- 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐅𝐎𝐑𝐓𝐘 𝐅𝐈𝐕𝐄 -

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Ya había pasado una semana desde el accidente que Carlos había tenido, hoy había salido la noticia de que Carlos no correría en la carrera de Singapur, pero que en el Gran Premio de Japón volvería a correr.

No había vuelto a visitar a Carlos desde el día del accidente, no quería que confundiera las cosas y pensara que habíamos vuelto o algo parecido. Pero tampoco podía vivir en la ignorancia, sin saber como estaba, por lo que estaba en contacto con su madre varias veces al día.

La madre de Carlos había sido super amable conmigo, me contaba cada cosa que le hacían a su hijo, cada procedimiento por el que estaba pasando y la verdad es que estaba muy agradecida por ellos. También me había dicho que Carlos no había día que no preguntara por mi y que estaba pendiente todo el rato por si entraba por la puerta de la habitación del hospital.

Me encontraba en mi oficina centrada en mi trabajo ya que desde que volví a ver a Carlos y con lo del accidente había estado un poco despistada y no conseguía centrarme más de diez minutos sin que mi cabeza viajara a ese chico de nuevo.

La puerta de mi oficina sonó y enseguida Enzo asomó la cabeza por ella haciendo que yo levantara la mía del ordenador.

- ¿Qué ocurre? - le pregunté mirándole.

- Tienes visita. - dijo sin más y yo fruncí el ceño.

No había quedado con nadie, por lo que me resulto raro que alguien viniera a visitarme.

- ¿Es algún cliente? - le pregunté poniéndome un poco tensa.

- No señorita, dice que tiene que verte. - dijo Enzo rodando sus ojo - ¿Le dejo entrar?

Moví mi ordenador a un lado de la mesa y asentí con mi cabeza para que Enzo dejara pasara a la persona misteriosa que tenía que verme.

Enzo dejó la puerta medio abierta y a los poco segundos se abrió por completo dejándome ver a un Carlos vestido completamente de negro. El chico cerro la puerta tras él y me miró con una sonrisa.

- ¿Qué haces aquí? - le pregunté levantándome de mi silla.

- He decidido venir a verte. - dijo sonriendo.

- Si, eso ya lo veo. - dije obvia moviendo mis manos - La pregunta es ¿Por que has venido?

No me moví ni un solo centímetro de al lado de mi mesa, no entendía que hacia aquí Carlos y eso me había puesto nerviosa.

- Quería verte. - dijo sin rodeos.

Carlos se quitó la chaqueta de cuero que llevaba puerta y la dejó en uno de los sillones frente a la mesa.

- Carlos no deberías estar aquí, estoy trabajando y tengo muchas cosas que hacer. - le dije sin ni siquiera mirarlo a los ojos - Es mejor que nos veamos en otro momento.

- Si he venido aquí es por que se que no vendrías a ningún sitio donde te citara Atenea. - dijo serio.

'Punto para Carlos. - pensé.'

- Sabes que tengo razón. - dijo sentándose en uno de los sillones - Solo quiero hablar.

Solté un suspiro dirigiendo mi mirada hacia la ventara, aguantándome las ganas de salir de allí corriendo y encerrarme a llorar.

- ¿De que quieres hablar? - dije sentándome en mi silla de nuevo, pero esta vez estaba muy seria.

'¿De que va a querer hablar tonta? - me dijo mi subconsciente riendose de mi.'

- No se por donde empezar ahora que te tengo enfrente. - dijo Carlos, sintiéndose nervioso - Mientras venía hacia aquí tenía un montón de cosas en mi cabeza, pero todo se me ha olvidado cuando te he visto.

Moví la cabeza hacia un lado, mordiéndome el lado inferior.

Nunca llegaría a entender como me ponía tan nerviosa estando Carlos cerca de mi.

- Tal vez es que no tengamos nada de lo que hablar. - le dije firme, no quería que  notara mis nervios - Tal vez ni siquiera deberías estar aquí.

- Se que te gustaría que me fuera pero no lo voy ha hacer. - dijo Carlos con una sonrisa de lado -  Yo si creo que tengamos cosas de las que hablar, siento que si no sintieras algo por mi o no quisieras saber nada de mi, no hubieras ido al hospital el día del accidente.

- ¿Eso que tiene que ver? - pregunté elevando mi voz - No tiene nada que ver que tengamos algo que hablar tu y yo, con que me preocupe por que  hayas tenido un accidente, pensé que ese día te perdía... - eso último lo dije en voz baja, pero Carlos llegó a escucharlo igualmente.

Carlos me miró con una ceja elevada mientras se cruzaba de brazos.

- He visto las imágenes del accidente  mil veces y he visto otras mil veces tu cara, tus ojos llenos de lágrimas cuando no puedo salir del coche. - dijo serio - Se que he hecho muchas cosas mal, cosas que te han hecho estar mal por mi culpa, pero en ese tiempo que no has estado a mi lado he sentido como si todo a mi alrededor era una mierda.

Carlos hizo silencio, vi como una lágrima caía por su mejilla haciendo que mi corazón se estrujase.

Me levante de mi silla y caminé hacia el otro sofá que había frente a la mesa, para estar junto a Carlos.

- Se que lo he hecho todo muy mal... - susurro cabizbajo.

Me partía el corazón verlo así, Lando ya me había dicho lo mal que estaba.

- Carlos. - llamé su atención para que me mirara.

Carlos me miró con sus ojos un poco rojos y una mueca triste.

- Me parte verte así, obviamente que fui al hospital por que me importas y por esos minutos que tardaron de sacarte del coche fueron unos de los peores de mi vida. - le confesé atreviéndome a coger una de sus manos - Yo no he olvidado todo lo que hemos vivido y mucho menos he olvidado el amor que siento por ti.

Vi como un brillo aparecía en los ojos de Carlos.

- Yo tampoco lo he olvidado, nunca lo podría olvidar. - dijo el chico limpiando sus ojos con el puño de su camisa.

- Pero eso no quiere decir que tengas que estar juntos ahora mismo. - dije sin pensar.

¿Había dicho ahora mismo? 

- Lo que hiciste no lo puedo olvidar de un día para otro, no te guardo nada de rencor, pero simplemente no puedo. - dije mirándole a los ojos y el asintió con la cabeza - No digo que no quiera saber nada de ti, que no te quiera cerca, pero si que no puedo ser tu pareja.

- Lo entiendo, lo se perfectamente. - dijo Carlos sincero.

Carlos me dio una sonrisa, sabía que no era lo que el esperaba, pero era lo único que podía ofrecerle ahora.

- Déjame  demostrarte que soy una persona diferente, que puedes confiar de nuevo en mi y que nunca volvería hacer algo parecido. - dijo muy arrepentido.

- Las cosas no se demuestran con palabras, si no con hechos. - dije firme, pero a la vez haciéndole comprender lo que estaba diciendo - Y solo te querré a mi lado de vuelta si haces las cosas bien, si haces que vuelva a confiar en y ha creer.

- Lo haré, tengo claro las cosas que puedo hacer y te prometo que no voy a fallar en eso, te quiero de vuelta conmigo. - dijo sonriendo y yo agache la mirada - Te lo dije en el hospital, que iba a luchar por esto.

No tenía ninguna duda de que lo que estaba diciendo era real, pero no podía evitar sentir miedo por lo que habíamos vivido hace meses.

- Vayamos poco a poco, seamos amigos de momento. - dijo Carlos haciendo que lo volviera a mirar a los ojos.

Ser amigos ahora mismo me parecía lo más normal.

Así que asentí con la cabeza.

- Me parece bien. - dije con una pequeña sonrisa.

𝐒𝐌𝐎𝐎𝐓𝐇 𝐎𝐏𝐄𝐑𝐀𝐓𝐎𝐑 - 𝐂𝐀𝐑𝐋𝐎𝐒 𝐒𝐀𝐈𝐍𝐙 -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora