CAPITULO 46

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El salón de los dioses se había vuelto un caos, muchos de ellos no comprendían la situación del nacimiento de la diosa y por qué la hermana del creador había esperado a que pasen más de mil quinientos años para presentar a su única hija; además la ausencia del creador hacía que el caos reinara.

- Inti crees que esto acabara cuando la joven demuestre que no los quiere subestimar o entrometerse en el orden que lleva este mundo. - hablo en un tono suave para que solo el Dios pueda escucharla.

- Quisiera creer que esto acabara aquí, pero tengo el presentimiento de que una gran guerra se avecina. - hablo en tono angustiado.

- ¿por qué ocultaron esto? - pregunto uno de los tantos dioses presentes.

Como podían pensar que ellos lo sabían y lo habían ocultado, si lo único que han hecho desde el inicio de su reinado, fue mantener siempre al tanto de todo lo que pasaba en su mundo como en el de los mortales.

Esto solo lo hacía creer que no se equivocó cuando su hijo mayor le comento los rumores que nacían en el palacio real. El primero fue menospreciar a su hijo menor por ser un dios nacido con ambas gracias. Luego estaba las críticas hacia su heredero, por querer casarse con la hija de las tinieblas, hija mayor de su hermano mayor.

Obviamente esto estaba siendo infundido por alguien que les guarda rencor; pero quien es aquella alma desdichada que busca venganza. Claro está que tienen muchos enemigos, pero esto ha nacido dentro del círculo más cercano.

Pensó muy bien que palabras debía usar, no podía permitirse dejarse llevar por la decepción e ira. - Desde que comenzó mi reinando, lo único que he tratado de demostrar es mi honorabilidad con mi pueblo, mis decisiones siempre han buscado beneficiarlos, incluso sacrifique a mi hijo menor al enviarlo por cien años a las tierras del dios SUPAY para que sea disciplinado, ya que ustedes le temían y aun así mi hijo no se atrevió a contradecirme, simplemente aceptar el hecho que ustedes por ser mayores tenían la razón. – respiro profundo para que la ira no le gane. – He sacrificado muchas cosas por ustedes, mi gente; pero nunca les ha sido suficiente. – movió la cabeza con decepción. –Y ahora me acusan de algo, que incluso a mí, me sorprendió. – coloco sus mano detrás de su espalda. – Cuando vi aquel nacimiento tan repentino. - tomo una fuerte bocanada de aire para continuar. - Estuve presente cuando la joven se presentó como la diosa de la alineación sagrada, incluso hay muchos testigos de lo que ocurrió ese día; pero aun así han decidido creer en palabras falsas, que lo único que buscan, es hacer caer en caos nuestro mundo. - dirigió su mirada a la hija de las estrellas y a su medio hermano menor el Dios de las tormentas. - creí en las personas incorrectas, confíen en que el hijo siempre serie diferente del padre. Pero me traicionaron de una forma tan dolorosa. - esta vez suavizo su mirada, mostrando el dolor que estaba sintiendo; porque tendría que tomar decisiones muy dolorosas. - Todo aquel que se atrevió alzar su poder en contra de la estabilidad y querer generar caos en este mundo, no saldrá ileso. – Finalizo poniéndose de pie frente a toda la audiencia, quienes a su vez lo observaban, leales y angustiados; confundidos y temerosos, con sed de venganza y un sin fin de sentimientos que se arremolinaban en sus cuerpos divinos.

Pero aquellos que habían decidido seguir las palabras embusteras de una diosa, que los había seducido con aquel cuerpo maravilloso que era claro recuerdo de su gracia. Siguieron firmes en sus planes de destronar al dios que había asumido el trono hace más de mil quinientos años.

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