- 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐖𝐎 -

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- CARLOS SAINZ - 

Pasar las vacaciones con mi familia para mi era un descanso y una paz que no se podía comparar con ninguna otra cosa. Esta vez mi padre había decidido pasar varias semanas en Mallorca, pero no en un club ni nada parecido, si no en un yate, navegando.

Era algo que me hacía mucha ilusión, por que desde pequeño me encantaban los barcos.

EL yate que mi padre había alquilado, ya lo conocíamos, habían pasado algún fin de semana disfrutando de él en varias ocasiones y sabíamos que las personas que trabajaban allí eran un lujo.

- Claro hermanita, yo te llevo todo. - le dije con una gran sonrisa a mi hermana mayor que también había cargado con cosas a su marido.

- Por algo soy la mayor. - sonrió guiñandome un ojo.

Giré mi vista al gran yate y pude ver que esta vez también había un chica trabajando allí.

- ¡Bienvenidos! - nos dijo uno de los chicos mientras cogía alguna de las cosas que mi familia llevaba en las manos para llevarlas dentro del yate.

La chica que estaba parada al lado de la pasarela ayudo a mi madre y hermanas a subir, después se quedó a un lado.

'De cerca era mucho más guapa. - pensé.'

- ¡Bienvenidos! - dijo con una sonrisa frente a nosotros - Soy Atenea y estoy aquí para cumplir todo lo que necesiteís. 

Al escuchar aquellas palabras solo pude sonreír como un completo idiota.

'¿Todo lo que necesitaramos? - me pregunté.'

'El nombre de una diosa le viene genial. - volví a pensar.'

- Deberías dejar de ser tan obvio. - me dijo mi cuñado Guillermo en voz baja - Te la estas comiendo con la mirada.

*** *** ***

- NARRA ATENEA -

Adam y mi hermano dejaron las cosas de la familia en sus respectivos camarotes, mientras yo les hacía un pequeño tour por el yate, aunque sabía que habían pasado algún fin de semana por aquí, quería que lo conocieran bien.

- Iré a prepararles algunas bebidas frías, os dejo por aquí, el yate es todo vuestro. - le dije con una sonrisa antes de girarme e ir hacia la cocina.

'Lily tenía toda la razón ese hombre era muy atractivo, tenía un semblante serio, pero eso me llamaba la atención. - pensé.'

- Adam puedes preparar algo de picoteó, prepararé algo de beber para la familia. - le dije a mi compañero.

Adam trabajaban con nosotros desde hace algunos años, había estudiado cocina y era un experto haciendo pasta fresca. Era un chico muy educado y simpático, siempre tenía algo para decirte que te sacaba una sonrisa.

- ¿Como vas? - ire pregunté una vez puse todos los vasos en la bandeja.

- En unos minutos lo tendrás todo. - era el mejor.

- Pues subiré la bebida y ahora vengo a por ello.

Subí las escaleras con la bandeja en mis manos y me acerque a la familia que estaba sentada en la mesa de fuera mientras hablaban alegremente.

- Os he traído vino, cerveza, refrescos y agua. - dije con una sonrisa - Así podéis coger lo que más os apetezca, enseguida también os traeré un picoteo.

Podía sentir todo el rato la mirada de Carlos puesta en mi, pero no me atrevería fijar mis ojos en él, por lo que preferí simplemente mirar al resto de su familia, era más fácil.

Unos minutos más tarde volvía a subí de vuelta a donde estaba la familia para dejarles un pequeño picoteo.

- Que aproveche. - le miré con una gran sonrisa.

Todos me sonrieron de vuelta.

- Perdona Atenea, ¿sabes donde sobre que hora llegaremos a Pollença? - me pregunto el padre.

Miré mi reloj ante la pregunta.

- Pues llegaremos en una hora más o menos, si queréis podéis comer aquí y después pasar la tarde en el pueblo.- comente - Puedo llamar a algún restaurante para reservar si deseáis cenar fuera, conozco algunos lugares muy buenos.

- Lo tienes todo planeado. - dijo Carlos está vez.

- Es mi trabajo, que paseís las mejores vacaciones es mi ocupación. - sonreí.

Su padre me miró con una gran sonrisa.

- Reserva en el restaurante que más te guste a ti, confio en tus gustos. - yo asentí - Mientras estaremos aquí disfrutando.

- Unas horas más tarde -

Mi hermano se había encargado de servir la comida a la familia, después cuando ya habíamos llegado al pequeño puerto de Pollença la familia se bañó en el mar y los más jóvenes estuvieron jugando con las motos de agua.

Y una vez empezó a caer el sol la familia decidió bañarse, cambiarse de ropa, para ir al pueblo.

- Aquí tenéis el lugar que os he reservado, si tenéis alguna duda podéis llamarme. - dije entregandole un papel a Reyes y Carlos - Estaré atenta al telefono por lo que pueda pasar.

- Eres un amor Atenas. - me dijo la señora - Tu padre siempre nos decía que tenía una hija que nos iba a encantar y estábamos deseando conocerte.

'¿Con que mi padre había hablado con ellos de mi? - pensé.'

- Hablan bien de mi porque soy su única hija. - dije soltando un risilla.

- Eres un encanto. - dijo el Señor Sainz - Cuando estés en Madrid nos gustaría que vinieras a casa, tu padre ya es un amigo de la familia y sabemos que pasas allí mucho tiempo sola.

- Esta bien, sería genial tener más amigos en Madrid. - sonreí.

Nunca había sido de esas personas que tienen un montón de amigos, que conocen todo el mundo y salen de fiesta con diez personas. A decir verdad mi única amiga era Lily, la única persona con la que hablaba de mis cosas y con la única persona que hacía planes, se que sonará aburrido, pero me costaba un poco confiar en las personas.

- Ya estoy listo. - escuche una voz detrás de mí.

Me giré para ponerme a un lado y ver a Carlos con uno pantalones vaqueros, junto con una camisa azul cielo con los últimos botones sin abrochar, el azul de la camisa le quedaba realmente bien, su piel morena resaltaba con ese color.

Aparte mi mirada ya que todos allí habían notado que no había apartado mis ojos del chico desde que había hecho acto de presencia.

- Debo irme, espero que pasen una buena noche. - le miré con una sonrisa - Cualquier duda que tengan, llamame.

Me di la vuelta para bajar por las escaleras del yate y caminar hacia donde nosotros hacíamos vida, para no molestar a los que estaban en el barco.

- Papá y mamá van a salir. - me comentó mi hermano - Adam y yo iremos a tomarnos algo también, ¿quieres venir? - preguntó.

Yo negué, estaba cansada, me había despertado a las seis de la mañana que lo último que quería hacer era salir con esos dos chicos.

- Prefiero quedarme aquí, por si la familia vuelve pronto. - dije metiendome en mi habitación.

Una vez dentro de mi habitación me tumbé en mi cama y cerré mis ojos soltando un suspiro.

Hacía algunos años de no trabajaba con mis padres, cuando decidí irme a Madrid a estudiar, juré que jamás volvería a trabajar aquí. Pero aquí estaba, sin poder negarme y muerta de cansancio.

'¿Habrían notado mi mirada los padres de Carlos hacia su hijo?'

'¿Quién le mandaba ser tan jodidamente guapo y ser como un Dios griego?'

'¿Y por que no puedo dejar de pensar en este chico?

𝐒𝐌𝐎𝐎𝐓𝐇 𝐎𝐏𝐄𝐑𝐀𝐓𝐎𝐑 - 𝐂𝐀𝐑𝐋𝐎𝐒 𝐒𝐀𝐈𝐍𝐙 -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora