- 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐅𝐈𝐅𝐓𝐘 𝐅𝐎𝐔𝐑 -

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Había pasado tan solo una semana desde que le había dicho a mis mejores amigos que estaba embarazada y ellos me habían ayudado a planear algo especial para contárselo a Carlos.

Carlos llegaría a Madrid a principios de semana para pasar unos días juntos antes de viajar a Mónaco por trabajo. Había insistido en que viajaremos estos días a algún sitio, pero me había negado rotundamente y le había dicho que era una semana muy importante en el trabajo y que quería estar cerca por si algo ocurría.

Lily me había pedido cita en una clínica privada para que me hicieran unas ecografías para poder entregárselas a Carlitos en la sorpresa. Llore como una niña cuando escuché lo rápido que le hiba corazón a mi bebé y aún llore más cuando el doctor me dijo que todo estaba muy bien y que el embarazo tenía pinta de ser muy bueno.

El martes había ido a trabajar a la empresa ya que tenía algunas reuniones y unas entrevistas después de que anunciará que estábamos trabajando en una gira con nuestros mejores maquilladores para impartir clases. Pero después de todo el día de un lado para otro había acabado rota y super cansada.

Si algo había sentido en estos días es que me cansaba bastante rápido y tenía mucho sueño, por lo que sabía perfectamente que tendría que ir bajando el ritmo y tal vez trabajar más desde casa para poder descansar cuando sea necesario, sin tener que dejar de trabajar.

'Por qué eso jamás sucedería, por encima de mi cadáver. - pensé.'

Al entrar en casa escuché unos pequeños ruidos que venían de la cocina.

Camine con cuidado hasta llegar a la cocina y abrir la puerta con cuidado para encontrarme con el cuerpo de Carlos de espaldas mientras cocinaba algo.

- ¿Qué haces aquí amor? - pregunte para llamar su atención.

Carlos se giro y me miró con una sonrisa, deje las cosas que llevaba entre mis brazos en la isla de la cocina y me acerque a el para darle un abrazo.

- Quería darte una sorpresa, pensé que llegarías más tarde. - dijo separándonos un poco de abrazo para poder mirarnos a la cara - La cena todavía va a tardar un poco, pero podemos tomar un vino mientras.

- Ya no tenía nada que hacer allí, prefiero trabajar desde casa y así estar más tranquila. - dije viendo como abría una botella de vino - No quiero vino Carlos. - le dije nerviosa cuando me ofreció la copa.

'Ahora no te pongas nerviosa idiota. - me dije a mi misma.'

Carlos no dijo nada y simplemente sirvió solo una copa para él.

- ¿Qué cocinas? - le pregunte para salir del paso y relajar mis nervios.

- Bueno quería que tuviésemos una bonita velada, por que tengo una propuesta para ti. - comenzó a hablar - Y he supuesto a que llegarías cansada del trabajo y que preferirías cenar en casa.

- ¿Qué tipo de propuesta? - pregunte mirándole a los ojos.

Carlos soltó un suspiro y dio unos pasos para coger algo de la chaqueta que había sobre uno de los taburetes de la cocina. 

- En estos días he tenido un montón de cosas en  la cabeza y he estado pensando mucho, se que todavía me queda mucho trabajo por hacer para que vuelvas a confiar en mi al cien por cien como antes, pero quería entregarte esto. - dijo abriendo una pequeña caja de terciopelo mostrando un anillo con un peque diamante en forma de corazón, en ese momento me quede estática - Quiero que nos casemos, no hace falta que sea ahora, pero necesito entregarte esto como promesa de que algún día se hará realidad.

¡¿ME ESTABA PIDIENDO MATRIMONIO?!

- Carlos... - dije en un susurro y no pude aguantar las ganas de llorar. 

Me abrace a él y dejé que mis lagrimas cayeran por mis mejillas sin más.

- ¿Qué te pasa nena? ¿Por que lloras? - dijo Carlos cogiendo mis mejillas para que lo mirara a los ojos - No tienes por que decir que si ahora mismo, piénsalo todo el tiempo que necesites.

Negué con la cabeza haciendo que Carlos me mirase con confusión.

- No es eso Carlos... - dije limpiando algunas de mis lágrimas.

- ¿Qué es lo que sucede entonces? - preguntó serio.

Tenía que decírselo, no podía seguir así.

- Atenea. - dijo llamando mi atención para que volviera a la realidad.

- Estoy embarazada  Carlos. - solté sin rodeos.

Carlos se separo un poco de mi para mirarme de arriba a abajo y después clavar su mirada en mis ojos.

Estaba en silencio.

Solo nos mirábamos.

Y no sabía si eso era bueno o malo, pero me estaba poniendo aún más nerviosa si eso podía ser.

- Estas embarazada. - afirmo para si mismo el chico - Voy a ser padre. 

Me mordí el labio para aguantar que más lagrimas salieran de mis ojos.

- Vamos a ser padres. - dijo cogiendo de la mejillas y después darme un un beso en los labios - ¿Desde cuando lo sabes? ¿Cómo te encuentras?

Solté un suspiro y por fin pude estar tranquila por que por lo menos no tenía pinta de iba a salir corriendo.

- Lo se desde hace unas semanas, esta última he estado con Lily y Louis preparando un sorpresa para decirlo, pero no ha sido como yo pensaba. - le conté con una sonrisa y Carlos me la devolvió - El bebe esta bien y yo también lo estoy, no hay nada por lo que preocuparse.

Carlos volvió a rodearme con sus brazos pegándome a su cuerpo.

- No sabes lo feliz que me haces y lo orgulloso que estoy de ti nena. - empezó a dejar besos por toda mi cara - Vamos a tener un bebe. - me cogió y dio una cuantas vueltas conmigo en el aire.

- Tengo algo que mostrarte. - le dije cuando puso mis pies en el suelo.

Fui hasta la habitación y saque de mi armario la carpeta donde tenía guardas las ecografías que me habían hecho hace unos días.

- Ten. - dije estirando mi brazo con la carpeta.

Carlos cogió la carpeta y la abrió para sacar las ecografías. Las miro con una gran sonrisa y pude ver como sus ojos se cristalizaban, lo que hizo que mis lagrimas volvieran a salir de nuevo de mis ojos.

'Puedes dejar de llorar por todo. - me dije a mi misma.'

- Pude escuchar su corazón y el doctor me dijo que todo estaba perfecto. - le comente - Además me dijo que el embarazo iba bien y que no habia ninguna complicación.

Carlos se limpió la lagrima que resbalaba por su mejilla y a mi me pareció el gesto más bonito que había visto en mi vida.

- Te amo muchísimo Atenea. - dijo volviéndome a abrazar - Y me acabas de regalar el mejor regalo de mi vida.


𝐒𝐌𝐎𝐎𝐓𝐇 𝐎𝐏𝐄𝐑𝐀𝐓𝐎𝐑 - 𝐂𝐀𝐑𝐋𝐎𝐒 𝐒𝐀𝐈𝐍𝐙 -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora