- 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐅𝐎𝐑𝐓𝐘 𝐅𝐎𝐔𝐑 -

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Tenía el corazón paralizado, la imagen que tenía frente a mi había hecho que mis ojos se llenaran de lágrimas. Escuche como alguien pronunciaba mi nombre, pero yo no era capaz de quitar mis ojos de la pantalla.

Solo podía observar como sacaban la bandera roja y todos los pilotos volvían a sus respectivas scuderias. Eso es que algo grave había pasado, no podía ser que esto estuviera sucediendo.

El coche de Carlos estaba esparcido por el circuito, había chocado con la pared, habia fuego y Carlos no salía del coche. 

- Atenea. - volví a escuchar detrás de mi y sentí una mano en mi hombro.

Algunas lágrimas salieron de mis ojos, no me podía creer lo que estaba pasando, necesitaba saber si Carlos estaba bien, necesitaba verlo con mis propios ojos.

- Necesito ir al box de Ferrari. - dije en un susurro mientras me levantaba de la silla en la que estaba sentada - Necesito ver a Carlos.

Escuche de fondo una ambulancia y cerré los ojos, estaban intentando sacar a Carlos de lo que quedaba del monoplaza. Carlos estaba inconsciente y no despertaba.

Empuje al hombre que estaba frente a mi y empecé a caminar hacia el box de Ferrari, necesitaba estar con sus padres, tenían que estar mucho peor que yo y eso me partía el corazón. 

Minutos más tarde y casi corriendo llegué al box, con mi mirada busqué a Reyes, pero alguien me cogió del brazo.

- Atenea. - dijo Rodrigo colocándose frente a mi - Tienes que calmarte, Carlos seguramente este bien.

Asentí con los ojos llenos de lágrimas y el chico me rodeo con sus brazos para abrazarme.

Un hombre hablaba con los padres y hermana de Carlos, parecía que estaban hablando sobre el estado del chico.

Ana se acercó a nosotros y cogió una de mis manos.

- Se lo llevan al hospital, esta inconsciente, pero tienes signos vitales. - dijo y solté un pequeño suspiro - Vamos al hospital ¿Quieres venir con nosotros? - me preguntó.

- Por favor. - dije con la voz entre cortada.

- Vamos, no te preocupes, va a salir de esta. - dijo Ana poniendo una brazos al rededor de mis hombros apretándome hacia ella.

Si le pasaba algo a Carlos me daría algo, no podría vivir así, tenía que salir de esta...

- Unas horas más tarde -

No encontrábamos en la sala de espero del hospital en el que estaba Carlos, nadie había salido a decirnos nada desde hacia un buen rato ya, lo único que sabíamos es que le estaban haciendo pruebas y que seguía inconsciente.

Era como si estuviera en coma.

- Gracias por venir a estar con nosotros hija. - me dijo Carlos sentándose a mi lado - No se las razones por las que tu y mi hijo lo dejasteis, pero que estés aquí significa mucho para mi, se lo mucho que quieres a Carlitos y eso es lo más importante para mi.

- Ahora mismo me da igual lo que pasara, lo único que quiero es que despierte y saber que esta bien. - le dije cogiendo su mano - Quiero muchísimo a su hijo y deseo todo lo bueno para él.

Quería que supieran que estaba allí por ellos, por Carlos, que estaba para lo que necesitaran...

Una hora más tarde el doctor nos llamo, los padres de Carlos se levantaron para hablar con él, unos minutos más tarde se acercaron a nosotros.

- ¿Cómo esta? - preguntó su hermana rápidamente - ¿Ha despertado?

- Esta consciente, no tiene ninguna lesión grave, solo algunos golpes y heridas que no son peligrosas. - dijo su padre aliviado.

- Menos mal. - dijo Rodrigo - Ese chico es un toro.

Suspiré aliviada.

Carlos estaba bien...

*** *** ***

- ¿Cómo te encuentras? - me preguntó Ana sentándose a mi lado en la sala de espera del hospital - Te he traído esto, es tarde y no has comido nada - dijo entregándome un pequeño dulce envuelto en papel.

- Con todo esto se me ha cerrado el estomago. - le dije mirando hacia la habitación de Carlos - Por un momento pensé que no serían capaz de sacarle del monoplaza, cuando vi que no se movía me asuste tanto. - le confesé.

- La imagen de tu cara al ver el accidente esta por todos lados. - dijo Ana con una sonrisa - Gracias por preocuparte por mi hermano, no sabes lo que significa esto para nosotros y sobre todo para él Atenea.

- ¿Sabía que estaba en el circuito? - pregunté.

- Supongo que si, sabes que Carlos durante los fines de semana no esta pendiente del móvil, pero seguramente vio algo. - dijo su hermana y yo asentí.

- No quería que se desconcentra al saber que yo estaba allí. - dije - Bueno tampoco se si quiera si el quería verme o no.

- Estoy seguro que querría verte. - dijo apoyándome - Carlos se muere por ti, te lo he dicho muchas veces, pero hacia tiempo que no le veía así con una mujer.

- Tenemos muchas cosas que arreglar. - dije seria.

- Eso esta claro, no puede salirse con la suya siempre. - dijo su Ana sonriendo.

*** *** ***

Era de noche y yo seguía en la sala de espera, no había reunido todavía el suficiente valor para entrar ha la habitación y ver a Carlos. 

- ¿Atenea? - dijo Reyes al ver que me había quedado dormida en la silla, abrí mis ojos poco a poco y la miré - Carlos sabe que estas aquí, ha preguntado por ti nada más abrir los ojos.

La miré nerviosa.

- No se si pueda entrar, hace mucho que no le veo y no he contestado ningún mensaje de lo que me ha mandado. - dije triste - No tengo el valor suficiente.

- Ahora mismo le da igual que no hayas contestado a sus mensajes, cuando le he dicho que estabas aquí ha sonreí como un niño y eso que estaba con la anestesia por el dolor. - me dijo su madre con una sonrisa - Solo necesita verte.

Asentí y me levante de la silla para empezar a caminar hacia la habitación donde se encontraba Carlos.

Llame a la puerta antes de entrar y al entrar sonreí un poco incomoda.

- Atenea. - dijo Carlos en su susurro y yo me acerqué a la cama donde se encontraba el chico tumbado.

- ¿Cómo te sientes? - le pregunte sentándome en un lado de la cama para estar cerca de él.

- Ahora que estas aquí me siento mejor, en verdad he tenido el accidente para que vinieras. - dijo con una sonrisa.

No sabía lo mucho que echaba de menos esa sonrisa.

- No digas tonterías Carlos, ha sido un accidente muy fuerte, he pasado miedo por ti. - le dije mirándole seria - Me alegro de que estés bien, si te hubiera pasado algo, yo...

- Estoy bien nena, estoy aquí y no tengo pensado morirme. - dijo cogiendo una de mis manos y la acaricio suavemente - No sabes lo feliz que estoy por que estés aquí, se que he sido muy pesado con las llamas y los mensajes.

- Dejemos este tema de lado Carlos, ahora lo importante es que estés bien. - le sonreí mirándole a los ojos.

- Estos meses sin ti han sido una completa tortura Atenea, es como si me faltara algo. -  dijo sincero.

Con una de mis manos acaricié su mejilla con suavidad, tenía un pequeño moratón en el pómulo y ha decir verdad se veía muy sexy así.

- Yo también te he echado de menos Carlos, pero las cosas no son tan fáciles. - le dije.

- Lo sé, pero voy ha luchar por esto y no voy a parar hasta que escuche de tus labios que no quieres saber nada de mi nunca más. - dijo firme mientras me miraba a los ojos.

Mire a Carlos y sentí todo el amor que siento por él, no quería alejarme de él, pero por otro lado quería darme a mi misma mi lugar, hacerme valer, que supiera que no todo esta permitido en una relación. Que las cosas no eran tan fáciles como pedir un perdón, las cosas había que demostrarlas con hecho y no con palabras.

𝐒𝐌𝐎𝐎𝐓𝐇 𝐎𝐏𝐄𝐑𝐀𝐓𝐎𝐑 - 𝐂𝐀𝐑𝐋𝐎𝐒 𝐒𝐀𝐈𝐍𝐙 -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora