CAPITULO 22

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Casi no llega a clases, por estar concentrada viendo videos de YouTube, para que al final resultara que el profesor no llegaría. – ¿Que deberíamos hacer?, estoy muy aburrida. – hablo entre ligeros bostezos sobre la mesa pequeña en la que se encontraba recostada.

Aquello era muy normal, pues su mejor amiga no es de las personas que se queda en un solo lugar por mucho tiempo. – Tu siempre estas aburrida; no me sorprende que quieras pintar un mono por puro aburrimiento. – dijo con ironía, mientras se giraba para estar frente a frente.

Un mono, sería interesante pensó. – ¿Por qué un mono? –

- Es enserio sirena. – le hablo risueña.

En su rostro se comenzó a formar una ligera sonrisa. – Puede ser otro tipo de animal, incluso objetos o personas. – sonrió en grande al ver como su mejor amiga comenzaba a fruncir su ceño por lo que acababa de decir.

No se contuvo y esbozo una suave riza. – Porque tienes que ser tan tú. – dijo observando a la más alta.

- Es aburrido y básico, ser normal. – dice encogiéndose de hombros.

A veces considera que su amiga no pertenece a este mundo. – Hay, discúlpeme ente desconocido, por ser tan normal. – hablo mientras contenía la risa y trataba de fingir una seriedad que le costaba mantener cuando estaba con su mejor amiga.

Fingió estar indignada por lo dicho por su mejor amiga, colocando su mano en el pecho simulando dolor por lo dicho. – Tu tampoco eres lo más normal en este mundo, mi querida amiga. – dijo sonriendo, mientras se ponía de pie para ayudar a la más baja a repetir su acción.

Ahora fue su turno de repetir la acción de indignación. – Lo considerare como un alago. – sostuvo la mano de la pelinegra para ponerse de pie

- Es que, lo es. – volvió a encogerse de hombros, haciendo que lo dicho sea verídico desde su punto de vista.

Las risas se hicieron escuchar cuando ambas estuvieron de pie, - ¿pizza o ensalada? – pregunto sirena.

- ¡Pizza! – respondió la de ojos color miel.

- Okey. – sonrió satisfecha la pelinegra.

La pizzería estaba cerca de la universidad, así que emprendieron su camino hacia el local entre risas contagiosas que hacían que los transeúntes regresaran a mirarlas. – a veces tengo la sensación de haber olvidado algo muy importante. – hablo de la nada la más alta.

La más baja la regreso a mirar un poco nerviosa, porque ella sabía muy bien a que se debía esa extraña sensación. – sirena tu eres bastante olvidadiza, siempre tendrás esa sensación; porque incluso olvidas tu cumpleaños. – trato de terminar la conversación.

Un puchero se formó en sus labios, porque su amiga tenía razón. – Yo sé que soy olvidadiza, pero esta vez es diferente; porque incluso he tenido sueños extraños. – termino pensativa.

Aquello no se lo espero. – ¿Qué tipo de sueños? – pregunto temerosa, indagando en lo que decía su amiga.

Siguieron avanzado hasta cruzar al otro lado. – Son sueños realmente extraños. – respondió tanteando terreno; no quería que su amiga se burle de ella.

Esto le estaba poniendo muy frenética. – Sirena no andes con rodeos, dímelo. – tenía que controlarse; tiene que mantener la cabeza fría, para averiguar correctamente lo que pasa por la cabeza de la azabache.

Aquello le sorprendió, su amiga parecía un poco alterada. – Esta bien. – suspiro antes de seguir. – Son tipo: Personas que no son personas. – articulo suave y poco audible pero lo suficiente para que la de cabellera rubia le escuchase.

Que debía hacer. – ¿que? – se hizo la desentendida. – nena necesito que seas más específica con lo que me quieres contar; con lo que me dices no puedo entenderte. – finalizo fingiendo ignorancia, de lo que ella perfectamente sabia y entendía a la perfección.

Como explicar lo que veía en sus sueños, era complicado describir lo que pasa en el mundo onírico. – Ósea tienen la pinta de un persona común y corriente; pero tiene una especie de super poderes o dones, como lo quieras tomar. – quiso ser simple.

Mierda. Todo estaba perdido, la pelinegra tenía rastros de lo que paso aquel día en la casa del dios Sayri. – ¡Super poderes! – exclamo fingiendo sorprenderse, cuando en su interior solo rezaba para que su amiga no logre recordar nada más de lo que paso ese día, si no se metería en un gran lio y no con personas normales; su lio era con los dioses aparentemente extintos.

Al ver que su mejor amiga, estaba teniendo un ataque de risa sobre lo dicho se animó a cotarle más. – Si. – afirmo. – Recuerdo a un tipo muy atractivo peleando con un montón de soldados el día que me quede en tu casa, hace dos semanas para ser exactos. – su seño se frunció. – pero es raro que en mis sueños vea aquella situación. – comenzó a mover su cabeza en negativa. – cuando lo que paso verdaderamente ese día, es que estuvimos estudiando y comiendo como siempre lo hacemos. – era una total locura.

Santa mierda, todo está perdido, el subconsciente de su mejor amiga había sido más fuerte que el poder del dios SAYRI, y había una gran posibilidad de que recupera aquel recuerdo aparentemente borrado. Tenía que impedir que una tragedia ocurriera, pero como lo hacía. – creo que lees muchos mangas y vez muchas series de fantasía. – rio para hacerle creer a su mejor amiga, que solo era producto de su imaginación prodigiosa.

Cuando pensó que su amiga estaba siendo seria, se equivocó. – Sin burlas, te lo advertí. – pero ya era demasiado tarde su amiga comenzaba a reírse en su cara. – Note volveré a contar mis sueños. – avanzo más rápido con clara intención de dejar atrás a su mejor amiga.

Camila al ver el propósito de su amiga, comenzó a correr para alcanzar. – lo siento, fue una broma muy mala, en un momento serio. – dijo mientras abrazaba a sirena. – pero admítelo, tu hubieras hecho lo mismo si yo te contaba algo parecido. –

- Tal vez sí. – hablo la más alta conteniendo su risa

- Ya nena. – respiro, tranquila por haber logrado su objetivo. – No hablemos más del tema, compremos nuestra pizza y vamos a tu cuarto para avanzar los trabajos de la universidad. –

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