- QATAR -
- DÍA DE CARRERA -Había pasado unos minutos con Carlos esa misma mañana, cuando me desperté en su cama el ya no estaba en la habitación del hotel, pero sí que me había dejado una pequeña nota diciéndome que deseaba verme.
Así que quise darme prisa en arreglarme para ir al circuito lo antes posible.
Cuando llegué al circuito camine hasta la el box de Ferrari y allí me encontré con Carlos, quien tenía los cascos puestos y se le veía muy concentrado mirado a un punto fijo. Caminé en silencio por detrás de él y cuando llegué coloque mis manos en sus hombros, dando pequeñas caricias.
Carlos giró su cabeza y me miró con una sonrisa.
- No quiero molestar, solo quería brindarte mi suerte. - le dije sonriendo cuando el se levanto de la silla quitando sus cascos de los oídos.
- Nunca molestas cielo. - me dijo cogiendo mi mano para andar más dentro del box para que no nos vieran las camaras - Siento haberme ido tan pronto, estabas tan mona dormida que no quería despertarte.
- No te preocupes, tenía que descansar mucho. - dije con una sonrisa picara - No te quiero desconcentrar, en nada tienes que salir a pista.
- Si la verdad es que cuando te tengo cerca no puedo pensar en otra cosa que no seas tu. - dijo acariciando una de mis mejillas mientras su cuerpo se pegaba más al mío.
- En ese caso tendré que irme rápido de aquí. - roce nuestras narices - Ten mucha suerte Carlitos y vuelve de una pieza.
Carlos cortó los pocos centímetros de nos separaban para juntar nuestros labios en un lento y dulce beso.
Un beso necesario.
- Volveré de un pieza preciosa. - dijo después de separarme y dar un pequeño toqué en mi nariz.
- Suerte. - le dije con una sonrisa antes de dejar un corto beso en los labios.
*** *** ***
- CARLOS SAINZ -
Hoy no había sido un buen día, aun que había quedado quinto en la carrera no estaba orgulloso de lo que había hecho hoy en el circuito. Estaba seguro que lo podría haber hecho mucho mejor, pero no era mi día.
- No te tienes que martirizar. - me dijo Atenea cuando salió del baño de nuestra habitación.
'Me gustaba lo de "nuestra habitación".'
- Has hecho una buena carrera Carlos, has hecho todo lo que estaba en tus manos y no has quedado en una posición. - dijo sentándose a mi lado en el sofá de la habitación.
- Tu no lo entiendes. - dije un poco fastidiado y cabreado - No sabes nada.
Algo de que lo que me arrepentí al segundo.
- Mejor te dejo lamentándote. - dijo Atenea levantándose del sofá, cogió su ordenado y se sentó en la cama, lejos de mi.
- Atenea, no quería hablarte así. - dije pasando mis manos por mi cabello.
- Mejor que no hablemos. - dijo sin quitar su mirada de la pantalla del ordenador.
Se notaba que estaba molesta.
Me levante del sofá y camine hacia la cama para sentarme a su lado, cogí su ordenador y lo moví hacia un lado haciendo que la chica me mirara.
'¿Como se podía tener unos ojos tan bonitos? - pensé.'
- Perdón, no quería hablarte así. - dije tumbándome en la cama cogiendo su cuerpo para ponerlo encima del mío - Solo estoy frustrado por que se que lo podría haber hecho mucho mejor y no he podido demostrarlo.
- Pero no por eso lo tienes que pagar conmigo, si estoy aquí es para apoyarte y estar a tu lado. - me dijo seria.
Al escuchar esas palabras sentí como algo se movía dentro de mi, un sentimiento que me gustaba.
Estaba acostumbrado a que cuando no me sentía bien con una carrera o algo así, Isa ni siquiera se acercaba a mi para darme su apoyo. Simplemente me dejaba solo hasta que se me pasara y dejaba que yo diera el primer paso cuando ya estaba bien.
- Solo quiero que si estas así, lo compartas conmigo, no quiero que te lo quedes para ti solo. - dijo acariciando mi barbilla - No solo voy ha estar para los buenos momentos, en los momentos difíciles es donde más vamos a aprender el uno del otro.
En mi interior me decía que esto era lo que quería en mi vida, que era lo correcto, pero por otra parte estaba muerto de miedo a volver a abrirme tanto con una persona, tenía miedo de que volvieran a jugar conmigo a engañarme.
- Te voy a echar de menos. - dije en un susurro mientras acariciaba su espalda con mis manos - Me encantaría que vieras conmigo a los últimos premios.
- Ojala pudiera, pero tengo muchas cosas que hacer que no puedo seguir atrasando. - me dijo antes de dejar un beso en mi mandíbula - Como siga dejando a Lily al mando de todo me mandara a la mierda, tengo que ir y hacer mi trabajo de alta ejecutiva. - dijo con una risilla.
- Hasta finales de noviembre estaré en Estados Unido, podrías venir a Las Vegas. - dije haciendo un pequeño puchero con los labios.
Si mis amigos me vieran así se estarían riendo de mi una larga temporada.
- Todavía quedan días para que te vayas a Estados Unidos, además Alexandra me ha invitado a su cumpleaños en Mónaco y no la pude decir que no. - dijo con una sonrisa.
- ¿Vienes a Mónaco conmigo? - pregunte sonriendo.
- Exactamente, espero que tengas hueco en tu casa. - dijo la chica.
- ¿Por que no me lo habías dicho antes? - pregunté con una sonrisa - Nadie me había dicho nada.
- Era una sorpresa Carlitos. - dijo subiendo un poco más su cuerpo sobre el mío para estar frente a frente a mi - Estabas empezando a hacer drama por que no me verías.
- No seas cruel. - le dije dándole un pequeño azote en el culo.
- Oye deja mi culo tranquilo. - dijo dándome un pequeño golpe en el hombro.
Yo me reí ante su acto.
- No estaba siendo dramático, pero ya me he acostumbrado a tenerte cerca de mi. - confesé.
Sabía que a Atenea le gustaba que le dijera estas cosas, cada vez que le decía cosas así notaba como su cuerpo se tensaba, sus mejillas se teñían de un color rosado, esa ponía nerviosa.
Y la verdad es que me gustaba que mis palabras crearan esas sentimientos en ella.
- Estoy segura de que podrás vivir sin mi. - dijo moviendo su cabeza.
'Yo no estarían tan segura preciosa.- pensé.'
- Solo me echaras un poco de menos y después de olvidas de mi. - dijo.
No se por que esas palabras me había molestado un poco.
- ¿De verdad piensas que me voy a olvidar de ti? - pregunté serio.
'No podía estar hablando enserio.'
- Claro que no Carlitos, no soy una persona de la que te puedas olvidar fácilmente. - llevaba toda la razón - Además nunca dejaría que te olvidarás de mi corazón.
Atenea cogió mis mejillas para juntar sus labios con los míos en un casto beso.
- No te vas a deshacer de mi tan fácil mente señorito. - dijo muy cerca de mis labios.
- No pretendo hacerlo tampoco. - dije besando sus labios de nuevo, pero esta vez era un beso mucho más apasionado.
Y en ese momento me me sentí lleno, feliz y completo.
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𝐒𝐌𝐎𝐎𝐓𝐇 𝐎𝐏𝐄𝐑𝐀𝐓𝐎𝐑 - 𝐂𝐀𝐑𝐋𝐎𝐒 𝐒𝐀𝐈𝐍𝐙 -
Teen Fiction𝐂𝐇𝐈𝐂𝐎 𝐀𝐌𝐀𝐍𝐓𝐄 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐁𝐔𝐄𝐍𝐀 𝐕𝐈𝐃𝐀. 𝐍𝐎 𝐇𝐀𝐘 𝐋𝐔𝐆𝐀𝐑 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐈𝐏𝐈𝐀𝐍𝐓𝐄𝐒 𝐎 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐒𝐄𝐍𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄𝐒. 𝐄𝐋 𝐄𝐒 𝐔𝐍 𝐌𝐀𝐍𝐈𝐏𝐔𝐋𝐀𝐃𝐎𝐑 𝐀𝐒𝐓𝐔𝐓𝐎. 𝐔𝐍𝐀 𝐋𝐈𝐂𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐀𝐌𝐀𝐑...