- 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐅𝐎𝐑𝐓𝐘 -

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- ATENA CRUZ -

-¿De que me tiene que hablar? - pregunté cuando escuche a Lando decirle a Carlos que tenía que hablar conmigo.

Carlos parecía haberse quedado de piedra, apenas estaba notando que estaba respirando y eso me preocupo.

¿Qué era lo que tendría que decirme? ¿Tendría que ser algo fuerte? Si no, no hubiera actuado de esa manera.

- ¿Alguien va a decirme que esta pasando? - dije elevando un poco la voz haciendo que las demás personas que estaban en la habitación me miraran - Carlos ¿Qué es lo que me tienes que decir?

Sentí que Kika se colocaba detrás de mi, cogiendo una de mis manos.

Carlos seguía mirándome en silencio y yo cada vez me estaba poniendo más nerviosa.

Quería entender que era lo que estaba pasando, que alguien me lo explicara.

- Lando, cuéntame tu lo que esta pasando. - dije firme - Parece que ha Carlos se le ha olvidado hablar. - dije mirando al chico.

- Creo que es algo que tiene que decirte él Atenea, se lo he dicho muchas veces. - dijo mi mejor amigo y yo me cruce de brazos sin entender que era lo que estaba pasando.

- Pues que empiece a hablar. - dijo Kika mirando a Carlos.

Parecía que no podía decir ni una sola palabra, estaba ahí parado delante de todos, con sus ojos en mi.

- Carlos ¿tienes algo que decirme? - le pregunté firme y fue la primera vez que se movió y fue para negar con sus cabeza - En ese caso por que Lando dice que me tienes que decir algo.

Las piernas me temblaban y si no fuera por que Kika me tenía sujeta del brazo no podría estar ni de pie.

- ¿Podemos hablar en privado? - preguntó Carlos por fin, había estirando su mano para que la cogiera, pero la rechace.

- Lo que tengas que decirme lo harás aquí, quiero saber que es lo que esta pasando Carlos y me gustaría saberlo ahora mismo. - le dije firme. 

Carlos volvío a negar con su cabeza.

Y en ese momento vi como Lando explotaba.

- Carlos te ha estado engañando. - dijo sin rodeos.

Al escuchar esas palabras sentí como mi mundo se me echaba encima, como el airé me faltaba en esa habitación y como me hacia más pequeña dentro de esas cuatro paredes.

Carlos miró a Lando con odio y hay supe que lo que decía mi mejor amigo era verdad, no hacia falta que Carlos me lo afirmara.

Solté un suspiro cerrando los ojos, aguantando que las lágrimas salieran de mis ojos.

No podía creer que esto estuviera sucediendo de verdad, era una pesadilla de la que quería despertarme.

- ¿Es eso verdad Carlos? - le pregunté con la voz entrecortada.

Carlos intento acercarse a mi pero yo di unos paso hacia atrás mientras negaba con la cabeza.

- No te acerques a mi y dime la verdad. - escupí con dolor.

- Es verdad. - dijo Carlos agachando la cabeza con arrepentimiento.

En ese mismo momento, en ese mismo instante mi corazón se rompió en mil pedazos.

- Quiero saber con quien, ¿con quien me has sido infiel? - le pregunté con los ojos llenos de lágrimas.

Ya no podía seguir aguanto las ganas de llorar, me daba igual estar frente a mis amigos, lo único que quería era desaparecer, irme lejos de aquí...

- Ha sido con Elizabet, pero fue hace ya un tiempo, después la dije que eso no iba a volver a suceder. - dijo de nuevo acercándose a mi - Ya esta todo en el pasado Atenea, no va a volver a suceder.

No podía ser, lo había tenido delante de mis ojos todo este tiempo y no había sido capaz de darme cuenta. 

O tal vez no quería darme cuenta de que algo estaba sucediendo.

- Ahora entiendo tantas cosas. - dije negando con mi cabeza mientras lloraba - Me das asco Carlos, me has jodido la vida.

- Atenea, déjame explicarte por favor. - dijo el muy cínico con lágrimas en sus ojos.

Ya no me creía nada de él-

- No debí creer nunca es tus palabras, esto estaba destinado al fracaso desde que nos conocimos - dije con resentimiento en mis palabras - Nuestros mundos ni siquiera se acercan.

Me di la vuelta para salir de la habitación en la que nos encontrábamos, no quería seguir viendo la cara de ese imbécil que se había estado riendo de mi a saber desde hace cuanto tiempo. 

- Atenea. - escuche a Carlos detrás de mi.

- No vuelvas a acercarte a ella, bastante has hecho ya. - dijo Kika soltándome un segundo la mano para plantarle cara - No te mereces ni que llore por ti, eres asqueroso Carlos.

*** *** ***

Lando había ido a por mis cosas a la habitación de Carlos y mientras yo estaba en la habitación de Kika, abrazada a ella mientras lloraba amares.

- No se como ha podido hacerme eso. - dije llorando - Solo he intentando hacerle feliz, que se sienta bien conmigo...

- Y lo has hecho muy bien, pero el no ha sabido agradecer todo lo que le has dado. - me dijo mientras acariciaba mi cabeza ya que estaba tumbada con mi cabeza en sus piernas.

- Todo esto ha sido por mi culpa, por meterme en un mundo que no pertenece, ahora todo el mundo va ha hablar, va ha cruel conmigo... - dije sin dejar de llorar - Necesito irme de aquí, no quiero cruzarme con sus padres o con sus hermanas, no tengo el valor de decirles lo que ha pasado.

- No lo harás nena, nadie te va a decir cosas malas y tampoco van a ser crueles contigo, tu eres un ángel. - me dijo mi amiga sonriendo - Y tu no eres a la que le toca enfrentar las preguntar de unos padres y unas hermanas.

Unos golpes sonaron en la puerta y mi cuerpo se tenso al pensar que podría ser Carlos. Kika se levanto a abrir la puerta y dejó ver a Lando con todas mis cosas, algo que me relajo bastante.

- Tengo todas tu cosas. - dijo Lando entrando a la habitación y dejando las cosas a un lado, para después acercarse a mi.

Lando se sentó a mi lado y yo lo abrece volviendo a llorar.

- Ya esta pequeña, estamos aquí contigo. - me dijo mientras me apretaba fuerte a su cuerpo - El no te merece, no merece ni que llores por él, vamos a salir de esta y lo vamos a hacer juntos.

- Le odio. - dije entre lágrimas.

Me odiaba a mi misma por haberme enamorado de Carlos Sainz, de haberle abierto mi corazón y que el hubiera jugado a su antojo con el. Le odiaba por que había tenido el valor de acostarse conmigo, cuando sabía que me estaba siendo infiel y encima me decía que me amaba mirándome a los ojos.

Ahora me daba cuenta de que no valía absolutamente nada para él.

Pensé que había encontrado en Carlos al amor de mi vida, a la persona con la que quería compartir absolutamente todo, pero ahora me daba cuenta que era todo una ilusión y que nada era real, que el no me amaba de verdad.

Ahora tengo dudas si en verdad me ha amado en algún momento de nuestra relación.

Estaba segura de que había disfrutado jugando conmigo.

Pero aun que lo odiara con todo mi ser...

Lo seguía amando.

Lo amaba con todo mi alma. 

Y eso no lo podría cambiar.

𝐒𝐌𝐎𝐎𝐓𝐇 𝐎𝐏𝐄𝐑𝐀𝐓𝐎𝐑 - 𝐂𝐀𝐑𝐋𝐎𝐒 𝐒𝐀𝐈𝐍𝐙 -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora