CAPITULO 23

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- La fiesta será dentro de dos días. – puntualizo. –Qué opinas príncipe Sayri. – Hablo la diosa luna, pero el joven dios aparentemente no había escuchado las palabras de su madre, aunque estaba a solo unos centímetros de distancia.

Habían pasado dos semanas, desde el incidente de la humana llamada sirena y no había pensado mas ello; pero desde el amanecer había tenido un extraño presentimiento. Algo no andaba bien con esa humana, se sentía extraño pensar en alguien que no sea su familia, pues su mente siempre estaba ocupaba con sus cosas personales y deberes como príncipe, nunca habido espacio para alguien más.

- Sayri. – le llamo. – Me estas escuchando hijo. – volvió a preguntar la reina, pero no obtuvo resultados. El cuerpo de su hijo estaba ahí con ella, pero su mente estaba muy lejos.

¿Por qué de la nada has venido a mi mente SIRENA?, se cuestionó solo. – ¿por qué? – hablo esta vez en voz alta captando la atención de los presentes, que eran la reina, su cuñada y hermano.

- Sayri. – lo llamo, pero no logro obtener su atención. – Todo bien. – cuestión el príncipe heredero tomándole la mano a su hermano menor

Había estado tan sumergido en sus pensamientos, que se olvidó por completo de que no estaba solo. – ¿Que? – reaccionó un Sayri perdido. Pues no recordaba el punto exacto en el que dejo de prestar atención a los que se encontraban a su alrededor.

- Si todo está bien. – cuestiono el mayor. – parces, un poco perdido. – volvió a repetir, el sucesor del sol.

- Si, todo está bien. – afirmo Sayri, fingiendo una sonrisa que ninguno de los presentes paso por alto.

- Entonces dime qué opinas de lo que te dije hace unos momentos atrás. – hablo su madre preocupada. Ya que su pequeño, no era el mismo desde la prueba de adultez.

Mierda ni siquiera recuerda porque estaba en ese lugar, pero no podía decirlo, así que solo atinó a decir un – SI, me parece estupendo. – debía salir de ahí, la duda lo estaba atormentando.

Todos parecían estar un poco perdidos por la actitud del más joven de la familia, parecía muy sumergido en sus pensamientos. – okey. Entonces como te decía. – pero la reina se detuvo al ver como su hijo se levantó de su asiento con su ceño fruncido. – Sayri todo bien. – cuestiono esta vez más preocupada.

- Si madre, pero me tengo que retirar. – hizo una reverencia a los dioses presentes. –Tengo que resolver algunos asuntos. –

Sin decir más, reverencio por segunda vez a los dioses mayores y emprendió su macha fuera del palacio real. – tengo que regresar a la ciudad. – hablo, pero se detuvo al recordar que dentro de dos días la fiesta en honor a los príncipes herederos por la concepción del nuevo integrante se va a realizar.

Mierda que debía hacer, tenía ese extraño presentimiento de que algo iba a pasar con esa humana, pero también tiene sus deberes que cumplir como príncipe; además se trata de su hermano mayor. – que hago. – hablo frustrado.

Después de ver a su hermano menor marcharse, supo que algo no andaba bien con Sayri. Así que lo siguió silenciosamente, hasta el punto en donde se encontraban. Que es lo que te tiene tan distraído hermano. – hablo con tono preocupado. –Y que es lo que debes hacer. – puntualizo el príncipe AYU

Ya las había jodido. – Lo siento hermano. – se disculpó sincero. – Perdón por estar distraído, cuando debería estar al pendiente de todo por la llegada del nuevo integrante en la familia. – hablo avergonzado por sus acciones de hace un momento.

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