CAPITULO 37

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Ambos cuerpos no daban señal de algún signo vital; estaban sobre aquel frio suelo; los padres del dios no comprendían que era lo que estaba pasando. Podrán salir de aquella situación. – madre, padre; SAYRI no responde. – hablo sintiendo un frio escalofriante por todo su cuerpo. Al estar tan cerca de su hermano y no sentir su respiración.

Parecía mentira, pero eran conscientes que desde que llegaron aquella casa, habían sentido como el poder de su hijo había disminuido considerablemente, al inicio pensaron que solo se trataba del enlazamiento con la mortal, pero ahora ya no sabían que es lo que pasaba, aunque es su hijo, este guarda muchos secretos, que solo sabrán si el decide contarlos. – No sabemos, lo que pasa hijo. – su ceño se frunció. – Nuestros ataques no llegaron ni al cincuenta por ciento. –

Nunca, sus padres se atreverían a tacar de una forma desalmada su hermano, pero estaban confundidos con el reaccionar del príncipe. – Ya lo sé madre, pero parce que está sufriendo por otra cosa. – se acercó colocando su mano en la frente de su menor para ver lo que le estaba ocurriendo. Pero más fue su asombró cuando no encontró nada. – está demasiado tranquilo. –

- La mortal, como esta. – preguntaron temerosos de que este, muerta.

A decir verdad, sabían que ese ataque bien puede que le haya quitado la vida, pero tenían la esperanza de que fuera todo lo contrario; si no su hijo los odiaría para siempre. Porque hicieron lo mismo, por lo cual ellos habían luchado muchos años y prueba de ello era ambos hermanos.

Se puso de pie y camino hasta llegar con la joven. – Ella respira. – hablo impresionado el joven AYU, nunca se imaginó que un simple mortal pudiera resistir un ataque de tal magnitud.

Lo reyes parecieron respirar tranquilamente, al escuchar aquellas palabras. – debemos llevarlos a la laguna que se encuentra cerca de aquí para que se recuperen. –

Le pareció la mejor opción, pues llevarlos al palacio seria desatar un caos. – entiendo, es lo mejor para ambos. – finalizo para comenzar acercarse a la joven para cargarla y llevarla al lugar mencionado.

Pero no pudo tocarla, como hace unos momentos. Una espesa neblina se formó alrededor del cuerpo de la joven; curioso quiso pasar de ella, pero fue expulsado con una gran fuerza que lo dejo al otro lado de la habitación; todos estaban igual que él, sorprendidos. – que acaba de pasar. – pregunto impresionado y un poco adolorido tras caer contra las paredes de concreto con gran fuerza, haciéndole un hoyo con muchas grietas.

Los reyes se miraron entre sí y ninguno sabia la respuesta. – tócala otra vez. – demandaron los reyes a su hijo mayor.

Este los miro con curiosidad, pero lo hizo, terminando como en el mismo lugar como unos minutos antes. – porque ella hace eso. – ahora estaba más curioso.

- Mi rey sabes de alguna aventura de un dios con un mortal, en los últimos años. – pregunto aun sorprendida la luna. Pues era la única forma que un semidios podía nacer.

Analizo la pregunta de su esposa, pero no encontró nada. – No mi Reyna, en los últimos años los dioses se han mantenido tranquilos sin escándalos de hijos fuera de sus matrimonios. – y ahora ya no entendían lo que estaba pasando.

Entonces como era posible que estén frente a una semi diosa de al parecer unos 20 a 22 años de edad. – Pero ella, como es posible. – la incertidumbre los gobernada.

Volvieron a pensar todos juntos y llegaron a una sola conclusión. – algún dios debe estar metido en un desliz amoroso secreto y por ello no hay registro de su semilla en los cielos. – comento el príncipe mayor, Ayu. Pues no encontraban otra lógica.

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