Existen ciertas de personas que no lloran porque creen que están siendo vulnerables, y yo lo veo como salir a la superficie después de bucear en lo profundo.
Rain
Contemplé sus libros en la estantería, su cama vacía y golpeé una y otra vez con el bolígrafo en mi libreta. Fue entonces cuando mi móvil vibró en la mesita, lo cogí sin intención de contestar, entonces vi el nombre de Aster y me lo pensé bien. Me quedé unos segundos viendo cómo sonaba hasta que al final acepté la llamada.
—¡Ey, tío! ¿Cómo va todo? —Sonaba muy alegre, aunque no entendía por qué forzaba su voz a una más grave.
—Bien, por aquí todo bien. ¿Cómo vas tú?
—Pues enganchado a un puto juego. Llevo sin levantarme horas de la silla.
—¿No estudiabas?
—Bueno... —Soltó una risa y escuché el sonido de un líquido, seguramente estaría bebiendo cerveza en su habitación enfrente de la televisión—. A veces voy y a veces no, ya sabes cómo es esto.
La verdad es que no, no quería acordarme de cuando dejé de asistir a clase, cuando me iba por las callejuelas en busca de cualquier entretenimiento y me metía en los bares para que me invitasen a alguna bebida como si tuviera la edad. Cuando volvía a casa y mentía a mi madre a la cara sobre cómo me había ido el día, mentía sobre las manchas de mi ropa, las heridas de mis manos o mi olor nauseabundo. Recordarlo ahora me daba vergüenza, yo no era ese chico y ojalá nunca lo hubiera sido.
—Ya veo, ya. Pues la verdad es que por aquí todo bien, me gustan mucho como se...
—¿Y las tías? ¿Ya te has llevado alguna a la habitación?
Una sonrisa molesta apareció en mis labios, desde luego todavía era más capullo que la última vez que hablamos. ¿Cómo había cambiado tanto? Que sí, que de pequeño metía los dedos en el enchufe porque aseguraba que no pasaba nada, pero joder, una cosa son tonterías de niños y otra comportarse como una maldita cabra que va dándose golpes por todos lados.
—No, la verdad es que de momento solo estoy con los estudios. No hago otra cosa.
—Joder, tío, qué aburrido. ¿Y mi hermana? ¿Ya la has pillado con algún tío?
—La verdad es que no me fijo con quien va tu hermana, ella va a su rollo y yo al mío.
La verdad es que mentía un poco, pero él no tenía por qué enterarse.
—Te ha dado mucho por culo, ¿verdad? —Volví a escuchar el sonido de líquido y un gruñido—. Por favor, dime que no ha vuelto con sus gilipolleces.
Cerré el libro que tenía delante y me pasé la mano por el pelo sin saber a qué se refería.
—¿A qué te refieres?
—Tío, si ves que se pone muy pesada con sus mierdas me lo dices y yo la llamo para que deje de marearte.
—Sigo sin saber a qué te refieres.
—Con sus mierdas de la comida, tío. La verdad es que ha resultado un alivio que se fuera, toda la casa está en paz y la tengo para mí solo.
Me quedé unos segundos en silencio, levanté la cabeza y me acordé de esa pequeña libreta donde había muchos más secretos que números.
—Ajá, lo de la comida. ¿Puedes ser más concreto?
Suspiró al otro lado, supuse que no le gustaba hablar sobre ello.

ESTÁS LEYENDO
Por medio de palabras
Teen FictionCrecí tapándome las heridas con retales sueltos y ahora no sé de qué estoy compuesta. Parecía algo sin sentido, pero él aseguraba que se trataban de palabras que no todo el mundo sabe leer. April Siempre escuché eso de que no había que juzgar un lib...