Lily me había llamado estaba mañana pronto para decirme si hacíamos un viaje exprés el cual tenía que pensarme todavía, ya que no estaba muy segura de querer ir. Si algo bueno tenía mi trabajo es que podía hacerlo desde cualquier parte del mundo, eso era lo bueno de ser la directora de tu propia empresa, aun que claro no sería así de no tener el pedazo de equipo que tengo detrás de mi y del que estaba más que orgullosa.
- Atenea ¿Podemos hablar? - me dijo Adam cuando me vio entrar a la villa.
Estaba mañana antes de la llamada de mi mejor amiga había salido a hacer ejercicio y a ver el amanecer, así desconectaba de la casa por un rato.
- No tengo nada de lo que hablar contigo. - le dije antes de volver a seguir mi camino, pero su mano me detuvo antes de que pudiera hacerlo.
- Claro estas demasiado ocupada intentando cazar al pilotito. - esculpió de rabia en mi cara.
- ¿De que estas hablando? - le dije intentando que soltara mi mano, pero fue en vano.
- ¿Qué te crees que nadie se ha dado cuenta de como le miras o de como le sonríes? - apretó más su agarre en mi muñeca.
- Adam me estas haciendo daño. - dije en voz baja, no quería montar un escandalo a estas horas de la mañana.
- Ahora entiendo por que Louis te dejo, no sirves para nada. - dijo dándome un pequeño empujo, pero sin soltarme del brazo - Crees que eres la chica perfecta, pero estas vacía, no tienes nada que ofrecer.
- Te he dicho que me sueltes Adam. - dije apretando mi mandíbula - Me estas haciendo daño.
- Eres una zorra, que solo quiere dinero. - dijo apretando más fuerte su agarre - Años intentando que te fijes en mi, llaga un idiota con pasta y pones toda tu atención en él.
Escuchamos unos paso y Adam me soltó rápidamente alejándose de mi.
En el momento en el que me soltó salí corriendo hacia donde iba a ir desde un principio.
Entre a la habitación y cerré la puerta de un golpe, en ese mismo momento lágrimas empezaron a salir de mis ojos.
¿Quién se creía Adam para tratarme así?
Yo no quería el dinero de nadie.
¿Qué se pensaba que no puedo conseguir por mi misma mi dinero?
- ¡Imbécil, gilipollas, niñato de mierda! - dije apoyándome en la puerta cerrada mientras dejaba que saliera toda la furia de mi llorando.
- Espero que esos insultos no vayan dirigidos hacia mi. - escuche la voz de Carlos al otro lado de la puerta.
'No puede ser. - me dije - Ahora no Carlos, no es el momento.'
- ¿Atenea? - hablo de nuevo.
Me levante del suelo y limpie mis lágrimas con mi puño, antes de abrir la puerta y estar cara a cara con Carlos.
- ¿Qué quieres? - le pregunté cruzándome de brazos.
- ¿Por que has llorado? - preguntó empujándome dentro del baño y entrando él, para después cerrar la puerta - ¿Qué ha pasado?
- No quiero hablar Carlos. - dije mirando a otro sitio, ni quiera me atrevía a mirarle a la cara.
Carlos cogió mis dos manos con las suyas y abrió los ojos al ver la marca que estaba empezando a aparecer en mi muñeca.
- ¿Quién te ha hecho esto? - preguntó, pero ahora su semblante era serio.
- No es nada, de verdad, no tiene importancia. - dije intentando soltarme de él, pero no pude.
- Atenea, hablo enserio. - dijo mirándome a los ojos - Si no me cuentas lo que ha pasado, lo descubriré por mi mismo.
- Carlos... - dije en un susurro - No es nada, de verdad. - baje la voz a un más no quería que nadie más se enterara y se formara un escandalo.
- No te voy a dejar salir de aquí si no me cuentas lo que ha pasado. - acaricio esta vez mi mejilla.
Dejo caricias subes en ella.
- He discutido con Adam. - dije agachado mi mirada.
- Ha sido el ¿te ha hecho eso él? - preguntó cogiendo mi barbilla para que lo volviera a mirar a la cara, yo asentí ante la pregunta que me había hecho - ¿Te ha hecho algo más?
Yo negué rápidamente.
- Antes de que pudiera hacer algo más ha escuchado como pasos se acercaban a la cocina y me ha soltado. - dije dejando que algunas lágrimas cayeran de mis ojos.
- Ey pequeña. - Carlos me rodeo con sus brazos - Estas bien, estas conmigo, no te va ha pasar nada. - dejó un pequeño beso en mi cabeza -Voy ha hablar con tus padres, no podemos dejar que ese chico siga trabajando aquí.
Eso sería lo más normal, pero yo no podía dejarle sin trabajo, además le conocía desde que teníamos doce años.
- No, por favor. - le dije - No hagas nada, simplemente no me volveré a acercarme a él. No puedo dejarle sin trabajo.
- Esta bien, no diré nada, pero si se vuelve a acercar a ti me lo tienes que decir. - dijo el chico.
'¿Por que se preocupaba tanto por mi?'
'Esta tan mono así, serio.'
*** *** ***
- Es mismo día, pero por la noche -
- Te he traído un helado. - dijo Carlos apareciendo de la nada en chill out del jardín - Hemos ido a dar un paseo y he pensado que te apetecía uno.
Carlos se sentó a mi lado y me ofreció el helado que me había traído.
- Gracias. - dije con una gran sonrisa - ¿De que es?
- De tarta de queso, alguien me ha dicho que es uno de tus favoritos. - dijo el chico sonriendo dulcemente - También quería pedirte disculpas por lo de ayer, me comporte como un idiota.
- O sea que me has comprado helado para que te perdone. - dije sonriendo - ¿No es así?
- Claro que no, te lo he comprado para endulzarte la noche. - yo negué mientras me reía.
- Siendo haberte llamado mujeriego. - dije mordiéndome mi labio inferior - Estaba celosa. - confesé.
Y es que no iba a negarlo, verle aquellas marcas en el cuello, hizo que me sintiera celosa.
- Lo sabía. - dijo quitándome un poco de helado mientras se reía.
- No hagas eso, es mío. - dije apartando mi helado de él - Y tampoco te hagas el listo, solo lo estaba un poco.
- Me gusta que te pongas celosa, ya te lo dije ayer. - confeso - Eso quiere decir que te intereso, aun que sea solo un poco ¿no es así?
- Solo un poco, llamas mi atención. - confesé.
- Me gusta escuchar eso. - sonrió de lado - Por que a mi me pasa lo mismo contigo y no solo un poco, me interesas mucho Atenea.
'Creo que me va a dar algo.'
- Hacia mucho tiempo que no me sentía así con chico. - me abrí a Carlos - En mi última relación, todo fue un desastre.
- Somos dos personas con ex relaciones desastres, a mi Isa me engaño con uno de mis mejores amigos. - abrí mis ojos ante la historia - Se que es sorprendente por que soy perfecto.
Los dos no reímos.
- ¿Estás seguro que no te dejo por egocéntrico? - pregunté riéndome - A mi Louis me abandono en Madrid, meses después descubrí que tenía una doble vida, que tenía novia y que iba a ser padre en unos meses.
- Los dos damos pena. - dijo Carlos y yo asentí.
- Somos un desastre. - sonreí.
- Bueno me gusta este desastre. - los dos sonreímos.
ESTÁS LEYENDO
𝐒𝐌𝐎𝐎𝐓𝐇 𝐎𝐏𝐄𝐑𝐀𝐓𝐎𝐑 - 𝐂𝐀𝐑𝐋𝐎𝐒 𝐒𝐀𝐈𝐍𝐙 -
Teen Fiction𝐂𝐇𝐈𝐂𝐎 𝐀𝐌𝐀𝐍𝐓𝐄 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐁𝐔𝐄𝐍𝐀 𝐕𝐈𝐃𝐀. 𝐍𝐎 𝐇𝐀𝐘 𝐋𝐔𝐆𝐀𝐑 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐈𝐏𝐈𝐀𝐍𝐓𝐄𝐒 𝐎 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐒𝐄𝐍𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄𝐒. 𝐄𝐋 𝐄𝐒 𝐔𝐍 𝐌𝐀𝐍𝐈𝐏𝐔𝐋𝐀𝐃𝐎𝐑 𝐀𝐒𝐓𝐔𝐓𝐎. 𝐔𝐍𝐀 𝐋𝐈𝐂𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐀𝐌𝐀𝐑...