- Me llaman Doctor Sainz. - dijo mirándome con una sonrisa - Curo corazones.
Le miré intentando no soltar un risa.
- No te rías de mi. - me miró serio.
- No lo he hecho. - dije a la defensiva.
Seguimos hablando por varias horas, los temas eran muy variados, pero nos escuchábamos como si nos quisiésemos guardar toda esa información y no olvidarla.
- ¿Entonces nunca has ido a ver la formula uno? - negué con la cabeza - Tenemos que arreglar eso, tienes que verme correr.
- O sea que lo que quieres es que te vea correr ¿No es así? - busqué su mirada para que confirmara mi pregunta .
- Bueno es una parte importante, te enseño el paddock, te puedo presentar a mis compañeros y después puedes ver la carrera tranquilamente desde el box Ferrari. - dijo enumerando con los dedos de su mano - Estoy seguro de que te puede gustar.
- ¿Vas a seguir insistiendo hasta que te diga que si?
Asintió y yo sonreí.
- Iré a verte en algún gran premio. - confirme.
- Ya no puedes echarte para atrás. - me advirtió.
- Soy una mujer de palabra, ¿por quien me tomas? - dije dándole un pequeño golpe en su brazo con mi puño.
- Me gusta eso, una mujer de palabra da miedo. - se rió.
- No te quiero dar miedo. - confesé.
- No me lo das pequeña, puedes darme muchas otras cosas, pero miedo no es una de ella. - sentí como el calor se concentraba en mi mejillas ante sus palabras - Estás muy mona cuando te sonrojas. - sonrió.
'Como vuelva ha sonreír no voy ha ser capaz de aguantarme las ganas de besarle. - me dije a mi misma.'
'Deja de pensar esas cosas. - me regañe.'
- Creo que es hora de que nos vayamos a dormir. - le dije para evitar tener que contestarle algo sobre mi sonrojo.
- Eres una aburrida, ahora venia lo mejor. - dijo antes de levantarse y ofrecerme su manos para ayudarme a ponerme de pie.
Cogí su mano y tiro de mi para ponerme de pie, al levantarme con tanta fuerza hizo queme chocara con el.
'Esto lo ha hecho aposta. - pensé.'
- Perdón. - dijo mirándome a los ojos.
Mis ojos conectaron con los suyos, estábamos cerca, mucho más cerca de lo queme hubiera gustado decir. Sus manos ahora estaban en mi cintura y las mías en su pecho.
- Buenas noches Carlos. - dije separándome de él, no quería que viera lo nerviosa que me estaba poniendo estar tan cerca de él - Ha sido un placer poder hablar contigo, espero poder compartir ratos así en otro momento contigo.
- Nos quedan todavía muchos días juntos, además ahora que se donde vives no te vas ha deshacer de mi tan fácilmente. - dijo antes de que cada uno se fuera a sus respectivas habitaciones. - Por cierto Atenea, espero que duermas bien preciosa. - me guiño un ojo.
En cuanto entre en mi habitación cerré la puerta y me apoye en ella, sentía mi corazón acelerado...
Hacía mucho que no me sentía así por un chico y no sabía si era algo bueno o malo. Carlos era un hombre conocido y yo era la tía más normal del mundo, eso podía afectarle o dar que hablar.
Ni siquiera sabía por qué estaba pensado en esas cosas, el chico no me gustaba y yo a él mucho menos.
'¿Por qué intentas mentirte con que no te gusta? - me dijo mi subconsciente'
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𝐒𝐌𝐎𝐎𝐓𝐇 𝐎𝐏𝐄𝐑𝐀𝐓𝐎𝐑 - 𝐂𝐀𝐑𝐋𝐎𝐒 𝐒𝐀𝐈𝐍𝐙 -
Teen Fiction𝐂𝐇𝐈𝐂𝐎 𝐀𝐌𝐀𝐍𝐓𝐄 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐁𝐔𝐄𝐍𝐀 𝐕𝐈𝐃𝐀. 𝐍𝐎 𝐇𝐀𝐘 𝐋𝐔𝐆𝐀𝐑 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐈𝐏𝐈𝐀𝐍𝐓𝐄𝐒 𝐎 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐒𝐄𝐍𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄𝐒. 𝐄𝐋 𝐄𝐒 𝐔𝐍 𝐌𝐀𝐍𝐈𝐏𝐔𝐋𝐀𝐃𝐎𝐑 𝐀𝐒𝐓𝐔𝐓𝐎. 𝐔𝐍𝐀 𝐋𝐈𝐂𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐀𝐌𝐀𝐑...