archie y Rain, el primero puso los ojos en blanco al ver allí a su hermano, pero no dudó en acercarse.

—¿Por qué las acosas? —Quiso apartarlo, pero no podía con él—. Después me dices a mí.

—Solo venía a ver a Lili... Y April. —Sí, claro y yo me lo creía—. Como me dijo que trabajaban aquí, he dicho, voy a pasarme.

Creo que todos notamos a Lili colorada, moviendo sus pies porque no podía detenerse.

—¿Batido? —les pregunté.

—Batido —asintieron a la vez.

Decidí prepararlo yo para que ella pudiera estar con él, unos minutos, no tardé mucho y los dejé encima del mostrador. Seguían hablando.

Por medio de palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora