- 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐖𝐄𝐍𝐓𝐘 𝐅𝐎𝐔𝐑 -

1.9K 107 4
                                    

Habían pasado algunos días desde que me había llegado la cajita con los regalos que me había mandado Carlos. Había dejado sus mensajes en visto para contestarle cuando me sintiera bien, pero aun que sus mensajes había dejado de aparecer en mi teléfono, sus llamadas seguían presentes. 

Estaba segura que en en cualquier momento que tenía libre lo aprovechaba para llamarme.

Quedaba apenas una semana para que terminara la temporada de Formula Uno, una semana en la que sabía que Carlos volvía a Madrid para pasar las Navidades con su familia y estaba segura de que iba a hacer acto de presencia en mi casa o en mis oficinas, algo que me daba bastante miedo.

No estaba preparada para eso.

- ¿Has visto el nuevo vecino que tienes? - preguntó Lily a gritos cuando entro en mi casa haciendo que pegara un vote del sofá - Estoy segura que es modelo o algo así, parece un dios. 

Sentí unas manos tapando mis ojos.

Esas manos no eran de Lily.

- ¿Cómo estas hermanita? - preguntó mi hermano muy cerca de mi oído haciendo que sonriera como tonta.

- También te he traído a tu hermano. - dijo Lily riendo.

Me levante del sofá de golpe y abrace a mi hermano pequeño como si no lo volviera ver.

- ¿Por que no me ha dicho que venias? - le dije cogiendo sus mejillas y besándole toda la cara.

Adoraba a Romeo.

- De eso se trata una sorpresa, tenía muchas ganas de verte. - me abrazo muy fuerte - Estas muy guapa, por cierto Lily me ha contado lo que ha pasado con Carlos.

En ese momento me giré para mirar mal a Lily.

- ¿Sabes que tus padres han aceptado una cena con la familia Sainz? - dijo mi hermano tirandose al sofá.

- Lo sé, Carlos no les ha dicho nada a sus padres. - le comente a mi hermano - Pero tengo todo bajo control?

- No lo tienes Atenea. - dijo Lily tirandose al lado de mi hermano - No nos mientas.

- No sabía que tenía un nuevo vecino. - dije cambiando de tema - ¿Es muy guapo? - dije mirando a mi amiga con una gran sonrisa.

- Atenea no cambies de tema. - me regaño mi hermano - Siempre haces lo mismo.

- Mira el tema Carlos me tiene en una montaña rusa, no se que hacer, no se que decir... - solté un suspiro con pesadez - Tengo el telefono apagado casi todo el día, pero cuando lo enciendo solo tengo llamadas de él, las cuales quiero contestar pero no puedo.

- Es normal que pases por esas cosas, estas colada de el hasta los huesos. - dijo Lily y mi hermano afirmo asintiendo - Pero es el que tiene que arreglas las cosas, tu no has hecho nada malo.

- Además ese imbécil todavía se las tiene que ver conmigo, luego cuando tenga todas las cosas claras, ya puede arreglar las cosas contigo. - dijo mi hermano.

Sabía que estaba hablando muy enserio.

- Así se habla chico. - le animo Lily y los dos chocaron muchos.

- Cuando os juntáis sois muy raros. - dije entre cerrando los ojos.

- Somos el combo perfecto. - dijo mi hermano con una sonrisa perfecta - Somos los malos de la historia.

*** *** ***

- Una semana más tarde -

Era 29 de noviembre, las 12 de la noche y yo seguía en mis oficinas, habían sido días de mucho trabajo para mi y la verdad es que en estos momentos estaba desbordada.

Carlos había quedado segundo en el campeonato del mundo, algo que era bueno, estaba segura que en la próxima temporada se dejaría la vida para ser el campeón, no tenía ninguna duda.

El timbre de mi oficina sonó varias veces haciendo que levantara mi cabeza de la pantalla.

¿Quién podría ser a estas horas?

Me levante del sofá de mi oficina y caminé hasta la puerta, para abrirla con cuidado.

Y allí estaba el chico al cual había estado ignorando durante casi dos meses, estaba vestido completamente de negro y traía un ramo de flores entre sus manos.

- ¿Qué haces aquí Carlos? - pregunté mientras me cruzaba de brazos - Es tarde y hace un día de mierda.

Hubo un silencio en el que nuestras miradas decían muchas más cosas que una simple palabra.

- ¿Puedo pasar? - dijo rascando su nuca.

Yo me coloqué a un lado de la puerta para dejarle pasar, después le señale mi oficina para que fuera allí.

- Carlos no se que haces aquí, pero tengo mucho trabajo que hacer...

- Solo quiero que hablemos. - dijo cortándome.

- ¿Quién te ha dicho que quiero hablar contigo? - pregunté elevando una de mis cejas - No he cogido ni una sola de tus llamas y he dejado todos tus mensajes en visto, ¿de verdad crees que quiero hablar contigo?

- Lo sé y estas en todo tu derecho de no querer saber nada de mi, pero yo lo necesito Atenea. - me miró a los ojos y tenía los ojos aguados - Estoy tan arrepentido de lo que paso en Mónaco, no se lo que me paso, soy una mierda de persona...

Carlos cerro sus ojos para que las lágrimas no salieran de ellos.

No me gustaba verlo así, me estaba rompiendo el corazón.

- Al día siguiente cuando fui consiente de lo que había hecho me sentí tan mal , siempre destrozo las cosas buenas que tengo. - cogí una de las manos de Carlos haciendo que el mirara nuestras manos unidas - Nadie me quería decir donde estabas y yo solo quería pedirte disculpas.

- Carlos... - dije acariciando su manos con suavidad. 

- Ni si quiera he tenido el valor de decirle a mi familia lo que he hecho. - confesó - Soy una decepción. - agacho su cabeza.

- No digas eso. - dije en un susurro - No eres una decepción.

- Si que los soy, por que ni siquiera he podido pedirte que fueras mi novia cuando ya lo estaba jodiendo todo. - apretó mi mano - Se que es egoísta que te pida que me perdones, pero me gustaría tener la oportunidad de intentar arreglar las cosas y si no sientes...

- Estoy enamorada de ti. - dije en un susurro - Pero voy a permitir que juegues conmigo, ni con mis sentimientos.

Esas palabras salieron de mi boca sin ni si quiera pensarlo.

Carlos me miró y yo agache la cabeza.

- Déjame arreglarlo, lo tomaremos con calma... - ahora fue el el que cogió mis dos manos y se acerco más a mi - Sin presiones.

'En el fondo era lo único que quería, tener a Carlos cerca mi.'

- Seamos amigos por ahora, no quiero que ten sientas presionada por nada. - dijo Carlos llevando un mechón de mi flequillo atrás de mi oreja.

- Tampoco que te puedo recriminar nada por que tu y yo no somos nada serio, pero ya la has cagado dos veces Carlos y te juro por lo que más quiero que si hay una tercera no me volverás a ver en tu vida. - dije mirándolo serio y el asintio mientras tragaba.

- No habrá una tercera. - dijo cogiendo mis manos y acariciándolas suavemente - Déjame demostrarte que de verdad me importas y que me gustaría que fueras parte de mi vida.

- Demuéstramelo y no juegues conmigo. - dije acercándome un poco más a él y dejando que me abrazara.

- Confía en mi. - dijo antes de besar mi cabeza.

- Confió en ti Carlos. - dije abrazándole con un poco más de fuerza.


𝐒𝐌𝐎𝐎𝐓𝐇 𝐎𝐏𝐄𝐑𝐀𝐓𝐎𝐑 - 𝐂𝐀𝐑𝐋𝐎𝐒 𝐒𝐀𝐈𝐍𝐙 -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora