Por medio de palabras

39

Rain

Descubres que un hogar no se compone de ladrillos, mi hogar empezaba y terminaba con ella.

La esperé en la puerta del hostal tomándome mi café, la noche había sido bastante larga y el día no parecía querer acompañarnos por lo nublado que estaba. La vi salir con el transportín de Parches, abrió la puerta trasera y lo acomodó con el cinturón. Yo me senté en el asiento, y la esperé con la calefacción encendida, iba abrigada hasta arriba y supuse que tenía mucho frío. Al sentarse a mi lado lo hizo en silencio. Había desayunado con Lili en el restaurante, ambas se habían despertado mucho antes mientras nosotros seguíamos durmiendo.

—¿Qué tal la noche? —pregunté arrancando.

—Fría.

—¿Has pasado frío?

—Sí, no funcionaba la calefacción en la habitación.

—¿En serio?

No me lo podía creer.

—Pero no pasa nada, para lo que cuesta es normal que algo no saliera bien.

Asentí, en ese momento sacó su móvil y lo señaló.

—¿Por casualidad tienes cargador? No sé dónde he dejado el mío y anoche no pude hablar con mi madre.

Le señalé la guantera y ella lo sacó de allí. Enseguida lo enchufó y lo encendió, comenzó a sonar sus notificaciones y todo eran llamadas perdidas.

—Le dije a mi madre que fue bien... Sé que estuvo mal mentir, pero no quería que se preocupase... No quería que se obsesionase.

—¿Crees que es lo más correcto?

—Para ella sí. En realidad para las dos.

—Entonces no hay más que hablar.

En ese momento su móvil le sonó, lo puso en altavoz y pude ver que era Aster.

—Pero bueno, enana, ¿qué estabas haciendo?

—Lo siento, me quedé sin batería y estamos de camino a la granja.

—¿Ya? ¿Pero no habíamos acordado ir este fin de semana?

—Sí, pero... Pero las cosas se han complicado.

Podía ver como se mordía los labios para contenerlo.

—¿Qué ha pasado? ¿Es por Rain?

—¡No! —Negó inmediatamente y me miró de reojo—. ¿Estás en casa?

—No... Estoy con Olivia y Cosmo, hoy he dormido fuera. ¿Por qué?

Todo se quedó en completo silencio.

—He mentido a mamá, ¿vale? Pero no le digas nada.

—¿A qué te refieres? ¿Es sobre...? Mamá me ha dicho que habías mejorado, ¿a eso te refieres?

—Más o menos.

—¿Qué ha pasado enana? Cuéntamelo, déjame que intente ayudarte.

Parecía que sus ojos estaban llenos de lágrimas y me maldecía por no poder abrazarla en ese momento.

—No he llegado a la meta, Aster... Todo lo contrario, estoy... Estoy demasiado atrás.

—Ajá, vale.

—Y si no consigo... Y si no logro acercarme, posiblemente me ingresen.

—¿En el hospital? ¿En serio?