- 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐖𝐄𝐍𝐓𝐘 𝐎𝐍𝐄 -

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- MÓNACO -

Llevábamos algunos días ya en Mónaco, Carlos se había empeñado en enseñarme la cuidad y eso es lo que habíamos estado haciendo esos días. Habíamos visitado varios museos, algo que me sorprendió mucho, ya que Carlos nunca me había dicho que estaba interesado en el arte, también habíamos estado en el casito, donde Carlos me había insistido para que me enseñara a jugar, a lo que me negué rotundamente.

También habíamos visitado algunos de los mejores restaurantes de la cuidad, donde algunas personas no habían hecho fotos que a los segundos ya estaban rondando por las redes sociales.

Incluso una noche Carlos había alquilado un yate para que cenáramos en el mar y que viera como lucia Mónaco por la noche, algo que me pareció precioso de ver.

Habían sido varios días en los que me había sentido muy a gusto con el chico, no podía negar que mis sentimiento se estaban convirtiendo cada vez más fuertes y sentía que me estaba enamorando de él, algo que me daba mucho miedo, ya que hacia bastante que no tenía una relación seria con un hombre.

- ¿Qué te parece? - pregunté colocándome frente ha Carlos, quien tenía su mirada pegada en su teléfono.

Carlos levanto su mirada del celular y me miro serio, de arriba a bajo.

- Creo que no iremos a ese cumpleaños. - dijo volviéndome a mirar de arriba a bajo - Podemos pasar la noche tu y yo juntos aquí, sin nadie que nos moleste.

Me había vestido con un conjunto de falda y pantalón de color blanco, coloqué encima una chaqueta de cuero por que hacia un poco de aire, en los pies me había colocado unas botas de tacón de color negro y para dar un toque de color al look había optado por utilizar un bolso de color plateado.

- No, iremos a ese cumpleaños y después me tendrás toda la noche para. - le dije acercándome a él y agachándome a su altura.

- Teniéndote de esta forma no ayuda Atenea. - dijo Carlos al ver la posición en la que me había colocado.

- Tienes una mente muy perversa. - susurré colocando mis manos en sus piernas, dándole pequeñas caricias. 

Vi como Carlos soltaba un suspiro con pesadez y cogía mis manos para alzarme y colócame encima de él con cada una de mis piernas a cada lado de su cintura.

Carlos coloco sus manos en mi culo, apretándolo a su antojo.

Haciendo que algunos gemidos se salieran de mi boca, sin mi permiso.

- Tenemos que irnos. - dije en un suspiro sintiendo los labios del chico sobre mi cuello.

Besos húmedos que me estaban volviendo loca.

Sus manos juguetearon con el borde de mi falda, subiéndola por completo hasta mi cintura, haciendo que las manos de Carlos recorrieran mis muslos a su placer, apretándolos y acariciándolos.

Las manos de Carlos terminaron por colarse dentro de mis bragas, tocando mi punto más sensible, haciendo que callera rendida a él.

- No creo que podamos irnos así. - dijo Carlos mordiendo el lóbulo de mi oreja - Estás tan mojada. - dijo adentrando dos dedos dentro de mi.

Carlos tenía su camisa totalmente desabrochada y yo había empezado a quitar el cinturón que tenía en sus pantalones, cuando lo desabroche hice que se bajara los pantalones, junto con su ropa interior.

- Si que tienes prisa. - dijo sujetando mi culo con una de sus manos.

- Te necesito. - bese cuello cuando Carlos empezó a introducir su miembro en mi.

𝐒𝐌𝐎𝐎𝐓𝐇 𝐎𝐏𝐄𝐑𝐀𝐓𝐎𝐑 - 𝐂𝐀𝐑𝐋𝐎𝐒 𝐒𝐀𝐈𝐍𝐙 -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora